Después de la respuesta que Osorio Chong daba al movimiento a nombre de la SeGob, la confusión y las dudas permearon de modo considerable al movimiento. La idea del engaño, el atole con el dedo, permeo significativamente al movimiento e impidió que este valorara de modo adecuado los avances que se habían alcanzado. De hecho con ello también el cansancio de centenas de compañeros y la reducción de asistencia a las movilizaciones fueron cada vez más acentuados, por ejemplo de movilizar a cerca de 150 mil estudiantes el 30 de septiembre día en que Chong tenía que dar cara al movimiento, la movilización del día 10 de octubre era ya significativamente menor con aproximadamente 10 mil estudiantes. Lo anterior es de mucha relevancia, pues debe motivar la discusión a lo interno del movimiento para fortalecer la lucha así como la estrategia y la táctica para seguir impulsando la lucha e incluso integrar a más compañeros a la misma.
Un aspecto relevante en ese sentido es la rectificación que se ha hecho a raíz del asesinato y la desaparición de compañeros normalistas de Ayotzinapa. En un principio el movimiento politécnico rechazo vincularse a esa lucha, siguiendo incorrectamente los rieles impuestos por Yoloxochitl Bustamante y la SeGob para aislar la lucha del IPN. La corrección y modificación, que ha supuesto una declaración de apoyo, no es una cuestión menor sino un hecho de mucha valía política. Pues supone un reconocimiento del error de modo humilde y un compromiso para corregir el camino. Esa es una actitud que reconocemos y celebramos, pues nadie está exento de cometer uno u otro error en el movimiento pero será la actitud humilde y constructiva que sobre ellos se asuma los que permitirán fortalecer al movimiento e impulsar la lucha en defensa de los derechos y conquistas que nos pertenecen.
Los hechos en Iguala han calado hondo, no solo por su atrocidad sino también porque reflejan claramente la situación política del país. El estrecho vinculo entre las altas esferas del poder del Estado con el narcotráfico, al que de palabra se dice combatir, así como la respuesta que reciben quienes hozan desafiar el estado de cosas se han clarificado para el grueso de la clase trabajadora. La masacre de Iguala se cuenta ya entre las peores de la historia de nuestro país contra los estudiantes y jóvenes provenientes de las familias más humildes. La descomposición del régimen, sus vínculos con el narco, su debilidad y el cinismo de sus representantes son cada vez más claros para los jóvenes y trabajadores que desde hace ya varios años hemos sido el blanco de los ataques de ese mismo régimen en descomposición. Y la indignación no ha tardado en manifestarse. Desde el día lunes diversas escuelas realizaban asambleas masivas para discutir las acciones para organizar la lucha por la aparición de los compañeros normalistas, ese mismo día media docena de escuelas votaban mayoritariamente un paro de labores de 48 horas. Para el martes 14 de octubre una decena más de escuelas desarrollaban asambleas masivas, votando unánimemente el paro de labores. Por si no fuera poco todavía el miércoles alguna decena más de escuelas se unían a las acciones y al paro de labores. En total han sido aproximadamente 35 escuelas las que han paralizado las aulas exigiendo la aparición con vida de los compañeros normalistas. Pero si no fuera suficiente con ello, el día jueves otras escuelas como la Facultad de Química han realizado también asambleas masivas para pedir el retorno de nuestros compañeros de Ayotzinapa. De hecho se prevé que en el transcurso de la siguiente semana otras escuelas más, como las del Centro Nacional de las Artes, realicen asambleas para discutir las acciones a impulsar.
Ello es muy significativo pues refleja claramente cuál es el ambiente que se vive en las escuelas públicas del país. Pero incluso entre la juventud en general pues ya diversas universidades privadas como la Ibero o el Claustro de Sor Juana han sido escenario de manifestaciones exigiendo la aparición de los normalistas. Por ello mismo la orientación y la estrategia que se planteen en los próximos días en el Politécnico serán crucial para poder asestar un nuevo golpe al Estado, responsable de desmantelar la educación pública y de la desaparición de los compañeros normalistas, asegurando con ello una mejor situación para la resolución favorable de ambos aspectos. Para ello no solo serán suficientes las declaraciones de solidaridad, es necesario pasar al terreno de la acción planteando una movilización conjunta e incluso ampliando las consignas. Queremos la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos así como queremos la solución definitiva y favorable a la lucha del IPN, pero también queremos la renuncia de Ángel Aguirre como gobernador de Guerrero y se le finquen las responsabilidades correspondientes por la desaparición de los normalistas así como también queremos se resuelvan las demandas más sentidas de la juventud que ha sido atacada desde hace años.
Podría argumentarse en contra del llamado a la unificación de las luchas bajo el supuesto de que la desaparición de los compañeros normalistas es ajena a la situación del IPN o bien que esta última es secundaria. Pero en realidad esos argumentos son totalmente falsos. Desde hace años los compañeros de Ayotzinapa han destacado por su arrojo para defender las normales rurales así como los derechos de la juventud proveniente de las familias más humildes del campo y la ciudad. Por otra parte esos argumentos que pretenden mantener cada lucha por separado son precisamente los argumentos usados por Peña Nieto, Osorio Chong, Yoloxóchitl Bustamente y Angel Aguirre para confundir y aislar las luchas de la juventud trabajadora. En el fondo es la estrategia de división del movimiento, y su aislamiento para tratar con ello de evitar que la lucha se siga desarrollando. Por ello es que el movimiento del politécnico debe plantear claramente que su lucha no es ajena a la de los normalistas, sino todo lo contrario representan precisamente la misma lucha en defensa de la educación pública y de calidad para los hijos de los trabajadores y campesinos.
El ambiente en las escuelas y en las calles es completamente favorable al movimiento de la juventud. La acogida con la que amas de casa, pequeños comerciantes y trabajadores han recibido a los brigadistas que han salido volantes en mano a explicar la situación por la cual miles de jóvenes hemos salido a la lucha es clara en ese sentido. Las muestras de apoyo demuestran precisamente que es posible llevar la lucha a buen puerto, obligando al gobierno a que presente a nuestros compañeros normalistas con vida así como la solución a las demandas del Politécnico Nacional. Pero ello no será obra de la casualidad sino producto de la correcta orientación del movimiento que plante claramente porque ambas luchas son una sola, y porque esta lucha es la lucha también por la defensa de los derechos de los trabajadores.
La disminución de la presencia policiaca en las manifestaciones del último mes es significativa: el régimen es débil y es consciente que avanzar por la fuerza sobre el movimiento es ponerse la soga al cuello. La tarea es clara en ese sentido, seguir fortaleciendo la lucha en las calles y en las escuelas, unificando las luchas al grito de la defensa de la educación pública de calidad para los hijos de los trabajadores y campesinos. Esa es la tarea que desde su fundación el CEDEP ha asumido, pues la defensa de nuestras conquistas y el derecho a defenderlas sin ser amedrentados o desaparecidos por ello, será producto de la unidad del movimiento en las calles. Por eso hacemos un llamado muy claro a la juventud a organizarse con nosotros y defender estas ideas para ayudar a avanzar al movimiento.
¡Presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos!: ¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!
¡Solución definitiva al conflicto del Politécnico!
¡En defensa de la educación pública: Ni un pasó atrás!
¡Unidos y organizados, Venceremos!