“Trabajadores de confianza de Petróleos Mexicanos (PEMEX) están siendo obligados a firmar `nuevos contratos individuales´, los cuales no precisan si las labores que deben realizar son por tiempo indeterminado”, no hacen referencia a la antigüedad de los empleados y tampoco enumeran todas las prestaciones que perciben. La firma del mismo faculta a la empresa a liquidar a los trabajadores en el momento en que así le convenga, sin importar los derechos adquiridos.
Las demandas laborales contra PEMEX ya suman más de 26 mil. Otro fenómeno que se prevé es que aquellos empleados de la paraestatal que sean despedidos buscarían ser contratados por empresas trasnacionales del ramo que realicen labores para la propia empresa” (La Jornada, 8 de septiembre de 2008), lo que implicará menos resguardo de sus intereses como trabajadores, quedando fuera del sindicato. También se señala que la administración de PEMEX intenta reducir la plantilla de sindicalizados en 45 mil trabajadores.
El contrato impuesto a los trabajadores de confianza está siendo presentado desde Agosto a los trabajadores por sus superiores, o bien vía Internet, y quienes se niegan a firmar son despedidos o amenazados.
Por otro lado, el Secretario General del SNTPRM, Carlos Romero Deschamps fue reelegido burocráticamente 15 días antes de lo que marcan los estatutos del Sindicato, esto significa un nuevo periodo de represión contra cualquier clase de oposición, por mínima que sea, la dirección del sindicato ha jugado un papel completamente reaccionario hacía los afiliados, no ha significado más que una herramienta más que el gobierno federal y la paraestatal usan para degradar las condiciones laborales de los trabajadores petroleros, en pro de sacar a la burguesía de su crisis.
La reforma petrolera, es un paso muy serio para arrebatarle a los petroleros los salarios y prestaciones que tienen actualmente y dárselos a manos privadas. Desde 1992 se han perdido 100 mil plazas; el salario de los trabajadores petroleros está entre los más altos sin embargo el poder adquisitivo ha bajado considerablemente, los descuentos cada vez son más, por cualquier pretexto y se ha eliminado el salario de emergencia.
Por todo lo anterior el descontento es cada vez mayor, y las cosas irán a más, de ahí la enorme importancia de la lucha por la democratización del sindicato, si bien en julio pasado el sindicato obtuvo un 4.8% de incremento directo a salario, y 1.9% a prestaciones y es uno de los más altos obtenidos este año, esto no representa una mejora considerable, para las necesidades actuales.
El beneficio de los altos precios del petróleo han permitido que estos aún no sean tan agresivos, aun que se han dado poco a poco, pero las reformas y la crisis harán que los ataques sean más serios, y nuestra respuesta debe ser igual de contundente.
La lucha por la democratización del sindicato es un tema urgente, la dirigencia charra, cínica y ostentosa que hay no será capaz de defender nuestro intereses de trabajadores, lejos de tener una lucha democrática dentro del sindicato tenemos una lucha en la cúpula por tener una posición privilegiada, pues es de todos conocido los grandes beneficios que le ha traído a Deschamps ser el secretario general del sindicato, y algunos se han aventurado a desafiar su monarquía, como han sido los sucesos del viernes 15 de agosto, en donde un grupo de trabajadores opositores al secretario general fueron desalojados con lujo de violencia de las instalaciones del sindicato, después de haberlas tomado por la madrugada, lo que piden es un cambio de dirigencia, sin embargo según las declaraciones del dirigente de este acto, Omar Toledo Aburto, no están en la lógica de dar una batalla política, ni democrática en contra de la reforma petrolera y del gobierno de FECAL, de hecho han apelado a Calderón para que interceda por ellos . Por supuesto, por ese camino es realmente difícil obtener algo.
Lo que realmente necesita el sindicato es democracia interna, la creación de una alternativa de izquierda capaz de luchar contra los enemigos de clase, aquellos que nos quieren arrebatar lo que nos pertenece.
Mientras no exista democracia dentro del sindicato, éste no se podrá enfrentar a los retos que están por venir y salir victorioso.
