A unos días de iniciar la campaña del rector Enrique Agüera para reelegirse por un siguiente periodo al frente de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el sábado 12 de septiembre, en Asamblea General, los trabajadores aglutinados en torno al Sindicato Unitario de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla (SUNTUAP), decidieron realizar una huelga de hambre para exigir la toma de nota de su sindicato, seguridad social para los trabajadores que no la tienen y, en general, mejores condiciones laborales tanto para los académicos como para los trabajadores administrativos.

“Somos la única ‘macrouniversidad’, es decir del grupo de universidad con mayor tamaño, que cuenta con la calidad acreditada en la totalidad de su matrícula. Eso nos convierte en una de las mejores universidades del país, que sabe elegir su futuro, que su quehacer es la calidad” (La Jornada de Oriente, 19/08/09). Esto declaró recientemente el rector, al recibir la acreditación del 100% de los programas y planes de estudio que ofrece institución.

Declaraciones como la anterior, son las que siempre se han dado de manera demagógica por parte de las autoridades, tratando de ocultar la verdadera realidad que enfrentan los estudiantes y trabajadores al interior de la universidad. En el caso de estos últimos, como parte de la llamada “nueva cultura laboral” y la visión empresarial de las autoridades universitarias, en febrero del año 2007 no sólo se modificó el Régimen de Jubilaciones y Pensiones aumentando de 25 a 35 años de servicio el periodo para jubilarse, sino que, después, en septiembre del mismo año, se empezó a promover un nuevo esquema de contratación (Outsourcing), basado en la subcontratación de personal administrativo y de limpieza, a través de empresas privadas, que no establecen plazos ni procedimientos para obtener la definitividad o base, dejando a los trabajadores en la inestabilidad laboral.

A este esquema se enfrentan los trabajadores de Farmacias Universitarias “Alexander Fleming”, con una antigüedad que va de los dos a 15 años, pero a pesar de ello, no son reconocidos como parte de la planta laboral de la universidad. Otro caso, es el de las químicas del Laboratorio de Análisis Clínicos del Hospital Universitario, quienes a pesar de contar hasta con ocho años de antigüedad laborando en la institución varias de ellas, no cuentan con estabilidad laboral ni seguridad social; por el contrario, su carga de trabajo aumenta e intensifica al congelarse las plazas de los compañeros que se jubilan, pues tienen que absorber su carga de trabajo. También está la situación de la Facultad de Lenguas Modernas, donde algunos de los trabajadores laboran sin contrato (sólo firman recibos de los cuales no se les permite obtener copia), otros cumplen con tres jornadas laborales diarias, sin día de descanso y sin prestación alguna.

Todos esos trabajadores pertenecen a la llamada “nómina interna”, una figura ilegal que ha inventado la institución para no reconocerlos como trabajadores universitarios y asignarles un salario inferior al que gozan el resto de los trabajadores de la universidad que realizan las mismas funciones. Muchos otros trabajadores están por tiempo determinado, es decir, mediante contratos temporales que se les van renovando, igual como en las universidades privadas, y se les paga por hora clase.

Cada una de estas violaciones a los derechos de los trabajadores se da con el consentimiento de los dirigentes charros de los sindicatos blancos, el SITBUAP y la ASPABUAP. El líder de esta última, por ejemplo, durante el día del maestro, se vanagloriaba de haber rebasado el tope salarial alcanzando este año un incremento del 6.5% directo a las percepciones, por arriba de la media nacional, lo que permite tener mejores condiciones académicas y estabilidad laboral, según él. Sin embargo, a pesar de ese aumento salarial, con la actual crisis económica no se resarce la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.

A diferencia de los charros, el SUNTUAP, sindicato de izquierda de la universidad pero a quien no se le reconoce negándole la toma de nota, se ha pronunciado contra todos estos ataques a los derechos de los trabajadores universitarios y contra las prácticas clientelares de contratación, promoción y jubilación promovidas por las autoridades. Ante esta situación, después de diversas movilizaciones, ahora los trabajadores afiliados a este sindicato han decidido realizar una huelga de hambre por la toma de nota y las siguientes demandas:

1.Ejecución de los acuerdos en los que se ha avanzado en las negociaciones entre el sindicato y la institución.

2.Anulación de contratos con empresas privadas subcontratistas de personal

3.Desaparición de la ilegal nómina interna.

4.Estabilidad laboral para todos los trabajadores universitarios.

5.Pago de la gratificación para los trabajadores jubilados.

6.Reinstalación de los trabajadores despedidos injustificadamente.

7.Respeto al derecho de los trabajadores a afiliarse o no hacerlo a un sindicato.

8.Mejoramiento de los servicios del Hospital Universitario y retiro de cobros anticipados por los estudios médicos que se realizan a los trabajadores universitarios.

9.Contratación por tiempo indeterminado de todos aquellos trabajadores administrativos que tengan una antigüedad mínima de dos años.

10.Respeto al derecho de los trabajadores universitarios que solicitan su jubilación a los 25 años.

11.Pago de la gratificación para los trabajadores jubilados que aún no la han recibido.

12.Publicación inmediata de convocatorias para la realización de exámenes por oposición.

13.Que se deje de obstaculizar el otorgamiento de toma de nota al comité ejecutivo del SUNTUAP.

Los miembros del Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico-Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CLEP-CEDEP) y de la Tendencia Marxista Militante, apoyamos la lucha legítima de los trabajadores aglutinados en torno al SUNTUAP. Sabemos que estas precarias condiciones laborales de los trabajadores de la BUAP son parte de la misma situación que experimenta el conjunto de la clase trabajadora en nuestro país con la política antipopular de los gobiernos del PRI y del PAN (ahora representado por el espurio de Calderón) que han venido privatizando la educación superior en nuestro país. Por eso, pensamos que la defensa de los derechos laborales es también por la defensa de la universidad pública, por destruir este sistema capitalista decadente y por la transformación socialista de la sociedad, porque mientras siga existiendo este sistema basado en la explotación ninguno de los problemas que enfrentamos los jóvenes y trabajadores tendrá una solución real y definitiva. De ahí, la necesidad de no dar la lucha de manera individual ni aislada, sino vincular las reivindicaciones de los trabajadores con las demandas de los estudiantes y sumarlos a la movilización unificada que eleve la confianza y el nivel de conciencia de los estudiantes y trabajadores universitarios, así como la del  conjunto de la clase trabajadora en la entidad y el país.

¡Por una educación, pública, gratuita, democrática y de calidad!

Unidos y organizados... ¡Venceremos!

 


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