Escrito por Edén Alcibar Cruz
Desde el 2006, producto de la polarización general de la sociedad de cara a las elecciones presidenciales, la burguesía y el gobierno ven en la resolución de las demandas de los trabajadores un peligro de cara a sus planes por imponer a Calderón. Por eso en las luchas por la destitución de los gobernadores de Puebla (Mario Marín) y Oaxaca (Ulises Ruiz), fuertemente repudiados con movilizaciones masivas, la burguesía se mantuvo firme a costa de que se incrementara la rabia de los trabajadores contra estos infames personajes y el Estado.
Lo mismo ocurrió en el caso de los mineros, desde el desconocimiento de Gómez Urrutia como dirigente minero por parte del Gobierno Federal en el 2006, el Estado no ha retrocedido, prolongándose este conflicto a ya mas de dos años. La burguesía es consciente de que, de sufrir una derrota, esta podría ser un ejemplo que animaría al conjunto del movimiento a continuar por la senda de la lucha -tal y como le pasó al gobierno de Fox-, haciéndose cada vez mas difícil el avanzar sobre el movimiento obrero.
Por ello, tras 9 meses de huelga en las minas de Cananea, Sombrerete y Taxco, no existen síntomas de que éstas puedan solucionarse por medio de una conciliación entre los trabajadores y la patronal. Por el contrario, mientras más se ha prolongado la lucha, los elementos de inestabilidad y desacuerdo del régimen se han intensificado.
Durante este mes de mayo el Grupo México (GM) decidió retirar al personal no sindicalizado del Hospital de Cananea, que atiende a una población de 10.600 derechohabientes, mineros, jubilados, así como a sus familias. Ante ello el gobierno (priísta) del estado de Sonora, a sabiendas de que esta acción no haría sino recrudecer la lucha, tuvo que reabrirlo días después. Además el congreso del Estado (con mayoría priísta y panista), aprobó un punto de acuerdo para exhortar al GM a la reapertura del hospital. Esto llevó al Gobernador Eduardo Bours a presionar al gobierno federal para que se hiciera cargo del hospital y del conflicto, incluso sirviendo de mediador para concertar una cita entre Calderón y los representantes de la sección 65 de Cananea. Con ello, lo que buscan los priistas es evadir las presiones de los trabajadores, canalizándolas contra el gobierno de Calderón.
Asimismo, la pasada XXXV Convención minera ha ratificado a Napoleón Gómez Urrutia como secretario general de su organización (SNTMMSRM). Igualmente relevante ha sido la decisión de romper con Congreso del Trabajo (CT), organización de la cual ha sido fundador el sindicato minero y que durante décadas fue el encargado de contener la lucha de clases en el sector productivo del país. Esta ruptura, aunque por la vía de los hechos ya se había dado, se ha hecho definitiva. La dirección del CT es consciente de que no puede ofrecer nada para evitar esta ruptura. Los mecanismos de dádivas y concesiones a la capa dirigente de las organizaciones obreras que le aseguraban a la burguesía un control de las bases se ha terminado. No existe una base material para alimentar a éstas burocracias que a su vez, se mantenían ofreciendo ciertas mejoras a los trabajadores. Ahora todo ello es imposible, la burguesía no necesita a dirigentes serviles que controlen las organizaciones obreras, ya que ha pasado a la ofensiva contra estas organizaciones. Por ello no existe punto de acuerdo en la lucha minera, solo los intereses de una clase prevalecerán sobre la otra.
Insistimos en que los trabajadores en lucha han hecho todo por llevar la huelga a la victoria. Sin embargo, la dirección sigue empeñada en negociar lo innegociable. Esto redundará a largo plazo en el desgaste y desmoralización si no se toman medidas decididas y consecuentes, como la organización de una huelga general para llevar la lucha a la victoria. Ésta es una tarea de la dirección, que sin embargo debemos de enarbolar y organizar los trabajadores de base.
¡Viva la huelga de Cananea, Taxco y Sombrerera!
¡Luchemos por la autonomía y la democracia sindical!
¡Únete a Militante y lucha por un sindicalismo combativo!
