Escrito por Militante
La lucha más importante que ha dado el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM) ha terminado. Sus lecciones, la experiencia que en ésta batalla aprendieron los trabajadores seguramente habrá de servir para luchas venideras.
La disposición a luchar de los trabajadores, su combatividad y coraje estuvo contrastada por una dirección errática, indolente, de no compromiso con la huelga. El Comité Ejecutivo nunca trató de ponerse a la cabeza del movimiento de huelga, y quienes se asumieron como tal, además de hacerle el vacío, promovieron la división, el enfrentamiento y el encono, con formas autoritarias, antidemocráticas. Llevaron a cabo toma de decisiones sin atenerse para nada a los mandatos de las instancias sindicales y en muchos casos contraviniendo las mismas, orientaron siempre por acabar lo antes posible con la huelga en lugar de potenciarla.
Después de 64 días de huelga, los trabajadores están con una sensación de derrota pero dispuestos a emprender nuevamente la lucha por fortalecer al sindicato y con él defender sus intereses.
Las promesas de campaña del actual Comité Ejecutivo se han ido por la borda. La política de puertas abiertas, toma de acuerdos de manera colegiada, etc. etc. nada de ello ha sido posible si desde quien tiene la responsabilidad de pugnar por la unidad y fortaleza de la organización sindical, cree en el poder, en la contraparte, y se niega a escuchar y ver desde la perspectiva de los intereses de sus agremiados.
El clima de descontento entre la base trabajadora es tal que una y otra vez se ha aplazado el Comité de Huelga de balance, buscando hacer tiempo para que dicha ola de indignación vaya aminorando. En la visión de la representación formal del SITUAM, se pondera la confrontación, el amago, la disputa interna antes que la búsqueda de la unidad y el tender puentes entre las diversas opiniones y puntos de vista como condición para salir de la crisis de “representatividad” que vive hoy el sindicato.
Sin duda la tarea más importante es restaurar el frente interno de Situam. Desde su máxima instancia pasando por toda su estructura, pero fundamentalmente en la base, desde los departamentos. Una de las características más importantes de esta huelga fue la participación activa de las y los trabajadores, con ello elevaron su conciencia latente en conciencia activa, a través de la práctica.
La instancia de conducción por excelencia de la huelga, el COMITÉ DE HUELGA, fue fundamental, porque impidió en muchos sentidos una lucha menos caótica, superando momentos de crisis y desaciertos de la dirección formal del sindicato. Dio coherencia y rumbo a la lucha de los afiliados.
Las razones para volver a luchar están presentes, la resistencia y lucha por abrogar la nueva ley del ISSSTE, ser el referente obligado del movimiento democrático universitario, al refrendar la postura política en torno a las pretendidas reformas a la ley laboral y continuar por encontrar cauces y vías de construir una política de alianzas que conlleve a la unificación del sector y de la clase trabajadora toda de este país, es la divisa política que todavía tiene por delante el Situam.
Desde luego se deben resarcir heridas y trabajar mucho más para recuperar la vida democrática. Se tendrá que dar continuidad y concreción a los acuerdos firmados. Atender la conformación y nombramiento de los delegados en todos los departamentos. Propiciar y alentar la participación de los trabajadores en la construcción de propuestas desde los grupos internos coordinadores y los delegados.
En lo inmediato formalizar la creación de la escuela de formación sindical que permita en el corto tiempo superar el rezago que padece el sindicato en este terreno.
Consolidar los espacios creados en esta coyuntura, por el sector académico. De igual manera, tender lazos que fortalezcan la unidad en la acción con el sector estudiantil y así posesionar al Situam ante la comunidad universitaria en la lucha por la defensa y fortalecimiento de la universidad pública.
La huelga también marcó nuevos horizontes de participación, pero quizás lo verdaderamente importante es que todavía debe dar el último empuje para lograr un auténtico diálogo para obligar a las autoridades a un diálogo en el que en realidad se respeten nuestros derechos, recuperar la bilateralidad, así como combatir la impunidad y el autoritarismo. El movimiento mostró la crisis en que se encuentra como opción organizada de los trabajadores y también la crisis que vive la universidad y lo profundamente autoritaria y reaccionaria que es la capa privilegiada de la administración.
La toma de decisiones no debe ser de corte autoritario, manipulado, coartado, y mucho menos bajo un principio de autoridad. Nada que no sea con la participación de todas y todos podrá hacer viable el quehacer sindical Nadie puede estar por encima de acuerdos y estatutos. Se debe combatir la práctica perniciosa que se pretende imponer al acudir ante la administración universitaria con la sola presencia y postura personal.
Hasta hoy no se ha hecho un pronunciamiento político de lo que significó la huelga, mas allá de lo que en el terreno económico se haya obtenido, en donde se plasmen los retos, debilidades y tareas inmediatas. Los trabajadores continuarán con su vida cotidiana desde donde harán valer el pacto laboral. Volver al trabajo sin miedo. La huelga confirmó la dignidad de las y los trabajadores, estrechó los lazos de solidaridad al reconocerse en la colectividad que representa el Situam.
A todas y todos felicitamos por la dignidad, coraje y espíritu de lucha que demostraron durante 64 días de huelga. Adelante compañeras y compañeros a seguir trabajando por construir, defender y hacer posible, efectivo, vuestro Contrato Colectivo y vuestra organización sindical.
¡Situam vive la lucha sigue!
¡Viva el Situam!
¡Unidos y organizados venceremos!
¡Únete a la Tendencia marxista Militante!