En días recientes, compañeras que pertenecieron a la Corriente En Lucha, o CGH Ho Chi Minh, han lanzado una campaña de denuncia por la violencia machista de la que fueron objeto por algunos de sus ex compañeros, activistas estudiantiles y profesores adjuntos de la Facultad de Economía de la UNAM. Especialmente denuncian la actitud de dicha organización frente a las denuncias elaboradas por estas compañeras a lo interno de la misma, buscando generar un debate político en esta y en las demás organizaciones estudiantiles y de izquierda. No con la intensión de abrir la puerta a un ataque de las autoridades o la derecha, sino de revisión, reflexión y combate al machismo dentro de dichas organizaciones.
Desde el Sindicato de Estudiantes, celebramos y asumimos propia la campaña que han lanzado estas compañeras. Somos conscientes que las organizaciones estudiantiles y de trabajadores, no somos ajenas a la violencia machista que pulula en nuestra sociedad. Y por eso mismo, tenemos la obligación de luchar conscientemente contra esta lacra dentro y fuera de nuestras organizaciones. Una organización de izquierda consecuente y revolucionaria, no puede permitir que este cáncer que está matando a nueve mujeres cada día en nuestro país se reproduzca en sus filas. Ni mucho menos pretextar que esto será usado por la derecha y las autoridades, para desprestigiar y atacar la organización estudiantil. Pues precisamente la protección de los agresores es lo que desprestigia a las organizaciones estudiantiles a los ojos de la comunidad universitaria, y lo que abre la puerta para el ataque de la derecha y las autoridades.
La defensa de la educación pública no admite de ningún modo la perpetuación de la violencia machista contra compañeras y compañeros por género o preferencia sexual. Nuestra lucha por una educación verdaderamente emancipadora, que ponga los conocimientos al servicio de la sociedad y no del enriquecimiento de unos pocos, no puede ser ajena a la lucha que hoy en día miles de compañeras están dando contra las agresiones en el transporte público, en sus trabajos, en sus colonias o en las propias escuelas. El combate contra este tipo de violencia es también una bandera que debemos enarbolar dentro y fuera de nuestras organizaciones.