El 29 de junio amaneció la cafetería de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa con un regalo de reyes a medio año. Los trabajadores de cafetería la tomaron. La toma fue debido a que la universidad implementó una nueva credencial que servirá como monedero electrónico con la cual los usuarios podrán pagar la comida que consuman. Para ello se necesita equipo especializado el cual fue instalado sin consentimiento de los trabajadores violando el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) pues éste especifica que cuando se hagan cambios relacionados en este caso a los servicios, debe haber una negociación previa entre los trabajadores y las autoridades. Esto no se hizo. Finalmente la cafetería ha sido abierta y las cosas han vuelto a una normalidad relativa. En este artículo expondremos nuestro punto de vista al respecto.

El papel de la dirección

La lucha en la cafetería es muestra del ánimo de los trabajadores por luchar pero también de la falta de una dirección clara que llame a la mayoría de los trabajadores para salir en conjunto. Los trabajadores de cafetería fueron los primeros en salir y lo hicieron de forma independiente del resto de trabajadores precisamente porque tanto el CE como el GIC no les ofrecían un método de lucha claro. La naturaleza aborrece el vacío y tarde o temprano los trabajadores iban a salir a la lucha.

Debemos luchar por una dirección que responda a los intereses de los trabajadores y esté al frente de nuestras luchas. En ese sentido nuestros órganos de dirección (el Comité Ejecutivo y los Grupos Interno Coordinador) deben ponerse al frente. Los compañeros trabajadores saben cómo actúan las autoridades y qué buscan, pero no han tenido claro cómo luchar contra eso de manera conjunta y efectiva.

¿Cómo podemos sacar provecho a las negociaciones?

Para las negociaciones se necesita tener un trabajo previo para demostrar fortaleza, en ese sentido las negociaciones son como unas vencidas: si previamente hiciste ejercicio, tendrás más posibilidades de ganar, en cambio si no lo hiciste, seguro perderás. En ese sentido debemos llegar a las negociaciones con una fortaleza en la lucha detrás nuestro.

Las autoridades saben que están violando el CCT, pero únicamente con la negociación no lo reconocerán ni mucho menos retiraran sus posturas.

En la mesa de negociación se acordó dar capacitación a los trabajadores. No fue resultado de la amabilidad de las autoridades ni mucho menos porque se dieron cuenta de las violaciones que hicieron, si no producto de la lucha: de los compañeros de la cafetería como del congreso que fue a exigir una solución a las autoridades.

La mejor herramienta es la lucha organizada

La lucha aún no termina, al contrario, ha empezado. Los compañeros de cafetería lo han demostrado pero también los estudiantes que poco a poco han empezado a organizarse contra la nueva credencial. Lo que ahora se necesita es extender la lucha llevando las demandas de los diferentes departamentos. Es heroica la lucha de los compañeros de cafetería y la apoyamos completamente pero tenemos que extenderla al resto de los departamentos y los estudiantes. Necesitamos del apoyo del conjunto de los trabajadores para hacer una lucha mucho más grande, con mayor impacto. La victoria de nuestras luchas sólo se podrán lograr si participan en ella la mayoría de los trabajadores junto con los estudiantes y no un pequeño grupo por más valeroso que fuere. Las autoridades le apuestan por un lado a la división entre los mismos trabajadores y echarnos en contra a los estudiantes por no haber dado el servicio en la cafetería. Además tenemos que ganarnos a los estudiantes para evitar que las autoridades hagan una campaña de descredito entre ellos.

Los trabajadores somos quienes llevamos las riendas de la escuela (y no sólo de la escuela, de todo el mundo): preparamos la comida, acomodamos los libros, barremos, limpiamos, la cuidamos por las noches incluso elaboramos las sillas, mesas, materiales de laboratorio, etc. Todo sin los funcionarios que solamente posan para las fotos en los eventos donde por cierto dan discursos huecos y aburridos. Lo más que hacen es tener largas reuniones donde finalmente acuerdan algo que ellos no realizarán, si no los propios trabajadores. En ese sentido las riendas de la escuela debemos llevarlas los trabajadores junto con los estudiantes y profesores realmente honestos con la educación. Para ello necesitamos explicar al conjunto de trabajadores, estudiantes y profesores la necesidad de vincular las luchas, así nos los ganaremos a la causa de la clase trabajadora.

¡Unidos y organizados, venceremos!