Desde hace algunos meses una infinidad de personajes se han paseado por la Universidad, los mismo que en el pasado la atacaron a la máxima casa de estudios hoy se atreven a pisar el campus sin ningún tipo de escrúpulos. Francisco Labastida, Federico Döring y Manuel Espino son quienes han encabezado este tipo de actos. Con la justificación ambigua de la pluralidad los mismos que por años han sido los enemigos de la universidad pública, ahora piden ser bien recibidos por ella.

La juventud y la lucha de clases.

No es ninguna casualidad que ahora, bajo el lema sin contenido de la pluralidad, éste tipo de personajes se pase por nuestra universidad. Y es que reconocen el papel que la universidad en general, pero la juventud en particular puede jugar en el próximo periodo movilizándose contra el régimen producto de la marginación a la que ellos mismos la han orillado.

Actualmente de la Población Económicamente Activa (PEA) el 53% lo ocupan los jóvenes de entre 14 y 29 años. Si a ello agregamos los cerca de 100 mil jóvenes que son excluidos de la educación superior tan sólo en la UNAM, nos encontramos con un terreno abonado para la lucha de la juventud. La juventud a nivel internacional ha jugado un papel significativo en el último periodo de luchas, siendo el caso de Egipto y Túnez los más significativos, donde éste segmento de la población fue la chispa de la revolución en el mundo árabe.

Estos pillos reconocen en la juventud a un sector que puede jugar un papel importante en la lucha de la clase trabajadora por mejorar sus condiciones de vida. No hace muchos días AMLO se presentaba en una de las Facultades de la Universidad y fue recibido por cientos o quizá miles de jóvenes que ven en él una oportunidad de lucha para mejorar sus condiciones de vida y de estudio. Es a esto a lo que verdaderamente temen.

Por ejemplo las movilizaciones a finales del año pasado en la Universidad de Guadalajara son para ellos algo que hay que evitar se desarrolle dentro de la máxima casa de estudios, pues significaría una luz del camino a seguir por miles de jóvenes, no sólo estudiantes sino también trabajadores, que cuestionarían la política del espurio de Calderón y las bases mismas del capitalismo. Los agentes de la burguesía ha sacado también lecciones de la lucha de clases a nivel internacional, siendo para ellos el caso de Grecia muy significativo en dónde la juventud fue el primer sector que entro en lucha.

La Universidad pública y la crisis del capitalismo

La Universidad pública atraviesa por una encrucijada que se agudiza con la crisis del capitalismo. Los ataques que en meses pasados han desarrollado gobiernos como el italiano o el inglés en contra de los derechos de los estudiantes de la universidad pública son muestra de que bajo el capitalismo la única salida seria para la juventud es la de luchar hombro con hombro con la clase trabajadora.

En México la educación superior también atraviesa por una encrucijada. Si bien la intención del gobierno espurio es la de acabar de un plumazo con ella, lo cierto es que no tiene nada asegurado. Las declaraciones de Narro en defensa de la universidad pública y su apoyo al rector de la UdeG han creado más obstáculos para un ataque abierto de parte de Calderón y la burguesía. Pero no se quedaran ahí, tarde o temprano lanzaran nuevos y más profundos ataques contra la UNAM y el conjunto de la educación pública. Lo anterior es la base en la que se desarrollan este tipo de visitas a la Universidad, con el único afán de mostrar presencia dentro de la juventud de cara al próximo periodo de la lucha de la clase trabajadora y la juventud.

La defensa de la educación pública es la lucha por el socialismo

Narro ha insistido en la defensa de la educación pública en cada ocasión que ha tenido para hacer declaraciones, pero en los hechos no ha realizado ningún acto encaminado a esta situación. Mientras ha hecho estas declaraciones ha recibido con bombo y platillo a personajes como Ulises Ruiz o Francisco Labastida, que no son otra cosa que enemigos de la educación pública, ello sin olvidar que a la par está impulsando la modificación del Estatuto del Personal Académico (EPA) que atenta contra los derechos de los profesores.

Los jóvenes y trabajadores no podemos olvidar en nombre de la pluralidad, que dichos personajes han sido los rostros principales de los ataques en contra de nuestros derechos. Aunque ahora han puesto un rostro amable ello sólo es consecuencia del temor que tienen ante nuestra clase y la lucha que esta pueda desarrollar.

La privatización de la educación pública es una beta de oro para la burguesía, en especial en el periodo actual en que el capitalismo se encuentra en crisis a nivel internacional. Los ataques a la educación se presentaran en cualquier momento a menos de que los jóvenes y trabajadores nos organizamos para dar la batalla no solo en su defensa sino en la lucha por la mejora de nuestras condiciones de vida y por una sociedad en donde la vida cotidiana no sea una lucha por la subsistencia: una sociedad socialista.