Desequilibrio económico y social e inestabilidad general, son algunas de las características de la bancarrota total del capitalismo que ha agotado su potencial progresista y atraviesa su peor crisis histórica a nivel mundial.
La crisis financiera se ha traslado a la economía real y sus efectos en la conciencia de millones de trabajadores está avanzando aceleradamente. Vemos un ascenso del movimiento obrero a nivel mundial. En España, Francia, Italia y Grecia se han realizado jornadas huelguistas de jóvenes y trabajadores en defensa de la educación pública y contra las reaccionarias reformas laborales. En América Latina, con Venezuela al frente, estamos viviendo un proceso revolucionario continental, donde los trabajadores están desarrollando movilizaciones masivas en Bolivia, Chile, Colombia México e incluso en Estados Unidos.
Bajo estas condiciones es de vital importancia para los marxistas saber tomarle el pulso a los acontecimientos, tratar de comprender la fase actual de la lucha de clases a nivel internacional, nacional y local para ponernos a la altura de las nuevas circunstancias históricas. En este sentido, decía Trotsky que las perspectivas, como hipótesis del posible desarrollo de los acontecimientos, deben ser una guía para la acción y trabajo revolucionarios, pues del análisis que hagamos podremos desprender algunas medidas prácticas para intervenir en la lucha por la transformación socialista de la sociedad.
PERSPECTIVAS ECONÓMICAS
Los marxistas no somos deterministas económicos, nos basamos en el materialismo histórico y dialéctico. No establecemos una relación mecánica entre la economía y la lucha de clases, porque no necesariamente la pobreza y la crisis llevan a un estallido social -si así fuera, los trabajadores explotados estarían en revolución siempre-, incluso en períodos de auge económico los trabajadores se movilizan para exigir mayores prestaciones laborales.
La relación, entonces, entre las condiciones económicas y la revolución es una cuestión compleja. Por eso, decimos que “en última instancia”, la economía influye en la conciencia de los hombres, pues ésta se encuentra determinada por el ser social, es decir por su modo de existencia material. Veamos ahora cuáles son las condiciones económico-materiales de la clase trabajadora en México y particularmente en Puebla.
Desempleo y precariedad laboral
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), la tasa de desempleo nacional en noviembre pasado fue de 2 millones 35 mil personas, 4.47% respecto de la Población Económicamente Activa (PEA) calculada en unos 45.5 millones de personas. Este nivel de desocupación en el país es el mayor desde abril del 2000, pues en sólo 30 días se perdieron unos 164 mil empleos.
Si la cantidad anterior es ya bastante alta, la cifra se eleva más cuando consideramos la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) elaborada por el mismo INEGI. En cifras reales, más de 9 millones de trabajadores en México, 20.4% de la PEA, no tienen salario, están desempleados o se encuentran a la espera de una posibilidad para incorporarse a labores productivas. De acuerdo con la ENOE, al segundo trimestre de 2008, en México había más de 4 millones 759 mil personas en disposición de incorporarse al sector productivo y en busca de una oportunidad laboral; 2 millones 924 mil personas que trabajaban y no percibían ningún salario –sobreviven de propinas o de “comisiones”–, y al menos un millón 593 mil desempleados en búsqueda de trabajo.
Sin duda, la medición oficial del desempleo está maquillada, pues no considera como población ocupada a las personas que trabajan sin recibir ninguna remuneración, y no incorpora a aquellas que tuvieron necesidad o disposición de incorporarse al mercado laboral y que no han encontrado alguna oportunidad.
Entre octubre y diciembre pasados se perdieron alrededor de 80 mil empleos en la industria, comercio y servicios en el país afiliadas a la Asociación Latinoamericana de Micros, Pequeños y Medianos Empresarios (ALAMPYME), y para este año se corre el riesgo de perder medio millón de puestos de trabajo, que se sumarían a los más de 200 mil que se perdieron en 2008. Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en los 12 meses pasados cerraron mil tres empresas y el bajo crecimiento de la economía que se pronostica para este año, provocará menor creación de empleos, que se espera será de unos 150 mil puestos, cifra que representa sólo 12.5% del millón 200 que se requieren al año en el país.
En el Estado de Puebla, de acuerdo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), al cierre del segundo trimestre del 2008 (junio), la PEA correspondía a 2 millones 346 mil 878 personas. De ellas, el 97% (2 millones 275 mil 975) estaban empleadas y el 3% (70 mil 903) eran desempleadas, por debajo del promedio nacional de desempleo que era de 3.5%. Del total de personas ocupadas, el 57% (1 millón 302 mil 29 trabajadores) ganaba de uno a dos salarios mínimos (de 49.6 a 99.2 pesos diarios), es decir, desde mil 488 hasta 2 mil 976 pesos al mes. Tan sólo en la capital del estado, en julio de 2008, el 40% de los habitantes padecía pobreza de capacidades y sobrevivía con un salario mínimo al día, es decir, entre 600 y 650 mil personas sólo tenían ingresos diarios totales por 47.60 pesos o menos (La Jornada de Oriente, 14/07/08), y para noviembre más de 38 mil personas se encontraban desempleadas (La Jornada de Oriente, 12/09/08).
Según cifras de la Procuraduría Federal para la Defensa del Trabajador (PROFEDET) y de las centrales obreras, durante el primer semestre del 2008 se perdieron 4 mil 30 empleos, un promedio de 22.3 empleos por día. Durante el tercer trimestre, de acuerdo con el INEGI, la entidad perdió 16 mil 326 empleos más, es decir que la cifra aumentó a 87 mil 229 desocupados, por lo que la tasa de desempleo pasó a 3.76% debido al cierre de diversas empresas, y para el mes de noviembre se perdieron 3 mil empleos formales, sobre todo de la industria de la transformación.
Por lo que a la población ocupada se refiere, a nivel nacional, en el segundo año de la administración de Calderón, 27 millones 806 mil 846 trabajadores (63.3% del total) carecen de seguridad social, tienen un promedio de nueve años de escolaridad –hasta nivel secundaria– y trabajan 42 horas a la semana.
En Puebla, de acuerdo con el IMSS en julio pasado, había 417 mil 930 asegurados –permanentes y eventuales– sin embargo, fueron 3 mil 822 trabajadores menos que en junio, cuando estaban dados de alta 421 mil 752 empleados. Y según la STPS, al mes de noviembre el 60% de los 470 mil poblanos que trabajaban en el sector informal, es decir alrededor de 282 mil personas, carecían de seguridad social.
Así las cosas, la previsión de la STPS en octubre pasado fue que a fines del 2008, Puebla podría perder entre 10 mil y 20 mil empleos más a causa de la recesión económica en Estados Unidos; pero la peor parte se registrará a inicios de este año, por lo que la tasa de desocupación laboral podría llegar a 4%, lo que significa que la cifra de personas desempleadas podría ser de hasta 90 mil durante el 2009.
Inflación y bajos salarios
Según el Banco de México, durante la primera quincena de diciembre pasado, la inflación nacional anual alcanzó 6.56%, la más alta en siete años, impulsada particularmente por los aumentos en servicios turísticos en paquete, cigarrillos, gas doméstico, jitomate, transporte aéreo, tomate verde, huevo y loncherías. Artículos indispensables como la tortilla tuvieron incrementos de 42%; la leche 53%; el pan 60%; el frijol 100%; el azúcar 40%; el arroz l30% y un elemento básico que ha desatado la inflación es el aumento gradual en los combustibles y la electricidad, ya que precisamente el costo del servicio de luz aumentó 100% en 2008. La gasolina ha tenido aumentos permanentes y el gas se encareció 12% (La Jornada, 12/12/08). En Puebla, la escalada en los precios se vio expresada desde el mes de julio, pues durante la primera quincena de ese mes la inflación en el país fue de 5.37%, en la ciudad capital ascendió a 7.02%, colocándose en el tercer lugar en incremento de los precios después de las ciudades de Tlaxcala y de San Andrés Tuxtla (La Jornada de Oriente, 12/08/08). Por supuesto, esta situación se mantuvo invariable hasta finales del 2008.
Lo anterior nos confirma que en sólo dos años del gobierno espurio de Calderón, cuya política es prácticamente la misma que se ha venido implementado en nuestro país desde principios de los años setenta, el poder de compra del salario acumula ya una pérdida de 24.5% debido al incremento de los precios. De acuerdo con un informe del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, de diciembre de 2006 al mes de agosto de 2008 el salario mínimo pasó de 48.67 a 52.59 pesos, un aumento de sólo 8.05%, es decir 3.92 pesos diarios, mientras que en el mismo lapso el precio de la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR) se había incrementado 43.13 por ciento.
Industria manufacturera
El sector manufacturero contribuye con una cuarta parte al Producto Interno Bruto (PIB) en México, genera el mayor número de empleos a nivel nacional, concentrando el 15.5% de la PEA, y ha sido uno de los más afectados por la crisis económica mundial.
De las mil tres empresas que de acuerdo con el IMSS se cerraron en un año, el 89% correspondió a la industria de la transformación, el sector que más puestos de trabajo genera en el país y más ha perdido desde octubre de 2007 al rebasar 189 mil plazas canceladas, pues 894 empresas transformadoras suspendieron actividades, lo que significó el despido de 189 mil 372 trabajadores (La Jornada, 08/12/08).
En Puebla, alrededor de 437 mil 609 trabajadores, el 19.2% de la PEA, laboran en la industria manufacturera (La Jornada de Oriente, 01/09/08), cuyos dos sus principales sectores componentes, el automotriz, que incluye autos, autopartes y motores, y el textil han sido fuertemente afectados por la crisis económica mundial, en particular por la recesión en Estados Unidos. La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA) en Puebla confirmó que en la segunda mitad de 2008 se registró en general una caída promedio del 15% en la exportación de productos poblanos. Los ramos más perjudicados en el estado fueron la industria automotriz y las maquiladoras de confección de prendas de vestir.
Industria automotriz
A nivel nacional, según datos del INEGI, en un año desaparecieron 2 mil 313 empleos en la industria automotriz, un promedio de 6.3 al día, pues entre noviembre de 2007 y el mismo mes de 2008 la pérdida de esos puestos de trabajo ocurrió tan sólo en la fabricación y el ensamblaje de automóviles y camiones de alguna de las 18 armadoras que operan en el país. Sólo en el mes de noviembre, el sector tuvo una caída anual en la producción de 2.1%, mientras la exportación tuvo una variación negativa de 7.7% y la venta interna de vehículos nuevos en el país se desplomó 19.6 por ciento.
En el estado de Puebla, donde el 40% del PIB es aportado por la industria automotriz, particularmente por la empresa alemana Volkswagen (VW), de septiembre a diciembre de 2008 fueron despedidos 461 trabajadores, 33% de mil 400 obreros que había en este esquema en enero del año pasado y ahora laboran 11 mil 300 trabajadores de base y sólo 939 eventuales. Por su parte, Alcoa Fujikura Automotive, proveedora de arneses para VW, desde mayo fue despidiendo gradualmente acerca de mil 400 trabajadoras (en su mayoría madres solteras) hasta su cierre definitivo en julio pasado. La empresa SEGLO S.A. de C.V., proveedora también de la armadora alemana, al mes de noviembre había despedido a 80 trabajadores y para fines de 2008 se esperaba que la cifra ascendiera a 200 despidos.
Todo lo anterior, como expresión de la crisis mundial de la industria automotriz que, de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), es la peor en los últimos 25 años y ha tenido como consecuencia una caída brutal en la demanda de vehículos en el mundo y México no es la excepción. La desaceleración en el sector afecta también a otras ramas de la actividad industrial, como la del vidrio, el acero, el plástico, el hierro y la electrónica entre otras, cuya planta laboral en su conjunto se estima en unas 950 mil personas en nuestro país, de acuerdo con cifras de la AMIA.
Para la CANACINTRA, el sector automotriz y de auto partes, el último trimestre de 2008 cerraría con una caída en la producción y ventas de automotores. En este año, espera una profundización de la crisis que afectará a parte de los 40 mil empleos directos generados por las 74 empresas afiliadas a la Canacintra y prevé una recuperación hasta el 2010 y 2011. Por su parte, la AMIA advirtió que el 2009 será muy complicado para la industria automotriz en México y en el mundo, pues la caída generalizada en la demanda traerá consecuencias negativas importantes en la producción, incluso se ha llegado a estimar que sólo en México la producción reportó un descenso hasta de 50%, lo que implicará más paros técnicos en la industria instalada en el país.
En cuanto a Puebla, los despidos en la entidad no han terminado aún. Para 2009 se esperan más recortes de personal debido a las condiciones económicas mundiales, así como la realización de varios paros técnicos durante los primeros meses del año por la cancelación de pedidos, lo que involucraría a más de 2 mil obreros que se irían de descanso obligatorio con el 50% de su salario. El primer paro técnico en VW (disfrazado de “vacaciones anticipadas”) se realizó desde el pasado 20 de diciembre y durará hasta el 12 de enero debido a la crisis económica que vive el sector automotriz, la disminución de exportaciones y la caída en las venta a nivel nacional (las exportaciones a EEUU representan el 40%, hacia Europa y Asia otro 40% y el restante 20% se comercializa en México).
Maquila y textil
Otro de los sectores más golpeado por la crisis ha sido la industria textil. A nivel nacional, según la Cámara Nacional de la Industria del Textil (CANAINTEX), al mes de noviembre de 2008 se perdieron 29 mil empleos de un total de 150 mil plazas que existen en este ramo. Por su parte, la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CNIV), informó que las exportaciones cayeron 11.5%, se perdió el 10% de la planta laboral en 2008; al desaparecer 300 plantas productivas y cancelarse 36 mil plazas -de los más de 360 mil empleos que genera esta industria-, para el primer trimestre de 2009 prevé que se suspenderán otras 10 mil a consecuencia de la crisis en Estados Unidos, cuyo mercado se exporta 98% de la producción nacional.
En los estados de Puebla y Tlaxcala, hasta el mes de noviembre de 2008, más de ocho mil empleos se perdieron en la industria de la confección y se prevé un panorama más difícil para este año con el cierre de empresas y despidos por la recesión económica de Estados Unidos. Según la Cámara de la Industria de la Confección en Puebla y Tlaxcala, esta situación pondría en riesgo 27 mil plazas más en la industria y vaticinó un retroceso de hasta el 8% en el crecimiento de este sector para el 2009, en el que funcionan 712 maquiladoras en ambos estados que mantienen contratos de confección con empresas estadounidenses y que dan empleo a 27 mil trabajadores.
Según la CNIV en Puebla y Tlaxcala, al tercer trimestre del 2008, la industria tuvo una caída del 20% en sus ventas. De 2006 a septiembre del año pasado, la industria del vestido en la región redujo en 23% el número de empleos formales que generaban sus empresas instaladas, lo que significó el despido de 16 mil trabajadores de este sector. La situación es bastante crítica, tiene y tendrá repercusiones en el empleo. Se estima que en los tiempos de bonanza se llegaron a generar 45 mil empleos, principalmente sostenidos por el mercado de la exportación, gente de todos los municipios de la región. Actualmente se calculan 18 mil empleos con probabilidades a reducirse.
Por lo que se refiere a la industria zapatera poblana, en los últimos 10 años, el 90% del ramo ha desaparecido, dejando sin empleo a más de mil 100 trabajadores. De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria del Calzado (CANAICAL), en 1998 operaban 300 empresas del sector en el estado de Puebla y generaban mil 500 empleos en áreas como curtido de la piel, fabricación de suelas y elaboración de forros textiles, sin embargo al cierre del primer semestre de 2008, ya sólo quedaban 30 negocios que daban trabajo a 400 personas. Las empresas que aún sobreviven están trabajando al 80% de su capacidad con relación al 2007. La mayoría de estas empresas de calzado surten al mercado poblano y al sur del país, pero están siendo desplazadas por los productos chinos.
Industria de la Construcción
Otro de los sectores en el que se han perdido miles de empleos es el de la construcción. Este sector concentra el 7.9% de la PEA nacional y canceló 27 mil 340 plazas, para sumar una pérdida en 12 meses (octubre 2007-2008), superior a los 200 mil empleos junto con el sector de la transformación del que hablamos antes. Esto se explica por la baja producción industrial del país que, según el INEGI, en octubre pasado registró una caída anual de 2.7%, el más bajo para el mismo mes desde 2004,y con respecto a la construcción el sector cayó 2.9 por ciento.
En Puebla, el sector de la construcción ocupa a 153 mil 924 trabajadores, el 6.8% de la PEA en el estado. Según la Asociación de Empresas de la Construcción (AECO), el ramo en el estado cerraría con la mitad del crecimiento esperado para finales de 2008, al pasar de 3.5 a 1.7% y prevé que en 2009 habrá una disminución en la generación de empleos, debido a que el gobierno estatal no contempló asignar más presupuesto a la construcción de obras, lo que afectará a la industria local. Para la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (CANADEVI), al cierre de 2008 el mercado de la vivienda se contraería en un 10%, mismo que inició al concluir el primer semestre, por lo que las constructoras de vivienda en la entidad comenzarían a ejecutar recortes de personal y estimó que podrían eliminarse hasta 6 mil empleos en el sector.
Crisis del campo
Con la política neoliberal capitalista de fomento del libre mercado, desde principios de los años ochenta en nuestro país, y la reducción de la intervención del estado, eliminaron los subsidios, aranceles y permisos de importación; la eliminación de los precios de garantía para productos básicos (maíz, fríjol, trigo, arroz, soya, sorgo, etc.), la importación de granos ha crecido considerablemente y el campo mexicano ha quedado arruinado.
Al igual que en otros estados del centro y sur del país, en Puebla existe una agricultura de subsistencia y minifundista, con limitados recursos productivos en manos de los productores y con formas de producción tradicionales. En 2005, el estado ocupaba el primer lugar nacional en Unidades de Producción Rural, con 469 mil 689. De ese total, sólo el 15% de las mismas concentraba el 70% de la superficie total. En el otro extremo, el 85% de las unidades disponía del 30% de la superficie (La Jornada de Oriente, 07/04/05).
Según los datos más recientes a nivel nacional, las actividades agropecuarias concentran el 13.6% de la PEA y en Puebla alrededor de 547 mil 811 personas, el 24% de la PEA estatal. De ellas, el 83% produce para el autoconsumo (pequeños propietarios que cultivan solamente para cubrir sus necesidades básicas de alimentación.), el 12% está en período de transición entre el autoconsumo y la venta de excedentes, y sólo el 5% se ha convertido en empresario del campo (La Jornada de Oriente, 25/06/08).
Con el Programa Nacional de Modernización para el Campo (1990–1994) y la modificación del artículo 27 constitucional durante el gobierno de Salinas, se puso fin al reparto agrario y se inició el proceso de privatización de las tierras ejidales por medio de la certificación y titulación agraria. Muchas de estas tierras fueron expropiadas a los campesinos de la región y se constituyeron en reservas territoriales para la expansión urbana y del capital, pues se han construido plazas comerciales, tiendas de todo tipo, escuelas privadas y fraccionamientos de lujo.
El caso de los pobladores del ejido de San Lorenzo Almecatla merece mención, ya que entre 1998 y 1999 fueron despojados de 30 hectáreas para FINSA, Bralemex y Lagermex, proveedoras de autopartes de capital extranjero de la empresa automotriz VW. Esto se suma a otras 30 hectáreas expropiadas en 1990 para una subestación eléctrica industrial. Pero fue desde 1964, que este ejido sufrió la primera expropiación de 20 hectáreas que sirvieron para unas vías del ferrocarril, que únicamente benefician a la empresa alemana; en 1965 vino otra expropiación de 200 hectáreas para construir la planta armadora; en 1966 le quitaron a los campesinos varias franjas de tierra para la colocación de torres de energía eléctrica por las cuales nunca les fue pagada alguna indemnización y, finalmente en 1968 les expropiaron a los ejidatarios 15 hectáreas para la construcción de dos gasoductos (La Jornada de Oriente, 10/04/00).
No obstante y a pesar de que VW y sus proveedoras aportan el 40% del PIB de Puebla y más de 20 mil fuentes de empleo, la riqueza les es ajena a los campesinos de San Lorenzo Almecatla, han vivido en la pobreza, sin servicios públicos y en medio del desempleo, pues de los 6 mil habitantes que Almecatla tenía en el 2002, apenas laboraban unos 100 en VW y Finsa, la mayor parte de los jóvenes emigra a Estados Unidos o el DF (La Jornada de Oriente, 26/08/02).
Como vemos, contrario al discurso y cifras oficiales, los resultados han sido: un mayor desempleo, concentración y acumulación de la riqueza, deterioro del poder adquisitivo de los salarios, más pobreza y destrucción del campo. Esto demuestra la incapacidad de la burguesía, de un país atrasado y dependiente como México, para llevar acabo una de las tareas de la revolución democrático burguesa. Sólo el proletariado, tras haber tomado el poder, es capaz de industrializar y sacar de su rezago al campo mexicano.
La migración y las remesas
La política neoliberal capitalista ha propiciado una severa crisis en el sector agrícola y la consiguiente emigración de jornaleros a Estados Unidos como salida inmediata para sobrevivir. La pérdida de dinamismo de la agricultura y el empobrecimiento de grandes núcleos de población en las zonas rurales, aceleró el proceso de migración campo-ciudad que ya se presentaba desde los años cincuenta. De 1994 a fines de 2007, más de 2 millones de habitantes del campo han emigrado a las ciudades o a Estados Unidos (La Jornada, 11/01/08). Esto se ha traducido en que las remesas sean ahora la segunda fuente de ingresos después de las exportaciones petroleras.
De acuerdo con el BdeM, durante el año 2007, las remesas hacia México ascendieron a 22 mil 161.23 millones, por lo contrario en 2008, los envíos de remesas a nivel nacional fueron a la baja, pues los recursos enviados al país por mexicanos residentes en el extranjero acumularon 17 mil 526 millones de dólares entre enero y septiembre, cifra 3.7% menor a la de igual periodo de 2007 (La Jornada, 26/11/08). Esto se puede entender si consideramos que los inmigrantes mexicanos representa 9.6% de la fuerza de trabajo total en la industria estadounidense; en la construcción son 13.8% y 7.3% en las manufacturas (La Jornada, 02/10/08), todos estos sectores severamente afectados por la recesión económica en EEUU.
Por lo que al estado de Puebla se refiere, según la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), en julio pasado había 2.3 millones de poblanos viviendo en los Estados Unidos, por lo que Puebla ocupaba el quinto lugar con población migrante en ese país, concentrados mayoritariamente en Nueva Jersey, California, Chicago, Nueva York y Texas. Con respecto al envío de remesas, aunque durante el primer semestre de 2008 recibió 748 millones de dólares (3.5% más que en el mismo periodo de 2007) y ocupó el quinto lugar a nivel nacional (La Jornada de Oriente, 05/08/08), los envíos al cierre del año no fueron lo que se esperaba y las perspectivas en 2009 para miles de familias que viven de las remesas, con el regreso de inmigrantes poblanos a la entidad, son bastante desoladoras.
El “sueño americano” se ha vuelto un verdadero mito para todos los migrantes mexicano, que antes de la actual recesión económica en EEUU percibían 23 mil dólares al año, ahora sus ingresos son relativamente más bajos que el resto de los migrantes que viven en aquel país, pues de acuerdo con el Consejo Nacional de Población, en enero de 2008 esta cifra era inferior a los reportes de percepciones de centroamericanos y población nativa, con niveles de 25 mil y 38 mil dólares en promedio anual, respectivamente. Según datos de la Current Population Survey, 6.8 millones de mexicanos ocupados aportaban por sí solos el 5% de la fuerza de trabajo total de Estados Unidos y 31% de la inmigrante que en 2006 sumaba más de 22 millones, lo que representaba 16% del total de la población trabajadora en aquel país.
PERSPECTIVAS POLÍTICAS
Decía Lenin que la política es economía concentrada. Para poder sobreponerse a la crisis, la burguesía tendrá que seguir cargando el costo a la espalda de los trabajadores; intentará arrebatar cada una de las prestaciones ganadas en el pasado por la clase trabajadora, pero ésta no estará dispuesta a permitirlo.
Cualquier intento por parte del gobierno para reestablecer el relativo equilibrio económico profundizará el desequilibrio social y político; abonará el terreno para la lucha de clases y se profundizará más el proceso revolucionario en nuestro país, cuyo factor fundamental es la irrupción de las masas en la vida política dispuestas a tomar en sus manos su destino.
Baste recordar las movilizaciones históricas de millones de trabajadores contra el fraude electoral, la conformación de un autentico órgano de poder popular como fue la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y la lucha de los trabajadores mineros por la autonomía, independencia (con respecto al estado) y democracia sindical, sólo en 2006. Otro dato relevante es que de diciembre de 2007 a noviembre del año pasado, cerca de 10 millones de trabajadores participaron en más de tres mil manifestaciones realizadas en la capital del país, según informes del Gobierno del Distrito Federal (La Jornada, 30/12/08). Este ascenso general, con momentos álgidos y de reflujo, del movimiento de los trabajadores a nivel mundial y en nuestro país, es lo que perfilan las perspectivas políticas para la lucha de clases en Puebla.
Desequilibrio económico-social
Según el BdeM, este año el PIB nacional podría crecer sólo 0.5% y 1.5% en el mejor escenario. Por su parte, el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), prevé una caída en el consumo de 4 a 2.5%, el nulo crecimiento del sector manufacturero en los próximos dos años debido al déficit en el presupuesto del gobierno y la pérdida de empleo, así como un crecimiento de entre 1.7 y 0.8% en 2009.
A nivel estatal, la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO), estima que para este año las exportaciones en Puebla sufrirán una reducción del 18%. Este porcentaje es similar al aumento de los ingresos federales para Puebla en 2009, con respecto a lo percibido el año pasado. Ahora serán 25 mil 230 millones de pesos, sin embargo el estado necesita un presupuesto de al menos 45 mil millones de pesos, es decir que para alcanzar esta cifra, el gobierno estatal deberá recurrir al cobro de impuestos, pagos de derechos y otras recaudaciones locales.
De acuerdo a las asignaciones presupuestales estimadas para 2009, tal como a nivel nacional, en Puebla se incrementa el monto asignado al aparato represivo del Estado burgués. La Procuraduría General de Justicia y la Secretaría de Seguridad Pública, por ejemplo, tendrán un aumento de 12%, por lo que recibirán 445 millones y mil 172 millones de pesos, respectivamente. El Poder Judicial tendrá un aumento del 11%, para llegar a 343 millones de pesos, en tanto que la Secretaría de Gobernación obtuvo un incremento del 10% y recibirá 279 millones de pesos. Vemos cómo en “última instancia” el Estado no es más que “un cuerpo de hombres armados” (Engels) y “un órgano de opresión de una clase por otra” (Lenin), en nuestros días es un aparato controlado por la burguesía para oprimir a la clase trabajadora.
A la educación, por el contrario, apenas se le dará un aumento de 29%, esto significa que recibirá 6 mil 995 millones de pesos insuficientes para lo que legítimamente demandan los hijos de los trabajadores: ¡Educación gratuita, democrática y de calidad para todos los estudiantes! ¡Beca digna para todos los estudiantes que quieren acceder a la enseñanza superior y supresión inmediata de los cobros ilegales de cuotas por servicios escolares! ¡Empleo garantizado para cada estudiante al terminar sus estudios con un salario digno!
En el caso del devastado campo poblano, lo asignado es de 339 millones, lo que significa 53% menos y para Obra Pública se invertirán 432 millones de pesos, 44% menos con respecto al año pasado, cuando lo que se necesita es: ¡Expropiar a los explotadores! ¡Nacionalizar la banca, dar mayor subsidio para el campo y crédito barato para los campesinos! ¡Un amplio programa de obras públicas, construcción emergente de vivienda social, escuelas, hospitales y carreteras que dé trabajo a todos los desempleados!
Ascenso del movimiento de los trabajadores
La recuperación del movimiento de los trabajadores en nuestro país está cimbrando las viejas estructuras del corporativismo sindical a nivel nacional. En Puebla, una muestra de la fuerza que los trabajadores vienen ejerciendo presionando a los dirigentes de sus organizaciones para que se pongan al frente de la lucha o son desplazados, fue una marcha en enero de 2007 cuando cerca de cinco mil trabajadores afiliados a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) marcharon en protesta por el alza en los precios de los productos básicos, aun en contra de la dirigencia del PRI y de la CTM estatales.
Otro caso fue la lucha de los trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) contra la reforma al sistema de pensiones y jubilaciones en febrero de 2007. Al aceptar dicha reforma los líderes charros de los sindicatos blancos (SITBUAP Y ASPABUAP) demostraron su servilismo ante las autoridades universitarias y la traición a los intereses de sus agremiados, quienes inmediatamente plantearon renunciar a esos sindicatos y recuperar su organización tradicional de izquierda, el Sindicato Unitario de Trabajadores de la UAP (SUNTUAP) que se le ha negado reconocimiento legal.
También está la lucha de los obreros del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen (SITIAVW), quienes durante las elecciones sindicales en noviembre de 2007 dijeron no a la reelección del charro José Luis Rodríguez Salazar, quien estuvo al frente del sindicato durante dos periodos consecutivos desde 2001. Y no podemos olvidar la lucha que dieron cerca de 500 profesores del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP), entre diciembre de 2007 y enero de 2008, manteniendo tomados cinco de los 11 planteles que existen en el estado para exigir mejores condiciones laborales, acceso a seguridad social y el reconocimiento de su sindicato.
Durante todo el 2008, también debemos mencionar la lucha de millones de trabajadores en defensa del petróleo. En la segunda etapa de la Consulta Ciudadana que realizó el Frente Amplio Progresista (PRD, PT y Convergencia) sobre la reforma energética, el pasado 10 de agosto alrededor de 90 mil poblanos acudieron a votar diciendo ¡No a la privatización de PEMEX! Se sumaron a los más de tres millones de trabajadores que participaron en la primera etapa de la consulta realizada un mes antes en otros estados de la república.
Sin duda que los trabajadores en nuestro país están saliendo a la lucha, exigen direcciones sindicales democráticas y combativas que impulsen acciones más decididas para defender sus derechos conquistados en el pasado, porque de lo contrario los líderes timoratos serán rebasados y desplazados por la base trabajadora. El ascenso del movimiento obrero confirma que antes de abandonar sus organizaciones tradicionales, los trabajadores siempre regresan, una y otra vez para rescatarlas, democratizarlas y transformarlas en verdaderas herramientas de lucha.
El caso más reciente es la batalla que miles de maestros están dando a nivel nacional y estatal en defensa de la educación pública, contra la Nueva Ley del ISSSTE, por la independencia, democracia y autonomía (con respecto al estado) del Sindicato Nacional de Trabajadores al Servicio del Estado (SNTE) y exigen la salida de Elba Esther Gordillo. En Puebla, desde el pasado mes septiembre hemos visto movilizaciones históricas (cerca de 50 mil maestros en noviembre), no vistas desde por lo menos hace 20 años. Han desconocido a los dirigentes charros y han elegido a dirigentes democráticos de las secciones 23 y 51, los cuales tendrán la responsabilidad de impulsar la lucha hasta sus últimas consecuencias para echar atrás la Alianza Calderón-Gordillo-Marín y democratizar al SNTE.
¡En defensa del empleo: derecho universal al trabajo!
A nivel mundial, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que 20 millones de puestos de trabajo desaparecerán a finales de este año como resultado del impacto de la crisis financiera en la economía mundial. Construcción, inmobiliarias, servicios financieros y el sector de vehículos automotores tienen más probabilidades de sufrir el golpe, con lo que la cifra pasaría de 190 millones que había en 2007 a 210 millones a finales de 2009.
En México, de acuerdo con estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el contexto de una crisis de la actividad productiva que se sentirá con mayor intensidad en este primer semestre, por lo menos 380 mil personas que en diciembre tenían trabajo en la economía formal en nuestro país perderán su empleo en el transcurso de este año. Por su parte, la Canacintra y Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (CANACOPE) proyectaron el despido de personal y cierre de empresas de menor tamaño para final de 2008 y principios de 2009. El mayor riesgo está en el comercio en pequeño debido a que alrededor de 700 propietarios han señalado que podrían cerrar sus establecimientos.
Pepsi Bottling Grupo, el pasado mes de noviembre anunció un recorte de 2 mil 200 empleos, el cierre de tres plantas y 30 centros de distribución en el país, como parte de su plan de reestructuración mundial que implica eliminar 3 mil 150 puestos a nivel mundial, es decir que sólo en el país hará casi 70% de los recortes previstos a nivel global. En Puebla, mil 500 empleos son los que se perderán a inicios de este año, cuando comenzarán los reajustes en la empresa, como parte de los cambios que la empresa realizará para enfrentar la crisis económica mundial (La Jornada de Oriente, 20/11/08).
Como vemos, la situación económica actual y las perspectivas para este año no son nada favorables para la clase trabajadora en nuestro país. Desde el punto de vista de la burguesía y su junta de gobierno, ante la difícil situación que se anticipa para 2009 en las revisiones salariales y contractuales que se deberán negociar, debe caber la “prudencia de parte de los sindicatos en sus peticiones”, donde “el consenso y el acuerdo deben superar cualquier confrontación, considerando que lo primordial es mantener el trabajo”, manifestó el Consejo de Organismos Empresariales (COE) de Puebla. Y amenazó con que "la planta laboral no puede desconocer la realidad que atraviesan las empresas [...], ya que los empleos podrían estar en riesgo de disminuir si hay una presión sindical de otorgar un aumento salarial superior a la inflación estimada en 2009". Pero los intereses de los trabajadores son irreconciliables con los de la clase capitalista.Por eso deben decir a sus dirigentes: ¡Ningún acuerdo con la patronal! ¡No a la colaboración de clases! ¡Por una dirección combativa que movilice a los trabajadores en defensa de su empleo y sus niveles de vida! ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!
A como dé lugar, por diversas vías (reforma a la Ley Federal del Trabajo, alargamiento de la jornada laboral, abaratamiento de la mano de obra, eliminación de prestaciones, incremento de impuestos, disminución del salario real, etc.), la burguesía seguirá cargando a la espalda de los trabajadores el costo de la crisis generada por la anarquía de la producción capitalista. En el caso de la industria textil poblana, por ejemplo el año pasado, frente a la amenaza del cierre de varias empresas (Carpe, La Poblana y Roa), los trabajadores fueron obligados a “mutilar” su contrato colectivo de trabajo con tal de mantener su empleo, pues según la patronal, las bajas ventas no les permitían continuar absorbiendo los “excesivos costos derivados del contrato colectivo que incluía prestaciones exageradas” y que se convertían en “verdaderos lastres para las empresas”, de modo que la única forma “viable” de continuar con las operaciones era establecer un nuevo contrato.
Como vemos, lo “viable” para la burguesía es no perder sus beneficios y seguir explotando a la clase trabajadora; sólo cuando los capitalistas se sienten amenazados con perder todo se verán obligados a dar algunas concesiones, así que la lucha de los trabajadores por defender su empleo y sus derechos laborales tiene que ser, entre otras cosas, por:
- ¡No a los cierres de fábricas!
- ¡Fábrica cerrada, fábrica tomada!
- ¡Nacionalización de las fábricas amenazadas de cierre bajo control y gestión de los obreros!
- ¡Escala móvil de horas de trabajo!
- ¡Introducción inmediata de la jornada laboral de 32 horas semanales, sin reducción salarial!
¡Contra la carestía de la vida: escala móvil de salarios!
En diciembre pasado, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CNSM) acordó otorgar un aumento general de 4.6% a los salarios mínimos para 2009 (54.80 pesos para la zona geográfica A, 53.26 pesos para la B y 51.95 pesos para la C), en promedio el aumento fue de dos pesos 32 centavos. En el caso de Puebla que se ubica en la zona geográfica C, el aumento será de dos pesos con 45 centavos.
La parte obrera, supuestamente representada por José Luis Carazo, dijo que aceptó este aumento a nombre del sector obrero, aún cuando no resarce el poder adquisitivo de los trabajadores, para que en esta crisis económica se conserven las fuentes de empleo, se frene la pérdida de puestos laborales y en lo posible se creen algunas vacantes y se conserve la planta productiva. Sin embargo, el representante patronal Tomás Natividad, ha dicho que “no puede haber garantía de que no se perderán más fuentes de empleo y se evitará el cierre de empresas”.
Con este ínfimo aumento al mini salario, no se modifica en nada la situación del 55.7% de la población ocupada en nuestro país que, de acuerdo con el INEGI, en agosto de 2008 percibía entre 50 y 150 pesos diarios, es decir hasta tres salarios mínimos, y alrededor de 12 millones de trabajadores que se encontraban en el sector informal de la economía, sin recibir ningún tipo de prestación laboral ni seguridad social.
La burguesía y su representante en el gobierno, Calderón, continúan con la misma política que ha venido socavando los niveles de vida de millones de trabajadores en nuestro país. Sin embargo, ahora se enfrenta a un movimiento obrero cada vez más robustecido y organizado.
Los trabajadores del sector salud, por ejemplo han manifestado que, ante la amenaza de que en este año haya un despido masivo de trabajadores en la Secretaría de Salud, la sección 25 del Sindicato de Trabajadores de la Secretaría de Salud (STSS) en Puebla, no permitirá recortes de personal y que si lo llegaran a intentar responderán con movilizaciones. Es tal la presión de la base, que el secretario seccional del sindicato expresó: “No somos una fábrica donde si no se vende dejamos de producir; aquí no; la salud es todo los días; cada día hay más enfermos; la gente reclama más y mejores servicios de salud”, por lo que demandará 800 nuevas plazas para poder cubrir la demanda. Todo esto, después de que más de nueve mil trabajadores (de alrededor de 11 mil que hay en el Estado) del sector público de salud realizarán un paro de labores para exigir el pago de las dos quincenas de diciembre, los vales de despensa y el aguinaldo.
Por un error administrativo el pago se retrasó, pero el descontento entre los trabajadores estalló y el pasado 16 de diciembre suspendieron actividades durante ocho horas en todas las clínicas y hospitales del estado de Puebla. El paro laboral, ratifica, que quien manda en la sociedad son los trabajadores, pues no se otorga ningún servicio, ni funciona la economía sin su amable permiso. Por otro lado, expresa lo que Trotsky definió como el “proceso molecular de la revolución”, es decir que las contradicciones subyacen debajo de la superficie de aparente calma; las tensiones se están acumulando en la conciencia de la clase trabajadora que no soportará más ataques a sus derechos laborales.
En el caso del SNTE (Secciones 23 y 51), los trabajadores tendrán que seguir librando la batalla para echar atrás la privatizadora Alianza Calderón-Gordillo-Marín y por la abrogación de la Nueva Ley del ISSSTE, así como por la independencia, autonomía (con respecto al estado), democracia sindical y el reconocimiento de sus nuevos dirigentes electos el pasado 5 de diciembre. Las bases magisteriales, tras haber desconocido a los charros, tienen ahora la tarea de presionar a sus actuales dirigentes para llevar la lucha hasta el final en defensa de la educación pública y contra la carestía de la vida, durante la revisión salarial de este año que se realizará en el mes de mayo.
Por su parte, los trabajadores de la industria automotriz tendrán que librar una batalla contra la política de “flexibilización laboral” por la que pugna la Canacintra frente al escenario de profundización de la actual crisis, pues prevé un caída del 10% en el consumo estadounidense, algo bastante grave para México, debido a que el 60% de la producción de auto partes es llevado a la Unión Americana. En la empresa alemana VW, el año pasado los directivos y el sindicato pactaron un alza directa al salario de 5.4%, pese a que la inflación en la ciudad de Puebla ha llegado al 7 por ciento. Con la actual crisis en el sector automotriz, la patronal intentará cargar el costo a los trabajadores, que después de la planta Nissan de Cuernavaca y Ford de México, los de VW reciben mejores salarios y prestaciones (480 pesos) y los administrativos pretenden equipararlos a los de Chrysler de Saltillo y Mercedez Benz de Monterrey (inferiores a los 230 pesos).
De acuerdo con un estudio del Centro de Estudios para el Desarrollo Económico y Social de la UAP, publicado en La Jornada de Oriente el pasado28 de noviembre, los aumentos salariales desde 2003 han sido inferiores a la inflación, es decir que en el lapso de seis años la remuneración real de los obreros se incrementó sólo cinco pesos con 80 centavos en promedio. En el período 2002–2008 un trabajador del nivel más bajo (A5), obtuvo un alza en sus remuneraciones de 39 pesos, debido a que sus ingresos ascendieron de 122 pesos a 161. Sin embargo, al aplicar la inflación al mismo caso, resulta que el incremento en las percepciones de ese asalariado es de sólo tres pesos, puesto que, mientras en 2002 su sueldo real ascendía a 122 pesos, en 2008 se redujo de 161 a 125 pesos por el aumento en los precios de productos y servicios.
La misma situación se presenta para los obreros del nivel más alto, catalogados con la letra “R”. Los tabuladores salariales exponen que en el mismo periodo esos trabajadores obtuvieron un incremento de 132 pesos, puesto que su percepción pasó de 422 pesos a 554. No obstante, al realizar el mismo ejercicio, el alza salarial real en esos seis años fue de sólo 10 pesos, ya que mientras en 2002 el sueldo ascendió a 421 pesos –descontando inflación–, en 2008 se redujo de 554 a 431 pesos. Bajo estas condiciones, la dirección del SITIAVW será puesta a prueba en la lucha por revertir esta difícil situación cuando se realice la revisión salarial el próximo mes de agosto.
Ahora, más que nunca, los trabajadores necesitan sindicatos con una dirección combativa, democráticos e independientes del estado burgués que demanden, entre otras reivindicaciones:
- ¡Escala móvil de salarios, es decir, subida automática de los salarios correlativa al aumento de precio de los bienes de consumo!
- ¡Los sindicatos, cooperativas y asociaciones de consumidores son los que deben elaborar el índice real del coste de la vida en lugar del índice “oficial” que no refleja la verdadera situación!
- ¡Creación de comités de trabajadores, amas de casa, pequeños comerciantes y desempleados para controlar los aumentos de precios!
- ¡Supresión de todos los aumentos a los pobres y que paguen los ricos!
La juventud: “llama de la revolución”
En el sector educativo, los gremios aglutinados en el Frente Amplio de Sindicatos Universitarios y de Educación Superior (FASUES), han señalado que “en los 10 años recientes el salario ha tenido un deterioro de 200%, lo cual ahora se verá agravado por la crisis económica que aún no toca fondo”. Por lo que, demandarán incrementos de entre 15 y 20% y la creación de un “programa permanente de recuperación salarial” que contemple “el control de precios de la canasta básica, estímulos fiscales para los trabajadores, apoyos de despensa, transporte, de renta, homologación de zonas geográficas y pago por producción o eficiencia y por formación académica; en el caso de los gremios universitarios”, entre otros aspectos, durante las revisiones salariales que se realizarán entre enero y febrero de este año.
En Puebla, los jóvenes, hijos de trabajadores, sentirán las consecuencias de la crisis económica y saldrán a movilizarse nuevamente si el gobierno del estado atiende las exigencias de los concesionarios del transporte público para incrementar la tarifa durante el primer semestre del año. Así sucedió en febrero del año pasado, cuando se dio un aumento al pasaje del 25% (de cuatro a cinco pesos), los jóvenes fueron los primeros en salir a las calles a manifestar su rechazo, mientras que los dirigentes de los sindicatos de telefonistas, VW y el seguro social, afiliados a la UNT, decidieron postergar su “protesta” para el primero de mayo.
En la UAP, el ambiente de aparente calma se puede transformar rápidamente frente al probable incremento en el cobro de cuotas o cualquier servicio escolar o más violaciones a los derechos de los trabajadores. El Asociación de Personal Académico (ASPABUAP) y el Sindicato Independiente de Trabajadores no Académicos (SITBUAP), aunque blancos los dos, están demandando incremento directo al salario de 8 y 12 por ciento, respectivamente, superior al 4.25% otorgado al STUNAM. Por esta razón, previendo reclamos que pudieran presentarse por parte de los estudiantes y trabajadores, las autoridades universitarias han estado exigiendo mayor financiamiento federal para la educación superior pública, aún cuando alrededor del 85% del presupuesto se utiliza para el pago de la nómina, por supuesto no tanto en salarios dignos para los trabajadores académicos y no académicos, sino en exuberantes sueldos para la alta burocracia. Ahora, por ejemplo, en el programa de vivienda que pondrá en marcha la universidad, mientras los trabajadores docentes y administrativos de menor nivel accederán a casas habitación con un valor de 360 mil pesos aproximadamente, los altos funcionarios tendrán viviendas con un valor superior a los 800 mil pesos.
Sin duda, los efectos de la crisis en la conciencia de los trabajadores y el ambiente convulsivo de la lucha de clases en nuestro país se expresará también al interior de las escuelas.
¿Socialismo o barbarie?
Quienes con el desmoronamiento de la Unión Soviética afirmaron que el socialismo había demostrado su inviabilidad (sin comprender que lo que cayó fue un régimen burocrático mal llamado “socialismo real”) y que el capitalismo era el fin de la historia de la lucha de clases, porque se habían eliminado las contradicciones sociales y las crisis económicas, hoy, sus planteamientos no tienen ninguna base material para sostenerse.
La crisis actual del capitalismo no es pasajera, sino orgánica, profunda y prolongada. Sin embargo, no es la crisis final del capitalismo, no existe tal crisis que lo lleve a un colapso automático por sus propias contradicciones. Como dice Trotsky “el capitalismo rompe el equilibrio, lo reconstruye y lo rompe otra vez” (La curva de desarrollo capitalista, 1923). Hasta que el capitalismo no sea derrocado por la lucha de la clase obrera, éste siempre encontrará salida incluso a la crisis más profunda, aunque con un coste terrible para la clase trabajadora y la civilización humana.
Desempleo, pobreza, miseria y, como decía Lenin, “horror sin fin” expresan la bancarrota total del capitalismo. Frente a esta realidad, se pone de manifiesto la necesidad imperiosa y urgente que tiene la juventud y la clase trabajadora de encontrar una salida real para la barbarie que se avecina. La lucha por el socialismo se coloca a la orden del día porque, como hemos visto, cualquier intento de salida a la crisis por parte de la burguesía será a costa de los trabajadores, aunque al resistirse a morir, lo único que hace es prolongar su agonía. Aquella no puede ofrecer concesiones a los trabajadores y estos no aceptarán más ataques a sus niveles de vida. Esta contradicción es la base objetiva para una explosión social y la agudización de la lucha de clases a nivel internacional, nacional y local, aunque tendrá alzas y bajas.
De ahí que, la tarea de los marxistas sea saber aprovechar los efectos que la actual crisis está teniendo en la conciencia de millones de jóvenes y trabajadores.
Debemos seguir explicando la necesidad de unificar el movimiento en un Frente Único de Lucha de todos los sindicatos, el Frente Amplio Progresista, el Movimiento Nacional en Defensa de la Soberanía y la Economía Popular, y todas las organizaciones de los trabajadores oprimidos y explotados de nuestro país deben organizarse para derrocar a Calderón y a la burguesía, deben pasar de la movilización a la huelga general.
Esta lucha tendrá una expresión de mayor polarización (a izquierda y derecha) al interior de las organizaciones de masas tradicionales de la clase obrera. Los trabajadores demandarán dirigencias realmente combativas que defiendan sus derechos laborales, pues el problema fundamental para derrocar este sistema fracasado sigue siendo la ausencia del factor subjetivo, es decir un partido y dirección revolucionarias al frente de la lucha de la clase trabajadora. En este sentido, decía Trotsky que “La situación política mundial del momento se caracteriza, ante todo, por la crisis histórica de la dirección del proletariado”, pues “En todos los países el proletariado está sobrecogido por una profunda inquietud. Grandes masas de millones de hombres vienen incesantemente al movimiento revolucionario, pero siempre tropiezan en ese camino con el aparato burocrático, conservador de su propia dirección” (León Trotsky, Programa de transición, 1938).
Por eso, sobre todo los marxistas debemos seguir construyendo el Partido Revolucionario, con un trabajo sistemático, persistente y paciente en las organizaciones de masas. De ello depende el futuro de la humanidad. Debemos dar expresión organizada al movimiento ascendente de los trabajadores, darles perspectivas y hacer conciente la necesidad del programa de lucha por el socialismo, vinculando sus reivindicaciones inmediatas con la transformación radical de la sociedad (Véase Manifiesto de la CMI: “Una alternativa marxista a la crisis global del capitalismo”).
¡Únete a la Corriente Marxista Internacional, a través de nuestra sección mexicana, la Tendencia Marxista Militante y lucha con nosotros por el socialismo!
Enero de 2009.