Ponencia: ¡La juventud exige  una táctica revolucionaria de lucha para ganar las elecciones!

A cuatro años del inicio de la crisis económica los cimientos de la sociedad se han visto sacudidos de arriba a abajo. Todas las medidas adoptadas por los Estados capitalistas para intentar impulsar el crecimiento o evitar un descenso mayor de la economía han fracasado. Cada iniciativa ha estado orientada a que la crisis la paguen los trabajadores y la juventud, dejando al desnudo el verdadero actuar de estos: defender fervientemente la propiedad privada y los privilegios de la clase dominante.

Como consecuencia de esta situación existe un gran descrédito de las instituciones y de la democracia burguesa como nunca antes. Todo ello ha tenido una influencia tremenda en la lucha de clases; millones de trabajadores y jóvenes en todo el mundo han transformado su conciencia y han decidido dar la batalla hasta sus últimas consecuencias por una sociedad diferente a la capitalista. La revolución árabe y los acontecimientos en Europa son un ejemplo de ello.

En nuestro país, el panismo, como continuación del priísmo, se mostró como el más firme defensor de la propiedad privada y sin ningún rubor ha demostrado de qué lado está y qué intereses representa. Las condiciones de vida de la juventud a lo largo de los dos sexenios panistas han empeorado hasta un nivel realmente lamentable. La perspectiva en caso de que los partidos de la burguesía sigan gobernando es que  esta situación, lejos de mejorar, empeore en la  medida en que la crisis del sistema capitalista se agudice.

La juventud asediada

La juventud ha sido uno de los sectores de la clase trabajadora más atacado por la burguesía, para muestra un botón: sólo 6 de cada 10 jóvenes en edad de ir al bachillerato lo cursan y sólo 3 de cada 10 en edad de ir a las universidades tienen un espacio. El 42% de los jóvenes trabaja y el 20 por ciento, es decir uno de cada cinco, ni estudia ni trabaja. Esto representa más de 7 millones de jóvenes excluidos de la escuela y de la ocupación. El desempleo dentro de la juventud se duplicó en la última década llegando al 10.3 %. Además, del total de la población juvenil 15 millones son pobres.

Además de falta de educación y trabajo, la juventud es presa de otros males sociales, por ejemplo: es en la población que tiene entre 15 y 19 años donde se registra el mayor índice de contagios de VIH- SIDA con el 31.1 %.  Por si fuera poco, el suicidio es la quinta causa de muerte entre los menores de 15 años y la tercera entre el grupo que va de los 15 a 24 años.

En el terreno laboral, el 66 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 24 años de edad laboran en la informalidad y 40 por ciento de quienes tienen una fuente de trabajo formal no cuentan con prestaciones. Un estudio reciente del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México menciona que las personas que cuentan con una preparación académica, que va más allá de la básica, son las que menos acceden a las fuentes de empleo. Este tipo de situaciones crea una ambiente de incertidumbre muy grande sobre el futuro entre miles de jóvenes universitarios.

Con respecto a la migración, de las 500 mil personas que se calcula que cada año migran a Estados Unidos, el 72% es menor de 29 años y del total cerca de 52 por ciento tiene estudios de licenciatura. A esto, sin duda, contribuye el hecho de que de los 450 mil estudiantes que cada año egresan de las universidades sólo entre siete y nueve por ciento tendrán empleo seguro y estable. Para millones de jóvenes no contar con un ingreso digno o estar en el desempleo significa no poder independizarse del núcleo familiar, impidiendo su desarrollo personal. Para el Distrito Federal, el periódico La Jornada del 27 de febrero del 2012, publicó los siguientes datos: “siete de cada 10 jóvenes de entre 18 y 29 años de esta capital viven en el hogar paterno, materno o en una familia nuclear ya que sus ingresos son insuficientes para poder rentar y, mucho menos, comprar una casa propia, situación que constituye un serio impedimento para los procesos de emancipación juvenil”.

Somos millones los jóvenes que nos sentimos insatisfechos de la sociedad en la que vivimos. Por supuesto que no nos referimos a los hijos de los grandes burgueses o capitalistas, sino a los hijos de los trabajadores que día a día estamos pagando la crisis económica y social del capitalismo. Mientras los sectores más ricos de nuestros país consumen el 56.7% de los bienes, 22.6 millones de pobres apenas consumimos el 3.8 %. No todos estamos viviendo por igual la crisis, somos la clase trabajadora y nuestras familias quienes estamos pagando los platos rotos de la bancarrota de la burguesía y su sistema.

La juventud y la lucha electoral

Los jóvenes, hijos de trabajadores y futuros trabajadores, tenemos que participar de manera activa en la defensa de nuestros intereses de clase. Junto con la clase obrera, la juventud tiene la fuerza para frenar las terribles consecuencias de un gobierno y un sistema en crisis, más aun contamos con  la fuerza para transformar de raíz  la sociedad luchando activamente por el socialismo; por una sociedad donde la lógica de funcionamiento sea la satisfacción de las necesidades del conjunto de la sociedad y no la lógica de la máxima ganancia en beneficio de un puñado de capitalistas como ocurre actualmente.

La lucha por el socialismo pasa en primer lugar por organizar conscientemente a la juventud y a los trabajadores bajo un programa revolucionario del cual se desprenda una táctica de lucha basada en la movilización de masas como la táctica de la huelga general, que es un método de lucha que pone de manifiesto la fuerza de los trabajadores y su peso en la sociedad. La lucha por el socialismo pasa por vincular cada una de las necesidades de la clase obrera y la juventud dentro del marco de una lucha más profunda contra el sistema capitalista. Así vinculamos el derecho a la educación, empleo y salario dignos a la lucha por la expropiación de los capitalistas, poniendo bajo control de los trabajadores el conjunto de la economía.

La clase trabajadora a lo largo de su interminable lucha contra la opresión de la clase dominante ha conformado organizaciones, partidos de izquierda y sindicatos a través de los cuales intenta hacer frente a la burguesía, la cual se encuentra bien organizada en defensa de sus intereses. Por medio de luchas históricas y a pesar de la oposición de la burguesía, la clase trabajadora también ha conquistado la oportunidad de participar en el terreno electoral; accediendo a posiciones en el gobierno los trabajadores luchan por dar solución a sus necesidades. El hecho de que la clase trabajadora pueda llevar a sus partidos al gobierno ha sido producto de una lucha tenaz, de ninguna manera la burguesía y sus partidos han aceptado con beneplácito este hecho, por el contrario siempre intentan por todos los medios que las organizaciones conformadas por la clase trabajadora  no ocupen estos espacios.

Sin embargo, desde el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP) consideramos que las elecciones no son por sí mismas la solución a los problemas de la clase trabajadora, ya que de lo que se trata es de llevar adelante una lucha revolucionaria y de ninguna manera administrar desde la izquierda al sistema capitalista. La participación electoral sin embargo es totalmente positiva en la medida en  que  brinda la oportunidad de aglutinar a millones de trabajadores y jóvenes, que generalmente no participan en política, en una lógica de combate contra la burguesía y sus partidos. Las elecciones son ante todo una oportunidad para organizar y movilizar a escala masiva a la clase trabajadora más allá de su sector de vanguardia. Como organización revolucionaria consideramos a las elecciones como un medio para extender la lucha y  de ninguna manera un fin en sí mismo.

Por una táctica revolucionaria de lucha para ganar las elecciones

Que como clase trabajadora tengamos éxito en el frente electoral está en función de hasta dónde los dirigentes sean capaces de trascender esta lucha, del marco de la democracia burguesa a una lucha combativa y revolucionaria, de otra manera el Estado burgués siempre se encargará de imponer a los partidos de derecha por todo tipo de medios, especialmente el fraude electoral. El estado burgués es un aparato de dominación de clase, por lo tanto un triunfo electoral de la izquierda, especialmente en el caso de la presidencia, pasa por llevar la movilización a un grado tal que paralice al Estado burgués, impidiéndole concretar el fraude electoral. Una huelga general sería un método de lucha que cumpliría con este objetivo, ¡contra el fraude electoral, organicemos la huelga general!

El triunfo de la izquierda en el terreno electoral sería un fuerte impulso para la organización y movilización de las masas, que exigirían resultados a un gobierno que sentirían como propio, por ello la burguesía tiene pavor al triunfo de la izquierda. El CEDEP no tiene una política abstencionista, no damos la espalda a los millones de trabajadores que participan en las elecciones buscando una alternativa de cambio, damos la batalla en el terreno electoral, tomándola como un punto de apoyo para hacer agitación, entre amplios sectores de la clase trabajadora, del programa socialista. Rechazamos las posturas sectarias que  confunden catastróficamente  a los partidos y organizaciones de izquierda como Morena y el PRD con el PRI y el PAN, que son los partidos tradicionales de la burguesía. Por el contrario, pugnamos porque las organizaciones de izquierda sean consecuentes con su base social y adopten un programa revolucionario, pugnamos por que tengan un funcionamiento democrático y que sean depuradas de oportunistas y  burócratas que sólo ven en ellas un trampolín para acceder a puestos y grandes sueldos.

Al mismo tiempo que defendemos el voto para la izquierda, PRD-PT-Movimiento Ciudadano, encabezada por López Obrador, somos críticos de su política. Consideramos que es un error grave intentar conciliar los intereses de los empresarios, sean más grandes o pequeños, con los de la clase trabajadora. En última instancia los primeros buscan maximizar sus ganancias y esto sólo se logra a costa de rebajar las condiciones de vida de los trabajadores. Rechazamos la política de cobijar y ceder candidaturas a ex priístas y elementos que han jugado un papel activo contra la clase trabajadora y la juventud, como Juan Ramón de la Fuente, primer responsable de la represión a la heroica huelga universitaria de 1999. López Obrador tiene que adoptar claramente un programa de clase que rompa con el capitalismo, de otra manera la confusión y desorientación cundirán entre amplios sectores de la clase trabajadora y especialmente dentro de la juventud, lo cual alimentará las filas del abstencionismo.

También creemos que Morenaje debe pugnar por dotar a la juventud de una organización tradicional de lucha, democrática, combativa, revolucionaria, permanente, con carácter de clase y con un programa revolucionario que luche por conformar comités de lucha democráticos en cada una de las escuelas así como en centros donde la juventud converja; porque mínimamente se destine el 10 por ciento del PIB a la educación; por la creación de comedores subsidiados y controlados por los trabajadores dentro de cada centro de estudio; por la creación de casas de estudiantes dignas; por transporte gratuito para los estudiantes; porque el estado garantice un empleo digno al finalizar los estudios; por el regreso del ejército a los cuarteles; por la creación de centros de cultura y recreación para la población; por un incremento del número y monto de las becas para estudiantes; por el derecho a la libre organización dentro de las escuelas; por un subsidio de desempleo digno, entre otras cosas. 

Los jóvenes podemos y debemos hacer más que cuidar casillas y repartir Regeneración; debemos de formarnos políticamente y construir una organización solida que asimile las lecciones de las luchas pasadas y que rescate la tradición histórica de lucha de la juventud.

Los jóvenes revolucionarios, agrupados en el CEDEP, somos participantes activos del Movimiento de Regeneración Nacional Jóvenes y Estudiantes (Morenaje) y asumimos la tarea de ser un polo de referencia para todos aquellos jóvenes que buscan un cambio revolucionario de la sociedad y que bajo esta óptica participan en la campaña electoral de la izquierda.

Únete al CEDEP y defiende este programa dentro del Morenaje; construye junto con nosotros la fuerza capaz de acabar con el capitalismo.

Luchemos contra la derecha y el capitalismo

¡Ni un voto al PRI, ni un voto al PAN!

Votar por la izquierda y luchar por un programa revolucionario para la juventud

Las elecciones se ganan con la movilización y lucha

¡Contra el fraude electoral, huelga general!

El encuentro se realizara el día 28 de abril en la Facultad de Arquitectura de Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México a partir de la 9:00 horas en el Aula P-1 “Enrique Yañez”, a un costado del MUAC. Acércate al comité promotor del encuentro y presenta tus propuestas sobre temas a debatir, acciones a realizar y formas para fortalecer la campaña de propaganda.

Para más informes escríbenos: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. llámanos al 5528048594


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