El 11 de diciembre Peña Nieto presentó una iniciativa para reformar los artículos 3° y 73 de la Carta Magna para elevar a rango constitucional y transformar en obligatorios algunos ataques implementados por Calderón y Esther Gordillo contenidos en la ACE signada en 2008, además de otras acciones. Ello a consecuencia del fracaso panista para aplicar las medidas con la profundidad deseada dada la férrea oposición del magisterio democrático.

La contrarreforma es parte del “Pacto por México” firmado por el PRI, el PAN y el PRD el pasado 2 de diciembre.

Peña propone dotar de autonomía al Instituto Nacional de Evaluación de la Educación para transformarlo en la máxima autoridad en la materia en los niveles básicos  y de enseñanza media (exceptuando en éste último caso a universidades e instituciones autónomas) haciendo obligatorias sus evaluaciones; ello a raíz del fracaso del Examen Universal de Calderón. También se crearía el Servicio Profesional Docente.

Así, en adelante los profesores estarían sujetos a un sistema de promociones y ascensos sujetos a “méritos” personales, aniquilándose el escalafón que norma las relaciones laborales de docentes; también la estabilidad laboral sería destruida pues la permanencia estaría determinada por los resultados de la evaluación. En el fondo se pretende despojar masivamente a los profesores de sus plazas para ser puestas a concurso de oposición o para ser congeladas y recortar en la práctica la plantilla docente de la SEP. Por su parte las nuevas plazas estarán sujetas a concurso tal como a se hace desde hace dos años, pero esta vez por mandato constitucional.

Tras el anuncio de EPN flanqueado por el panista Madero y el perredista Zambrano, el PRI, el PAN y el PRD anunciaron su acuerdo para aprobar la contrarreforma en la Cámara de Diputados el próximo lunes 17 con el objetivo de turnarla en lo inmediato al senado para que entre en función desde enero del 2013.

En su exposición de motivos Peña hipócritamente reconoce el papel de los maestros y lanza loas para la educación pública, sin embargo el proyecto de reforma no dice nada sobre el hecho de que entre 2003 y 2011 la tasa de crecimiento real del gasto público en educación haya pasado del 7.6 al -1.2%, tal como se reconoce en el apartado de la SEP del V Informe de Gobierno de Calderón; y también omite los diagnósticos de la OCDE según los cuales México ocupa el último lugar en gasto por alumno en nivel básico, además de ser el 5° país con los peores salarios para sus profesores, en ambos casos respecto a las 34 naciones que integran dicho organismo.

Y en los planes del Peña se nota toda la intención de continuar con los recortes pues la propuesta de egresos para 2013 de la SHCP, la cual aún tiene que ser discutida y aprobada por las cámaras, plantea una partida para educación un 3.6% menor respecto a 2012.

Para legitimar la contrarreforma, los medios informativos ha optado por el truco barato de insinuar que las medidas van dirigidas contra la gánster Esther Gordillo, sin embargo se trata de una pantalla pues Peña retoma en esencia los planteamientos de la charra sindical y por ello el SNTE inmediato apoyó la iniciativa.

Gordillo es una aliada del régimen pues en 2006 personalmente apeló y ganó el apoyo de algunos gobernadores priítas para asegurar el fraude electoral que le dio el triunfo a Calderón; y en 2012 ejecutó el operativo “Ágora” a través del SNTE por medio del cual, con una inversión de 151 millones de pesos y 27 mil 473 profesores vinculados a los charros, movilizaría 3.5 millones de votos en favor de Peña. El PAN y el PRI tienen serias deudas políticas con Gordillo y mientras esta siga jugando el mismo papel de eficiente operadora política de la derecha y de férreo control sobre el sindicato más numeroso de México, cualquier medida contra ella será pura simulación que en el mejor de los casos sólo le arrebatará migajas para dejar en lo fundamental intacto su estructura de poder.

La reforma realmente pretende golpear al magisterio democrático  del CNTE, principal obstáculo para la política privatizadora de la educación.

No podemos dejar de señalar el traidor papel del ala de derechas del PRD dirigida por Zambrano, presidente nacional del partido. La burguesía ha tratado de vender la imagen de que en dicho partido existe aceptación homogénea ante la propuesta del PRI y sin embargo, contrario a ello, Alejandro Sánchez Camacho, secretario general del PRD, ha manifestado sus temores ante el peligro privatizador  que encierra la reforma además de señalar que es falso que esta afecte la estructura de poder de Gordillo.

Es necesario que la izquierda del PRD, Morena y la CNTE se organicen para purgar al partido de agentes de la burguesía.

No es descartable que el PRI y sus aliados logren aprobar en breve la contrarreforma educativa, sin embargo eso no debe frenar a la lucha en las calles y lanzar a fondo organizando movilizaciones y paros laborales en las que la CNTE tiene que ir al frente acompañada de los sindicatos, de Morena y del ala de izquierda del PRD y su base de apoyo. A esa lucha se tienen que unir los profesores del Colegio de Bachilleres, de los Cetis, Cebetis, Conalep, y de todas aquellas escuelas de enseñanza media que no autónomas, pues la contrarreforma también atenta contra sus derechos. Del mismo modo los universitarios tienen  que ser llamados  a cerrar filas al lado de los sindicatos pues en los casos de la UNAM y de la UAM, tan sólo por mencionar un par de ejemplos, las autoridades ya han anunciado sus intenciones de impulsar algunas contrarreformas. ¡Es necesaria una huelga general en defensa del conjunto de la educación pública!

Los planes de Peña ratifican la intención de pulverizar a la educación pública para trasformar a la enseñanza un botín más jugoso aún para el gran capital, es por ello que al mismo tiempo que luchamos en defensa de esta conquista histórica de la clase trabajadora, también debemos pugnar por expropiar a los capitalistas bajo un programa socialista.


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