Porque vivos estamos, vivos nos queremos

Ahora los jóvenes no sólo vivimos al acecho de la inseguridad en la calle, sino también en nuestros centros de estudio. Ante el panorama hemos sacado la conclusión que no sólo necesitamos educación, sino también medidas que nos brinden esperanzas de regresar vivos a casa.

En México los jóvenes de entre 15-29 años ocupamos el 25.7% de la población nacional. De acuerdo con los datos obtenidos en la encuesta Inter-censal de 2015, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se sabe que existen 30.6 millones de jóvenes, de los cuales sólo 10.1 millones estudian, representando un total porcentual de 32.9% del sector juvenil mexicano.

Los estudiantes hijos de trabajadores de todos niveles no sólo nos vemos limitados económicamente para conservar nuestro lugar en nuestros centros de estudio y con ello tener acceso a una mejor oportunidad de calidad de vida; ahora, también hay que velar y salvaguardar nuestras vidas dentro de nuestras aulas. Una oleada de violencia en nuestro país atenta contra nuestra vida, cada día se vuelve más difícil salir a estudiar con certeza de regresar vivos o íntegros a casa; más no consideramos que la medida para confrontar esta situación sea militarizando las estancias educativas.

El recuento lamentable de los hechos

Numerosos han sido los casos abominables de violencia generalizada hacia los estudiantes, en específico entre abril y mayo de este año, la Universidad Nacional Autónoma de México fue el epicentro de hechos con cariz de ésta índole. Según reporta la Fiscalía Especializada en la Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas de la Ciudad de México, en al menos una semana se habían registrado cuatro alumnos desaparecidos pertenecientes a la Universidad.

Por otro lado, se encuentra la pérdida funesta que sufrió la familia de Aideé Mendoza, compañera y alumna del CCH Oriente, que falleció luego de ser herida por una bala dentro de su propio salón de clase. A más de un mes aún queda pendiente el esclarecimiento, por parte de las autoridades tanto del Estado como de la Universidad, respecto a los actos perpetrados el pasado 29 de abril. Esto sólo refleja la incompetencia y la poca atención que se le brinda a estos casos, donde nuestras vidas no cobran mucha importancia ante la óptica del Rector, así como de otros órganos supuestamente dedicados a prever y salvaguardar a la sociedad.

Por si esto no fuese poco, el 9 de mayo se suscitó una riña a las afueras de la Facultad de Filosofía y Letras en CU, donde hubo disparos, un herido y dos detenidos según el reporte de la Procuraduría General de Justicia. Aunado a esto, días previos, se reportó el 7 de mayo un asalto armado en un autobús exclusivo de la Universidad, que transportaba 30 alumnos que se dirigían a Ciudad Universitaria. Asimismo, más al norte de nuestro país, se presentó un asalto armado a la clínica de Fisioterapia de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad León, perteneciente a la UNAM.

Pero no sólo es la UNAM, alumnos de otras escuelas también se han visto afectados por esta situación nefasta. El 10 de mayo fue asesinado Alexis Flores Flores, estudiante de bachillerato que se dirigía a su plantel, Fundación Azteca, pues la unidad de pasajeros “combi” en que se transportaba fue asaltada. En lo que respecta al Instituto Politécnico Nacional, dos jóvenes en un lapso de tres días fueron ultrajados y heridos al ser asaltados. El primer caso es el del día 3 de mayo, donde una alumna del CECyT 12 “José María Morelos”, mientras se dirigía a este plantel fue herida por una bala en una pierna. El segundo, un estudiante de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE) fue golpeado en la nuca por un arma de fuego.

Las propuestas de Rectoría

El Secretario de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria de la máxima casa de estudios, Raúl Arsenio Aguilar Tamayo, en respuesta a una propuesta de instalar detectores metálicos en los planteles dijo: “Se va a revisar la factibilidad de eso y en su caso como se reforzaría la revisión en los accesos”; luego de lo ocurrido en Oriente. Mientras que Ernestina Godoy, Procuradora de Justicia aseguró que semanalmente entabla una reunión con autoridades universitarias de la Ciudad, y que también se brindan asesorías al personal de Jurídico de la UNAM por parte de la policía de investigaciones para hacerle frente a los grupos delictivos y narcomenudistas inmersos en las instancias de la institución.

Recientemente Manuel Martínez Justo, Director de la FES Acatlán, anunció el recorte de horario al turno vespertino debido a la creciente inseguridad que agobia al alumnado, junto con otras medidas de seguridad internas y externas, como son: el aumento de iluminación, la colocación de cámaras de vigilancia en zonas estratégicas y el control de la movilidad interior, esperamos sea cumplido.

Capitalismo: horror sin fin

La degradación social que vivimos no es más que resultado de la política capitalista que no ve más que en los jóvenes mano de obra barata y nos condena al desempleo o a la explotación más salvaje; de los miles y miles de rechazados que año con año las universidades rechazan y niegan el derecho a la educación y de la política de recortes a cultura, artes, deporte y salud. Mientras las autoridades y diversos funcionarios se llenan la boca con discursos hipócritas de que los jóvenes somos el futuro, inundan nuestros pueblos, colonias y escuelas con la droga y el crimen organizado. Los culpables de este ambiente de descomposición son los mismos que ahora quieren criminalizarnos y militarizar nuestros centros de estudios y colonias; pues les decimos que no estamos de acuerdo. 

No queremos la militarización de nuestras escuelas

Desde el Sindicato de Estudiantes consideramos que este problema grave no puede resolverse o recaer en el control policial, tal como lo han llevado a cabo últimamente, mucho menos en el servicio de espionaje dentro de las instituciones educativas, situación que ha servido en concreto para acechar y controlar al estudiantado, más que para resolver los problemas. 

Rechazamos tajantemente toda medida de control del estudiantado como: torniquetes, detectores de metales, implementación de cuerpos de vigilancia, credencialización, prefectos, etcétera, la seguridad no es esto. La defensa de nuestras vidas debe ser colectiva y organizada, jamás fortaleciendo los aparatos de control de las autoridades y del Estado.

Las autoridades ante el ambiente de inseguridad y descomposición, que ellos mismos crean, fomentan y solapan, preparan el terreno para justificar volver las escuelas colegios semi-militarizados. Firmes rechazamos estas medidas de control estudiantil que ya han aplicado en otras escuelas tales como en las vocacionales del Instituto Politécnico Nacional, en diversas Preparatorias y colegios privados; consiguiendo la despolitización y desorganización de los grupos estudiantiles conscientes y combativos. Cercenando toda iniciativa estudiantil independiente de las autoridades, impidiendo la libertad para desarrollarnos critica, colectiva y racionalmente, estas medidas, por ejemplo, en las Prepas nos impidan aproximarnos al pensamiento crítico, expresar nuestra identidad y defender nuestros ideales; pero eso sí, nos bombardean con su moral y su estatus quo que no es más que el espíritu empresarial, emprendedor e individualista de la sociedad capitalista. 

Las medidas inmediatas que debemos impulsar como estudiantes junto con nuestros profesores, trabajadores y comunidad en general es la conformación de grupos de autodefensa y vigilancia en nuestras colonias y escuelas. Comités que sean rotativos, democráticos, equipados y preparados para dar respuesta colectiva a estas problemáticas.

Por otro lado, rechazamos todo recorte en cultura, deporte, arte y recreación. Exigimos la recuperación del espacio público fomentando e impulsando la cultura, el deporte y la recreación popular y colectiva, así como el arte en todos los niveles creando y rescatando más centros de cultura en nuestros escuelas o colonias; necesitamos lugares donde los jóvenes podamos estar en contacto con las Artes y el deporte de manera digna, gratuita, accesible y sin ninguna restricción. Si queremos becas que nos permitan continuar nuestros estudios, pero también exigimos que nuestros compañeros que no pudieron acceder a una escuela digna tengan un espacio en la enseñanza, demandamos: ¡ni un rechazado más de la educación media y superior!

Exigimos la salida de las drogas de nuestras colonias y escuelas. Esto es obra ni más ni menos que del propio capitalismo que permitió condiciones óptimas para su desarrollo y distribución, de nuestra intoxicación ellos se benefician obteniendo la despolitización, desarticulación social y destrucción de nuestras vidas y conciencia social.

Exigimos un puesto de trabajo digno a finalizar nuestros estudios. No queremos ser solo aprendices; exigimos planta y salarios dignos en nuestros empleos. Exigimos que todo el trabajo que requiere esta sociedad se distribuya entre todas las manos disponibles, ni un joven más desempleado. 

Exigimos una educación pública, gratuita, laica y digna para todos. De manera que para conseguir esto se deberá aumentar el presupuesto a la educación a un 10% del PIB, para poder contar y satisfacer todas las demandas requeridas y así brindar una educación justa y digna para el pueblo.

Esta batalla por la supervivencia no será fácil, tendremos que organizarnos y luchar por cambiar esta realidad abominable. Únete al Sindicato de Estudiantes y lucha junto con nosotros por un futuro libre de opresión, violencia, machismo y explotación.

¡Jóvenes organizados y luchando, construyendo el futuro!


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