La guerra imperialista que se vive en Ucrania ha puesto en evidencia el callejón sin salida que supone este sistema para la clase trabajadora. Tras dos años de terrible pandemia, de millones de muertos, se suma una escalada ofensiva de los patrones contra nuestros derechos, de inflación descontrolada, hundimiento del poder adquisitivo, un crecimiento vertiginoso de la precariedad en el empleo, desigualdad y empobrecimiento.

Más pobres, mientras los ricos se hacen más ricos

Mientras las condiciones de vida de la clase obrera y la juventud sufren un retroceso continuo, los grandes capitalistas, las trasnacionales de la alimentación, los monopolios energéticos, los bancos o las grandes industrias automotrices y de distribución como Amazon obtienen beneficios records fruto de las explotación, acaparamiento y especulación.

Los empresarios y patrones de todo el mundo, nos piden “sacrificios”, tal y como ocurrió durante la pandemia, mientras ellos se hicieron más ricos, por ejemplo, Carlos Slim ocupa el número 13 en la lista de los hombres más ricos del mundo, con una fortuna privada de 81 mil millones de dólares, German Larrea dueño del conjunto minero Grupo México su capital asciende 30 mil millones de dólares o Carlos Salinas Pliego que disfruta una riqueza 12.4 mil millones de dólares.

En contra parte de esto la realidad que padecemos día a día es el desempleo, la informalidad, precariedad laboral y salarios de miseria, recortes constantes de nuestros contratos, prestaciones y pensiones. Lo ganado dentro de este gobierno es una gota en el océano, cuando el precio de la gasolina, los alimentos, la vivienda y los servicios están por las nubes. 

Si bien se realizaron modificaciones a la LFT, estas no han podido resistir los embates que están dando las empresas. Hubo modificaciones en los términos de la subcontratación, pero en los hechos solo ha significado nuevas reglas para ejercerla, se reguló el teletrabajo, pero la brutal explotación y abuso de jornadas de trabajo extendidas es una cotidianidad, disminuyó el número de semanas cotizadas para acceder a una pensión pero estas se siguen pagando en UMAS y continúan precarizadas, y se reconocieron los derechos de las trabajadoras del hogar pero se está lejos de que las millones de mujeres que laboran en esta situación tengan un trabajo digno y bien remunerado.

Durante años, las direcciones sindicales firmaron contratos que rebajaban nuestros derechos, en la mayoría de las ocasiones contra las opiniones de sus afiliados, y gracias a esta política de constante rendición los empresarios consiguieron que los salarios y derechos de la gran mayoría de los contratos se redujeran al mínimo legal y materialmente posible. Por si fuera poco, las brutales subidas de precios de este año han pulverizado los aumentos salariales.

Forjando el movimiento obrero

Debido a estas condiciones materiales y con las modificaciones en el terreno de la democracia sindical se abrió una fisura, que diversos sectores de trabajadores en el país están usando al máximo para enfrentar a los charros en diversas empresas y sindicatos. Son el caso de GM en Silao, Guanajuato, donde el Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Automotriz (SINTTIA) tras años de dura lucha obtuvo en febrero pasado el 76% de los votos venciendo contundentemente a la CTM, ganando con 4, 192 de los votos de un total de 5, 478 emitidos, la CTM logró apenas 247 votos y la participación ha sido alta, con un 88% de los trabajadores registrados en el padrón.

Otro ejemplo es el SNITIS en Tridonex, Matamoros, que con mil 126 votos aplasta al Sindicato de Trabajadores Industriales de Plantas Maquiladoras y Ensambladoras que sólo registró 176 votos con un 80% de participación de la planta.    

La victoria de estos centros de trabajo contrasta con las elecciones para la Secretaría General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) donde Ricardo Aldana, colaborador estrecho del antiguo cacique Carlos Romero Deschamps y participante directo del Pemexgate, se impuso a sus 24 contrincantes con un 70% de los votos.

La burguesía y los charros no se esperaban esta rebelión que incluso han tenido sus reflejos en baluartes del control y corporativismo como el STPRM. Acciones como las de los trabajadores de la Sección 11 de Minatitlán, Veracruz, donde en medio del proceso electoral realizaron plantones, bloqueos, mítines, marchas para denunciar la represión, la coacción y el charrismo, refleja hasta donde están dispuestos a llegar, sobre todo motivados por los triunfos en otros sectores.  

Las elecciones en PEMEX

Para mantener la ilusión que las cosas han cambiado en el terreno sindical, vimos en la mañera desfilar a los más de veinte candidatos inscritos para contener por la Secretaria General, este burdo y demagógico ejercicio demuestra las hondas raíces de las presiones brutales que se viven dentro de este sector. El nuevo Régimen trata de calmar los instintos más a la izquierda de los obreros que ponen en riesgo muchas cosas a través de este ejercicio, pero también, es una estrategia para avanzar en ahora ellos controlar uno de los sindicatos más poderosos del territorio.

Si bien muchas candidaturas demostraron abiertas y claras posiciones oportunistas para colarse dentro de la 4T, todo el proceso que se vivió en los centros de trabajo dentro de la base obrera demuestran un sincero deseo de romper con el modelo sindical de colaboración de clases y hacer frente a los ataques recientes a las condiciones laborales.

Durante la pandemia en la industria no aplicaron las medidas de seguridad que la gravedad de la situación demandaba, y aunque no hubo ninguna protesta masiva, el malestar se extendió y hubo manifestaciones dispersas en varios centros de trabajo e incluso en el sector de las maquilas hubo una marcha en Cd. Juárez dirigida por el SNITIS.  

Las pasadas elecciones en Pemex, así como las de Panasonic, en Reynosa, son trascendentales no sólo por ser novedosas sino también porque definen la dirección sindical que negociara las condiciones de trabajo en un contexto de ofensiva del sistema contra la clase trabajadora.

Por ello los candidatos honestos de la clase trabajadora necesitan levantar un programa de defensa firme de los derechos de los trabajadores, basado en un modelo sindical combativo y orientado a estimular la participación de los trabajadores en la toma de decisiones, que retome la movilización y la lucha.

La democracia sindical se consigue luchando

La estrecha alianza tejida por las patronales y los charros no va a ser capaz de paralizar indefinidamente la ola de descontento y rebelión cuyas primeras avanzadas se están viendo ahora y se extiende rápidamente. La profundidad de la actual crisis capitalista excluye la posibilidad de que aquellos proyectos políticos y sindicales que se muestran tan sumisos con los poderes empresariales y que llevan por bandera la desmovilización, los acuerdos y pactos, consigan avances significativos para la clase trabajadora.

El triunfo que tuvieron las y los compañeros del SNITIS en Tridonex es un ejemplo de cómo hacer las cosas. Plantarse a fuera de los centros de trabajo con volantes, manta y sonido, explicando a los compañeros los motivos de la lucha, dando confianza en sus fuerzas, llamando a la afiliación y a la batalla poniéndose de ejemplo concreto que, si se puede, combinado con el trabajo clandestino dentro de la planta es algo que tenemos que replicar ampliamente.   

Es hora de combatir todos los ataques y los argumentos de la renuncia permanente a dar la batalla que todo lo justifica por una supuesta correlación de fuerzas desfavorables a la movilización, que una y otra vez echan la culpa al trabajador que no se mueve. No, el problema es que estos dirigentes desprecian a los trabajadores y han sido asimilados a la lógica del sistema. Tenemos que reivindicar un programa que retome las demandas más sentidas junto con un llamado a la movilización, esto no sólo sería bien acogido además abriría una revuelta nacional obrera.

Ahora en la batalla en telefonistas no basta con mostrar un poco de músculo o simular que se está dando la batalla para sacar un poco de presión, cuando cínicamente Slim plantea la imposibilidad económica para mantener las condiciones dignas de trabajo. Una política que Hernández Juárez respalda y apoya, de ahí que plantea entre las demandas el ampliar el mercado de Telmex para conservar la materia de trabajo y las ganancias, reproduciendo el discurso empresarial, en vez de evidenciar las ganancias estratosféricas que ya posee este magnate a costa de los trabajadores y usuarios de los diferentes servicios.

La estrategia de pacto social y desmovilización de los aparatos sindicales se seguirá profundizando, apuntalando los planes de la patronal, y saboteando cualquier movilización combativa que cuestione una paz social con la que nada tenemos que ganar, por eso la batalla por la democracia sindical en el contexto actual no será una pelea fácil, todo lo contario, será un enfrentamiento abierto y duro, la burguesía y la patronal están sacando lecciones y no pueden permitir que los ejemplos de triunfos sobre los charros se sigan extendiendo, necesitan direcciones dóciles para los embates próximos. La batalla está abierta y se intensificará. 

Es más urgente que nunca levantar la bandera de un sindicalismo combativo, democrático, de clase y asambleario, que se base en la fuerza del movimiento obrero, que refuerce su conciencia y capacidad de organización. Sólo de esta manera podremos frenar los ataques y abusos empresariales, el empobrecimiento al que nos está abocando la escalada inflacionaria y los planes de la burguesía, para que no seamos las y los trabajadores los que de nuevo paguemos sus crisis y sus guerras.

Tenemos que unificar nuestras luchas, debatir sobre el momento político y sindical que atravesamos, y compartir las diferentes y numerosas experiencias de lucha obrera que estamos viviendo desde las y los jornaleros de Valle de San Quintín con el SINDJA hasta Quintana Roo con las y los trabajadoras de la explotación turística, para situarnos ante los grandes desafíos que tenemos por delante. Nuestras tareas en cada fábrica y cada sindicato, son las mismas, ni una lucha más aislada y de la mano de los charros.


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