¿Aprobación de dictamen educativo o re-aprobación de reforma educativa?
¿Sabías que el pasado 27 de marzo, las comisiones unidas de: Educación y Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobaron el dictamen de reforma a la Constitución en materia educativa? En esa aprobación prácticamente dejan igual la reforma educativa anterior. La iniciativa presentada por López Obrador de desaparecer hasta la última coma reforma no sólo fue olvidada, sino que incluso resulta una burla por la simulación de un cambio, al ser una reforma disfrazada. Los partidos de oposición, en acuerdo con legisladores de Morena aceptaron los cambios que representan graves regresiones en los derechos laborales del magisterio, lo cual sería como reditar una reforma con carácter laboral, pues, aunque se le quite lo punitivo a la permanencia en el servicio, representa un alto costo para los maestros y el propio sistema educativo.
De lo que no quedó ni una coma fue de las promesas de López Obrador, pues el dictamen trunca la idea central de la IV Transformación, el bienestar, como aparece varias veces en sus discursos y no se ve reflejado para nada en esta “nueva reforma”.
Desenmascarando al decreto educativo….
¿Sabes qué es lo que se aprobó y por qué indigna tanto al magisterio democrático?
Cualquiera que escuchara a Moctezuma Barragán en sus videos creería que el acuerdo educativo es un verdadero cambio, producto del gobierno de la 4ta. transformación. Sin embargo, la presión que ejerció la CNTE nos pone a cuestionar dicha afirmación. Y es que esta presión no es fortuita, sino que evidencia el disfraz descarado que se le ha puesto a esta “nueva” reforma educativa que sigue teniendo la línea del de la reforma de Peña Nieto.
En realidad, los cambios son una simulación: cambia el concepto de calidad por excelencia. El INEE no desaparece, sino que cambia de nombre y continúa como organismo autónomo. Los clubes no tendrán una evaluación, lo que apunta a desvalorizar a los profesores de tecnológicas y apunta a la la desaparición de sus asignaturas. La cuestión punitiva de la reforma queda eliminada, cuestión que resulta positiva además de que se establece en un artículo transitorio, que los perjuicios causados por la Ley General del Servicio Profesional Docente quedarán sin efecto, una vez publicada la ley y entrada en vigor, lo que significaría la reinstalación de cesados y censadas, sin embargo, esto se ha convertido en una maniobra para que los profesores acepten la reforma y no protesten más, cuando había sido un acuerdo establecido con la SEP el 21 de febrero y que no se ha implementado. Además de eso la evaluación no desaparece al 100%, sino que habrá una evaluación permanente (que aún no se tiene clara) y en la práctica el docente continúa siendo el culpable del desastre educativo. Por otro lado, también se tambalea la promesa de que la educación superior sería obligatoria para todos, pues se condiciona a los requisitos y posibilidades que tenga cada casa de estudios de dicho nivel. La educación especial también está en riesgo al ser disfrazada como educación inclusiva.
Esto y demás aspectos ha generado inconformidad y molestia en el magisterio nacional, pues la lucha que se ha dado en contra de “la mal llamada reforma educativa” y el triunfo que obtuvimos al sacar a la derecha el pasado primero de julio, no está obedeciendo a las necesidades de alumnos y maestros. Por lo contrario, quieren disfrazar de cambios, a una reforma que es prácticamente igual al gobierno Peñanietista.
Lo mismo pasa con los principios de la educación que siguen estando bajo la gobernanza anterior, es decir, bajo organismos de la autodenominada sociedad civil, expertos, organismos empresariales, organismos internacionales. Pareciera que la gran trampa del Dictamen es: sacar a todas las cuestiones malas por la puerta y regresarlas por la ventana, es decir: corregida y aumentada.
De nuevo la simulación del Estado en un tema nodal para el país. De nuevo la negociación con la derecha y los sectores económicos privados. Está claro que no se puede confiar en los gobernantes sean del color que sean. Está claro el continuismo de los intereses de la burguesía por encima de las necesidades de la clase trabajadora, no sólo en el tema educativo sino también el proyecto económico.
La lucha del magisterio democrático
Es innegable que el hecho de que se le haya quitado lo punitiva a esta reforma ha sido la presión que ha ejercido la CNTE, la lucha constante de este magisterio democrático que siempre ha dado la batalla para tener mejores condiciones laborales y una mejora en la calidad de la educación para los estudiantes, hemos visto en años pasados como han logrado detener la evaluación y ahora se ve claramente el reflejo de esa lucha. Sólo debemos confiar en la fuerza del magisterio democrático y en la movilización de los sectores de trabajadores en huelga o en lucha por sus reivindicaciones laborales. LA CNTE deberá plantear este 5, 6 y 7 en su congreso, una movilización e incluso una huelga general que obligue a que en las leyes secundarias se apueste por una real educación para todos y todas de calidad y que exista una verdadera revalorización del magisterio tanto en educativo como en lo económico.
Por tanto, digamos ¡no! a esta imposición del gobierno federal ni la cámara de diputados, pasemos a la ofensiva exijamos al presidente de la república y al secretario de educación los siguiente:
- Reinstalación de todos los cesados y cesadas.
- Abrogación total de la “mal llamada reforma educativa” y del acuerdo.
- Creación de un proyecto alternativo de educación.
- Democracia sindical en el SNTE, en manos de la CNTE.