Los candidatos plurinominales se eligieron de entre los tres mil militantes que previamente fueron postulados en asambleas por cada uno de los 300 distritos electorales en que se divide el país. Andrés Manuel López Obrador (AMLO), dijo que mediante este método (sorteo) se garantiza que al Congreso llegaran verdaderos representantes del pueblo. Sin embargo, en la mayoría de las asambleas distritales, militantes de base que desde hace varios años han venido trabajando y luchando por el Proyecto Alternativo de Nación que propone López Obrador, y que quedaron desplazados de la posibilidad de ser candidatos, cuestionaron la falta de democracia real dentro del partido.
El día del sorteo, López Obrador también advirtió que no permitirá traiciones al partido por parte de quienes resulten electos diputados federales. Les pidió actuar con rectitud y honestidad, pues “en el partido hay dos cosas fundamentales que tienen que ver con la izquierda: tener buenos sentimientos y ser honesto”, dijo. Sin duda que es importante “ser honestos” por parte de quienes resulten electos diputados, pero eso no es suficiente. Para evitar que estos traicionen, es necesario, además que estén controlados por la base militante del partido, a quien deben rendir informes regulares de su trabajo parlamentario. Para que no abandonen los principios partidarios y no defiendan intereses personales que los lleve a corromperse, es necesario también que los diputados electos, entreguen su salario íntegro a las finanzas del partido y que sólo reciban el equivalente al de un trabajador cualificado.
Los diputados de Morena que resulten electos, también deben ponerse al frente de las luchas más sentidas de los millones de jóvenes y trabajadores que enfrentamos condiciones de vida precarias en nuestro país. No es suficiente el trabajo parlamentario que puedan y deben desarrollar para legislar en favor de la clase trabajadora. Como ha quedado demostrado, no es sólo “tomando” la tribuna o el Congreso como se frenaran los ataques que pretende seguir dando el gobierno de Peña Nieto. Necesitamos un partido combativo que convoque a la movilización, que sea una verdadera herramienta de lucha para defender nuestros derechos en las calles y la tribuna. Así sean las leyes más progresistas las que se logren aprobar en el Congreso, estas no se llegaran a cumplir sin la movilización en las calles.
Necesitamos, además, que Morena sea un partido democrático, con Comités de Base, donde participen de manera regular todos y cada uno de los militantes. Donde discutan sobre las necesidades que tienen en sus barrios y colonias, sobre las problemáticas estatales y nacionales; y donde definan las líneas de acción y la política a seguir por parte del partido. Debe existir la más amplia participación y libertad para discutir, así como la máxima unidad en la acción para luchar como un solo hombre contra el enemigo común: la burguesía y su gobierno representado por Peña Nieto.
Morena debe abanderar un programa de lucha anticapitalista, que considere no sólo las necesidades más sentidas de los jóvenes y trabajadores (trabajo y salario digno, educación, salud, vivienda, cultura, recreación, etc.), también debe plantearse la transformación social. Porque mientras vivamos bajo el capitalismo, lo que hoy logremos ganar con la mano izquierda, mañana la burguesía nos lo arrebatará con la derecha.
