El día 30 de agosto, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje dio por concluidas las relaciones laborales entre el Sindicato Mexicano de Electricistas y Luz y Fuerza del Centro (en liquidación). Esto a partir de la resolución de la SCJN de negar el amparo interpuesto por el propio SME ante la inconstitucionalidad del Decreto de extinción. Todo esto ha sucedido mientras se mantenían las mesas de alto nivel con la Segob, en las cuales, a decir verdad, nada concreto hay.
Desde que se iniciaron las pláticas en estas mesas después de levantar la huelga de hambre el 23 de julio, hubo una gran expectativa por el resultado posible de éstas, la gran mayoría de las declaraciones públicas del SME fueron en el sentido de que las mesas satisfarían las tres demandas principales de los electricistas: retorno inmediato al trabajo, reconocimiento del comité central y cese a la represión. Incluso este fue el discurso dentro de las asambleas y entre los compañeros. Todo esto creo una gran expectativa e ilusiones en lo que se pudiera acordar con el gobierno federal.
Sin embargo, desde el principio la cosa fue clara, si bien la mesa había sido un cambio no podemos confiar una solución a nuestro problema de parte del mismo gobierno que lo creó, y menos aun de la palabra empeñada de algún funcionario. Tras la puesta en función de estás mesas nada ha habido de cierto, recontratación, patrón sustituto, toma de nota, cese de represión, nada. El pago de salarios y prestaciones ya trabajadas, que salió al paso ante la negativa a las principales demandas también ha resultado un ardid para el engaño a los trabajadores. En resumidas cuentas las mesas no han sido más que dilaciones, engaños, provocaciones y burlas. Y ahora también un encubrimiento para la labor legal del golpeador de la STPS.
Esto no es nuevo y por supuesto no sería sorpresa de no ser porque una y otra vez, Martín Esparza ha volcado la lucha a la confianza en estas instituciones. Ante la notificación del fin de las relaciones laborales se ha declarado: “Si el laudo fuera en el sentido que anticipa la STPS, quedaría en claro que la JFCA actúa bajo consigna política de Javier Lozano, al igual que en su momento actúo la Dirección de Registro de Asociaciones, cuando negó la toma de nota a la dirección del SME […] el SME cuenta con los recursos legales para impugnar el “supuesto” laudo de la JFCA. El SME, en ese caso recurrirá a otras instancias del Poder Judicial de la Federación incluyendo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.” (S.M.E., boletín de prensa, 30 de agosto de 2010)
La primera parte demuestra a la perfección como el Estado mexicano es un engranaje diseñado para la defensa de los intereses de los explotadores del pueblo, de la oligarquía nacional y la burguesía extranjera, y es en ese mismo tenor, ante lo dicho en la segunda parte, que preguntamos: ¿Confiaremos nuestro amparo a la misma corte que avaló la constitucionalidad del decreto? ¿Confiaremos en exactamente los mismos ministros que han violado la ley una y otra vez? Se dice que las demandas obreras están sustentadas en la ley, pero la ley emana de la propiedad privada, protege a los empresarios y banqueros. Así que agregamos que sólo podremos mantener nuestras conquistas y darle un defensa solida y duradera a nuestros derechos luchando contra quienes sostienen y aplican esa ley.
Se hace necesario cambiar la táctica de lucha. Es correcto mantener la negociación, pues no somos nosotros quienes hemos demostrado durante 10 meses una intolerancia total, pero hay que decirlo con todas sus letras: Ninguna confianza en el gobierno. La única salida a este conflicto no está en los tribunales ni en las mesas de alto nivel, se encuentra en la organización y fuerza de la clase obrera y el pueblo explotado. Las negociaciones y acuerdos privados, al margen del movimiento nada duran, las promesas del gobierno son agua entre los dedos.
Hoy se hace más urgente y más necesario, en tanto se hace notar como la única solución real, la convocatoria y preparación de una Huelga General, nacional. Utilizando el pacto de mineros y electricistas, exigiendo de la UNT ponerse al frente de la lucha, llamando a la solidaridad activa a los trabajadores industriales y al pueblo en general. Una Huelga General significa que todo debe de parar, las fábricas dejar de producir, los transportes de circular y los comercios de vender. Significa obligar a la burguesía y el gobierno a aceptar nuestras exigencias con la fuerza de la clase obrera organizada, sin la cual nada se mueve. En estos momentos es el SME quién debe poner la fuerza del ejemplo, es su dirección quien debe ser más consecuente.
Es totalmente posible ganar esta batalla, pero solo a consecuencia de saber que no tenemos nada ganado ni garantizado de antemano, de descubrir quienes son los verdaderos amigos del SME, que sólo la clase obrera puede ayudar al SME, ni el gobierno, ni los magistrados, ni funcionarios o secretarios, mucho menos el PAN y el PRI. A 10 meses de la extinción ilegal de LyF, Huelga General de 24 horas para recuperar nuestro empleos.
Contra los despidos del gobierno federal, lucha obrera y huelga general
Ni un ataque sin respuesta
El capitalismo no se reforma, se destruye