En septiembre pasado se efectuaron una serie de movilizaciones en la capital de Jalisco por parte de estudiantes de la Universidad de Guadalajara (UdeG), quienes exigieron un aumento al presupuesto asignado a esta universidad para que llegue a los 700 millones de pesos; la marcha más nutrida se efectuó el 29 del mismo mes, la cual fue encabezada por el rector de la universidad, Marco Antonio Cortés Guardado y el ex rector Raúl Padilla López, quien sigue ejerciendo el control de las decisiones de la dirección de la universidad. En tal marcha, la cual se calcula en más de 80 mil asistentes entre estudiantes y trabajadores de la universidad, la consigna principal fue el aumento al presupuesto, dirigida contra el gobierno panista de Emilio González Márquez.

La lucha por el presupuesto

El presupuesto es un tema recurrente año con año, pues es un pilar importante para que las universidades puedan ofrecer una calidad educativa superior y con mayor cobertura, sin embargo, desde el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP) y Militante siempre hemos hecho hincapié en que el problema del presupuesto no se limita solamente a exigir más recursos para las universidades, sino que también éste presupuesto sea distribuido para las necesidades de los estudiantes y trabajadores, y no para los privilegios de la burocracia universitaria; la lucha por exigir más recursos para la universidad tiene que estar acompañada por la demanda por democratizar la distribución de los recursos, que ésta sea decidida por los estudiantes y trabajadores organizados en asambleas de representantes por escuelas.

En el caso de la UdeG, la burocracia encabezada por el ex rector Padilla enarbola la consigna del presupuesto para salvaguardar los intereses de su grupo y no realmente para mejorar los salarios de los trabajadores de la universidad o mejorar los equipo y materiales para los estudiantes, ni para extender la infraestructura e incluso aumentar la matrícula de la universidad. La lucha que está llevando a cabo el Grupo UdeG es una lucha por aumentar el presupuesto para conservar sus intereses económicos, y es también una lucha política en la que utiliza el movimiento y el descontento de los estudiantes y trabajadores de la UdeG por una parte para posicionarse ante la sociedad jalisciense como progresista y “de izquierda”, y de esta manera, hacer  frente al gobierno del estado panista demostrando su “fuerza social”.

El movimiento tiene que sacar la conclusión de que la lucha, que no debe limitarse sólo a exigir más presupuesto, debe democratizarse luchando también por la independencia del movimiento de los intereses políticos de Padilla y su grupo, quienes más que un impulsor del movimiento, representan un lastre y harán todo lo posible por, una vez conseguido su objetivo, tirar al basurero de la historia al movimiento de la UdeG para continuar actuando impunemente y sacando toda clase de provecho personal a los recursos de la universidad.

Por una dirección revolucionaria

El Grupo UdeG no representa una verdadera dirección para el movimiento, entonces, ¿a quién corresponde este papel? Está claro que la presión de las masas estudiantiles y de trabajadores han sido, por una parte utilizadas por la rectoría de la UdeG, y por otro lado ha obligado a la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) y a otras organizaciones a convocar a las movilizaciones, sin embargo, la dirección de la FEU ha demostrado en otras ocasiones que no está interesada en que el movimiento de pasos adelante, sino en controlarlo y que no salga de los “cauces legales”, intentando controlar el ánimo revolucionario de los jóvenes y trabajadores.

La dirección del movimiento, por tanto, debe formarse a partir de la Asamblea General de Representantes con delegados democráticamente electos por parte de los estudiantes, profesores y trabajadores en cada escuela y centro de trabajo; en dicha Asamblea debe discutir la necesidad de que el movimiento vincule sus demandas a las del resto de sectores en lucha del Estado de Jalisco, tales como son los casos del macrobús, proyecto ineficiente que sólo encarece el trasporte público en la Zona Metropolitana de Guadalajara, el de los ex braceros, quienes a más de 50 años de haber laborado en Estados Unidos continúan reclamando sus ahorros saqueados por el gobierno, o el de los militantes de base del PRD que recientemente se han movilizado para tratar de expulsar del PRD a los dirigentes estatales de dicho partido, mismos éstos últimos vinculados a los Chuchos y bajo las ordenes de Raúl Padilla.

Del mismo modo la Asamblea General de Representantes debe discutir y definir las acciones a tomar para impulsar al movimiento, de manera que en la discusión rija la democracia y a la hora de la acción y el movimiento marche como un solo hombre.

Ni Padilla ni Emilio González

Ya son dos décadas desde que la UdeG es un abierto botín político y económico de Raúl Padilla (Rector de la misma entre 1989 y 1994), su familia y su grupo político. Para ellos la UdeG, además de una enorme fuente de privilegios, sobresueldos por ejemplo, ha sido un trampolín para brincar a diferentes cargos de la administración pública, de elección popular, de partidos políticos  y con ello continuar fortaleciendo su poderío económico y político.

Teniendo como eje de gravitación a la UdeG  y contando con posiciones clave en el aparato del Estado (por ejemplo las fracciones parlamentarias del PRI y del PRD del Congreso local, así como algunos diputados federales de Jalisco, en los hechos están bajo el control del Grupo UdeG) Padilla y su grupo han podido construir un emporio político y económico que incluso, en ocasiones se ha mostrado capaz de rivalizar con gobierno estatal.

Siendo esto así, y con la intención de restarle fuerza a Padilla y también con el objetivo de arrebatarle su fuente primigenia de poder, es decir, a la UdeG, y los potenciales jugosos negocios que ésta representa para el panismo, el Gobernador Emilio González Márquez ha desafiado ha enfrentado al Grupo UdeG. Para lograr sus fines el Gobernador panista ha utilizado diferentes medidas, optando ahora por emplear el caso del presupuesto de la universidad. Coherente con la política del gobierno panista de Calderón, enemigo número uno en éste país de las universidades publicas, Emilia González está tratando de estrujar a la máxima casa de estudios de Jalisco negándole los recursos necesarios mejorar su calidad como institución educativa y de paso tratar de minar la principal fuente de poder del grupo político de Padilla. En respuesta, por su parte Padilla y su asistente, Marco Antonio Cortés Guardado, actual Rector de la UdeG, han movilizado a la comunidad universitaria reclamando más presupuesto, esto incluso apoyándose en la fracción parlamentaria del priísmo jalisciense. La comunidad universitaria debe rechazar la participación de los priístas en la lucha por más presupuesto para la UdeG pues el PRI junto con el PAN, en tanto fieles servidores de la burguesía, son responsables de la bancarrota del sistema de educación pública en todos sus niveles a lo largo y ancho de México.

Ni a Emilio ni a Padilla les interesa realmente la UdeG, ambos sólo quieren beneficiarse de ella; sin embargo en el marco de este conflicto de intereses mezquinos la comunidad universitaria, la cual está honestamente interesada en mejoras sus condiciones de estudio y de trabajo, ha quedado en medio de fuego cruzado. Es totalmente legítima la lucha por más presupuesto para la UdeG de parte de los estudiantes, académicos y trabajadores de esta casa de estudios, y todos debemos apoyar con energía esta demanda hasta lograr que ésta se cumpla, obligando al mismo tiempo al gobierno panista de Emilio González a retroceder en sus intenciones por tomar el control de la universidad.

Pero lo anterior es sólo una parte de la tarea, el siguiente paso a dar de manera paralela es el de luchar por la democratización de la vida interna de la UdeG en todos los frentes (en el académico, en el administrativo y en el financiero) así como por el empleo eficiente y transparente de sus recursos económicos y materiales. Junto con el aumento sustancial del presupuesto, la democratización de la UdeG y el control sobre todos sus órganos de gobierno por parte de la comunidad de estudiantes, profesores y trabajadores de la máxima casa de estudios de Jalisco, son todas éstas condiciones necesarias para que la segunda universidad mas importante de todo México pueda desarrollarse aún mas en calidad y en cantidad, fortaleciéndose como alternativa de formación profesional para los hijos de los trabajadores de Jalisco.

Sin embargo una vida democrática al interior de la UdeG que tenga como objetivo mejorar verdaderamente las condiciones de estudio, de enseñanza y laborales, choca con los intereses de Padilla y su grupo político los cuales dependen para su reproducción de la antidemocracia y del uso nada trasparente de los recursos de la UdeG. Padilla y su grupo son un obstáculo objetivo para que la universidad se fortalezca como institución educativa al servicio de los hijos de la clase trabajadora, razón por la cual la comunidad universitaria debe luchar por su expulsión de la esta casa de estudios en compañía de todos los que integran el Grupo UdeG. Y en el caso de Emilio González, si esté no está dispuesto a otorgar mas presupuesto la comunidad universitaria, apoyada en movimiento obrero de Jalisco, tendría que llamar a la movilización hasta derrocar al gobierno panista de Jalisco.

Por un programa de clase

Por esto, desde Militante y el CEDEP proponemos:

·  Por el aumento al presupuesto designado a todas las universidades del país, de manera que se invierta un presupuesto mínimo del 10% del PIB en educación.

·  La democratización de la universidad. Representación paritaria de los alumnos en todos los órganos de gobierno y Consejo para las decisiones en la asignación del presupuesto, programas educativos, etc. La no intervención de las autoridades en los procesos de elección de los representantes estudiantiles. Fuera Padilla, su grupo y sus intereses políticos del movimiento de la UdG.

·  Por la formación de la Asamblea General de Representantes de estudiantes y trabajadores con representación paritaria y elección democrática en cada escuela.

·  Por la unidad de acción de los estudiantes, profesores y trabajadores de todas las universidades publicas en defensa del derecho incondicional a una educación gratuita, de calidad, laica y democrática al servicio de los intereses de los trabajadores y sus hijos.

·  Expropiación de la banca, la tierra y las grandes  industrias, sin indemnización y puestas bajo control de los obreros.

·  Por una organización estudiantil estable, democrática, de alcance nacional y con un programa de clase.

Compañero, te invitamos a que te integres al Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP) y Militante y luchemos por la transformación socialista de la sociedad.

¡Incremento inmediato y sin condiciones del presupuesto de la UdeG!

¡Por la independencia del movimiento en defensa de la UdeG!

¡Ni Emilio ni Padilla!

¡Fuera priístas del movimiento!


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