El salario magisterial, no alcanza ni para cubrir la canasta básica de una familia

Sabemos que, para poder pertenecer al gremio educativo, sólo hay dos caminos: el primero, el sector público (SEP), donde puedes ingresar a través del concurso de oposición docente, obteniendo una plaza bajo los absurdos requisitos y procesos de la USICAMM. La segunda, plazas por la vía de las escuelas particulares, donde te enfrentas a sueldos míseros sino es una escuela reconocida. 

Sin embargo, no todo termina ahí, el profesorado, en todos los niveles, nos enfrentamos a muchas situaciones que merman nuestro salario y nuestra estabilidad y dignificación laboral. Por un lado, la mayoría de los profesores no contamos con tiempo completo en ninguno de los niveles educativos, según el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) sólo alrededor del 10% de los profesores contamos con tiempo completo, lo que demuestra que para el resto ha sido urgente buscar otras alternativas de trabajo, con una segunda e incluso tercera plaza, que implican recorridos hasta de 5 horas diarias, gastos de transporte, compra de material didáctico, inseguridad, desgaste físico – emocional, etc.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indique que el personal docente preescolar gana $9,000 pesos al mes en promedio; el de primaria $10,000 y el de secundaria $11,000. Los docentes de Educación media superior y superior no distan tanto de estos salarios. Sin embargo, el costo de una canasta básica alimentaria y no alimentaria es de más de 3,628 pesos al mes para una sola persona, es decir, alrededor de una tercera parte de su salario, por lo que sí es una familia de cuatro integrantes, ese sueldo no alcanzaría a cubrir las necesidades de la familia. Cabe señalar que esta es una constante que se ha dado desde gobiernos anteriores y que aún no han sido dignificados. 

El magisterio exige a diario, democracia y más salario

La única forma de aumentar el salario había sido con “carrera magisterial” en 1992, y que se sustituyó con un programa de estímulos y más tarde, con la nueva reforma, cambió a promoción horizontal y sólo ha servido para dividir al magisterio y ponerlos en competencia; además de incentivar la meritocracia y generar desigualdad. 

Para el primer año de gobierno de la 4T (2019), el incremento al sueldo base pactado entre la SEP y el SNTE para el magisterio fue de 3.35% y la inflación anual alcanzó el 3.64%, por lo que nuestro salario se devaluó en 0.29%. En 2020, el incremento fue del 3.4%, igual que la inflación. El año pasado (2021), el incremento fue del 3.9%, mientras que la inflación alcanzó el 7.36%, por lo que nuestro salario se devaluó en 3.46% más, habrá un aumento nuevamente pactado entre el SNTE y AMLO, pero lo más seguro es que quede de nuevo sobrepasado por el aumento de la inflación y el coste de la vida.

Por planes de estudio dignos y profesionalización docente

En lo que refiere al plan y programas de estudios desde el actual Gobierno hemos trabajado con la Nueva Escuela Mexicana que en realidad ha continuado con los planes anteriores, sólo agregando lo “humanista” y socioemocional. A inicios de este año la Secretaría de educación pública, Delfina Gómez, anunció un cambio de planes y programas, en donde hacía alarde de estar desarrollando un modelo educativo de la 4T, donde habría una “nueva” escuela mexicana con prioridad para profesionalizar a los docentes en este periodo pos pandemia, y también rescatar los aprendizajes esenciales, tomando en cuanta a los maestros y maestras a través de 330 mil que participaron de manera presencial y más de 669 mil en plataformas digitales, tanto de educación básica, media superior y superior.

No obstante, el sistema educativo, no ha tenido cambios sustanciales que vayan hacia la dignificación educativa, ni mucho menos se ha abierto a la enseñanza de temas fundamentales como la educación sexual, no sólo para ser reflexivos sobre la decisión y el cuidado de nuestros cuerpos, sino también para respetar y hacer valer nuestros derechos. Por lo contrario, les ha abierto la puerta a instituciones ligadas al clero como el “Instituto del Espíritu Santo” incrementando la pérdida de la laicidad en la educación e inculcar valores religiosos que nos oprimen.

Necesitamos planes y programas de estudio, que realmente formen infancias y jóvenes críticos, reflexivos, analíticos, con un enfoque científico, popular, colectivo y al servicio de la sociedad, y los doten de herramientas para enfrentar todos los acontecimientos que estamos viviendo.

Requerimos que en esos planes se incluya las voces de la mayoría de los docentes de manera real y no simulada, y que tengan una continuidad independientemente de quien esté al frente de la SEP, ya que en lo que va del gobierno de la 4T, los secretarios de educación la han mirado sólo como un trampolín para buscar otros puestos más altos, así lo ha hecho Moctezuma Barragán que ahora está en la embajada de EEUU y al parecer Delfina también dejará el cargo por la candidatura del gobierno del EDOMEX, a ninguno le ha importante realmente mejorar la educación pública.

Por otro lado, necesitamos la profesionalización de nuestros docentes con cursos y talleres gratuitos ofertados por instituciones públicas, que abonen realmente a continuar con una escuela laica, gratuita, obligatoria y científica. Estos refuerzos y actualizaciones deben ser llevados a cabo en horarios laborables y con retribución salarial, las y los maestros formándose, también están trabajando.  

La deuda de AMLO y la 4T con el gremio magisterial

Los maestros y maestras siempre hemos estado en la lucha. Tras la entrada de la 4T ha habido algunos cambios como la reinstalación de alguanos profesores, sin embargo, continúa una deuda muy grande para el magisterio que dio su apoyo para AMLO esperando mejorías que aún no llegan.

Por lo que no nos queda más que seguir luchando, desde arrebatar verdad y justicia con castigos ejemplares para todos los culpables, en todas las jerarquías, en el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, -no sólo queremos el informe detallado de lo que sucedió ante toda la sarta de mentiras que puso Peña Nieto-.

Continuaremos exigiendo fuerte y claro el cese a la desaparición de las escuelas normales, queremos más presupuestos y menos represión a esas escuelas que forjan profesores que luchan por una educación digna.

También luchamos por legitimidad absoluta para el único sindicato democrático (CNTE) y declaramos la guerra al charrismo sindical de la dirigencia del SNTE.

Necesitamos planes y programas de estudio libres del clero y con contenidos de educación sexual integral.

Salarios dignos, con plazas basificadas para cada docente. Profesionalización docente que no implique una carga horaria. Infraestructura digna en cada escuela. Destinar del 10% del PIB a la educación pública.

No pararemos hasta lograr empleo digno para las y los docentes, y educación digna para nuestros alumnos. Extendamos, unifiquemos y organicemos la lucha: estudiantes, trabajadores, padres de familia y comunidades. Impulsemos desde la CNTE asambleas democráticas escuela por escuela, zona por zona, para levantar un plan de rescate a la educación pública que la saque del abandono, la precariedad y el atraso.

¡Este 15 de mayo todos y todas a las calles!

¡El maestro luchando también está enseñando!

¡Unidos y organizados por un rescate efectivo a la educación pública!


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