En primer lugar se vuelve indispensable clarificar los resultados obtenidos hasta el momento y los métodos a partir de los cuales se han logrado. Actualmente domina una visión incorrecta entre amplios sectores de la juventud, producto de la falta de clarificación de sus organizaciones y de la dirección del movimiento, en torno a los logros del movimiento. Si bien es cierto que hasta ahora la demanda fundamental del movimiento, el retorno de nuestros compañeros, no se ha obtenido sería falso e incorrecto plantear que nada se ha logrado. Al contrario, aunque existe un trecho por recorrer, los logros del movimiento son significativos.

En primer lugar, y este es el aspecto central, el movimiento ha logrado movilizar a miles o millones de personas bajo una sola consigna “vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Es decir ha catapultado de nueva cuenta la movilización de miles de jóvenes y trabajadores, demostrando la falsa y miserable idea de la supuesta apatía en nuestro país. Dicha idea, promovida por la burguesía y sus políticos, fue la base sobre la que intentaron lanzar una gigantesca loza al movimiento en nuestro país después de 2012. La debilidad del gobierno de Peña Nieto fue evidente desde entonces cuando tuvieron que recurrir primero al fraude y después al Pacto Por México, para sobre esa base tratar de consolidar la imposición. La falta de decisión de las direcciones, AMLO y #YoSoy132, dio píe para que dicha imposición se consolidará. De este modo la burguesía trató de paralizar al movimiento, lanzando un balde de agua fría, sobre la supuesta fortaleza del PRI y del gobierno de Peña Nieto. Así fue como lograron consolidar las contrarreformas estructurales en los dos últimos años.

De lo anterior resulta importante destacar otro de los logros del movimiento: logró tirar la máscara de fortaleza de Peña Nieto, demostrando la profunda debilidad del régimen y la verdadera fortaleza del movimiento. La renuncia de Ángel Aguirre al frente del Gobierno de Guerrero e incluso la cancelación de la candidatura de su hijo a la presidencia municipal de Acapulco, son ejemplos claros de ello. Ese es un aspecto que es muy importante explicar y discutir, pues Peña Nieto había logrado construirse una imagen muy favorable. Las movilizaciones recientes, no sólo han evidenciado la barbarie por la que atraviesan miles de mexicanos, sino ha sido una alerta de llamada para la burguesía en su conjunto. Ello además se ha reflejado en las cada vez mayores fracturas en el régimen, basta señalar la supuesta renuncia del Secretario de Gobernación, Osorio Chong, a principios de diciembre. Independientemente de si es o no verdad, el hecho de que tal rumor haya sido noticia refleja precisamente las divisiones a lo interno del régimen. Por otra parte la reciente destitución de Jesús Murillo Karam al frente de la PGR, es un claro intento por lavarle la cara a la desacreditada justicia mexicana. Incluso la detención de Servando Gómez Martínez “la “Tuta”, sin ser la única razón, se explica en buena medida por las presiones del movimiento. Al mismo tiempo las movilizaciones han dado pie a las presiones internacionales, que si bien no son obras de caridad, si reflejan las entornes tensiones entre diversos sectores de la burguesía temerosa de que las movilizaciones en nuestro país sean un aliento para Centroamérica y el mundo. Sería suficiente señalar el llamado de atención de la ONU entorno a la grave situación por la que atraviesa nuestro país. Más interesantes son las declaraciones de José Miguel Vivianco de la División de las Américas de Human Watch Rights quien ha cuestionado en múltiples ocasiones la versión de la PGR y denunciado la situación por la que atraviesa nuestro país.

Sin ser únicos, los hechos anteriores evidencian precisamente la debilidad del régimen quien ha sido sorprendido con una maravillosa respuesta del movimiento juvenil y de trabajadores. Esta es la primer discusión que debemos tener, pues la única forma de convencer de la necesidad de la movilización es explicando sus resultados y sus objetivos a miles de personas y que ello sea la base para una nueva ofensiva del movimiento. Sin eso, aún cuando se hagan miles de convocatorias para la movilización, no lograremos movilizaciones tan impresionantes como las del año anterior.

Hay que reconocer que ha hecho falta una orientación política clara, que sea capaz de explicar la situación y al mismo tiempo de dar alternativas reales al movimiento. En lugar de eso, lamentablemente, hemos tenido solamente llamados a movilizaciones sin una explicación de los logros y de los nuevos objetivos. Un ejemplo muy claro es que las movilizaciones han bastado con la demanda de la aparición de los 43 compañeros, demanda que es central sin duda, pero sin reivindicar las demandas que el movimiento ha reivindicando en las movilizaciones como la caída de Peña Nieto. Al mismo tiempo las convocatorias se han hecho totalmente al aire, sin ningún llamado a la organización y sin realizar una crítica a quienes han tratado de imponerse por medio de las maniobras al frente del movimiento.

La continuación de la lucha, de nuevas y maravillosas movilizaciones, es totalmente posible. Pero para ello es necesario realizar un llamado a fortalecer las asambleas en las escuelas y de modo central, a discusiones democráticas donde todos sean escuchados de tal modo que las decisiones sean impulsados de forma homogénea. Al mismo tiempo es necesario hacer un llamado a la organización de mítines, saloneos y otras actividades que incentiven la propagandización de las ideas, el análisis de la situación y las convocatorias. No basta que se convoque por medio de una nota en la prensa o de un llamado al aíre, hay que organizar las convocatorias. Explicando los resultados alcanzados hasta ahora, así como los nuevos avatares. Incluso la abierta reivindicación de la caída de Peña Nieto, haciendo un llamado a movilizarnos claramente por tal motivo, que por supuesto está vinculado con la justicia para los normalistas y padres de familia. Que duda puede caber que Peña Nieto es totalmente responsable de la situación y de la justicia imperante, y que su caída abre la posibilidad de lograrla.

Las condiciones son totalmente favorables para desarrollar nuevas y potentes movilizaciones e incluso para lograr la tan ansiada renuncia de Peña Nieto. Pero no son suficientes esas condiciones, es necesario un llamado y una actividad enérgica de propagandización y organización para lograrlo. Es ahí donde salta la necesidad de una organización nacional de los estudiantes que lo haga realidad. Las jornadas del año anterior han sido maravillosas, pero se han desarrollado al calor de los hechos, con mucho ánimo y poca explicación ante lo evidente. Ahora precisamente es cuando se hace necesario explicar lo que no es evidente, así como reorganizar la lucha en esas nuevas condiciones para lanzar la nueva ofensiva. Ello solo puede lograrse a partir de la organización de los sectores más conscientes del movimiento, de su formación política para enfrentar esas nuevas dificultades a las que se enfrenta el movimiento. Por eso invitamos a nuestros lectores a defender estas ideas en el movimiento y al mismo tiempo a organizarse con nosotros para preparar una nueva ofensiva para exigir justicia por nuestros compañeros desaparecidos, y al mismo tiempo prepare el terreno para que esta clase de acontecimientos no vuelva a ocurrir jamás.


banner libres y combativas

banner

banner

banner libres y combativas

banner revolutionary left

banner sindicato de estudiantes

banner revolucion rusa