Con el inútil intento de justificar los diversos cobros de cuotas en posgrado, las autoridades presentaron estos como una “necesidad” para el desarrollo educativo de áreas de posgrados como Derecho, Diseño Industrial y Enfermería. En el fondo carecen de una verdadera argumentación para justificarlos y tuvieron que recurrir a comentarios como que “la calidad cuesta”, o “solo se cobran cuotas a una cuarta parte de los estudiantes de la Universidad”, “¿Realmente no deberían pagar nada los extranjeros, pueden venir como hace 500 años a llevarse lo que quieran?” (Respecto al cobro de mil doscientos dólares a extranjeros). Obviamente no mencionaron hay posgrados donde no se hacen estos cobros y sin embargo se tienen las mismas condiciones que donde su los hay. Por otra parte intentaron cobijarse en la “legalidad” universitarias para justificar los cobros, que por supuesto están en contradicción con el artículo tercero de la constitución.
Los cobros ilegales en posgrado, y en el resto de la educación, tienen como consecuencia la elitización de la misma, provoca que el ingreso de un estudiante se transforme, no importa el nivel de conocimientos del estudiante sino la posibilidad para pagar cuotas de inscripción que alcanzan hasta los 7 mil 500 pesos por semestre.
Las demandas que los compañeros de posgrado exigen son: el cese definitivo de cobros académicos y administrativos, abrogación del reglamento general de pagos, transparencia total en la administración de éstos y devolución de cobros mal habidos.
La Huelga de 1999 fue una lucha en defensa de la gratuidad y calidad de la educación superior, sin embargo mientras vivamos en un sistema de producción donde el pueblo es quien paga los platos rotos, cualquier victoria no se tendrá ganada para siempre, pues el día de mañana nos la arrebatarán. La educación pública la pagan con el sudor nuestros padres, los trabajadores. La educación no es un privilegio, es un derecho.
Uno de los aspectos claves para poder triunfar en esta lucha es tomar como arma fundamental la organización y la movilización de los jóvenes y al mismo tiempo su vínculo con los trabajadores. Debemos retomar los métodos tradicionales de lucha.
¡Abajo el cobro de cuotas en las Universidades públicas!
¡Por una educación pública y de calidad!