Perspectivas para el movimiento obrero
Es un hecho innegable que la crisis del sistema capitalista está llevando a la población mundial a la total bancarrota. Millones de personas están sufriendo los efectos de la peor crisis económica en más de siete décadas. La burguesía internacional no ha encontrado una salida a esta situación. Incluso en los países en donde se auguraba una mejor solvencia el desempleo ha alcanzado cifras extraordinarias, tal es el caso de España. Hemos visto regímenes enteros caer, tal es el caso de Islandia. Y en países como Francia, Italia o Grecia ha habido huelgas generales masivas. Las cifras ahogan a la burguesía internacional que no encuentra otra forma de remediar los problemas más que bajo la política de cargarlo todo sobre la espalda de los trabajadores.
El capitalismo es un sistema decrépito, atacado por sus propios males y degenerado por sus mismos creadores. Es el cáncer que está corroyendo a toda la humanidad y lo que se debe hacer es extirparlo desde la raíz para poder sobrevivir.
Tan sólo en América Latina, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) anuncia que 2.4 millones de personas perderán el empleo, siendo Centroamérica y República Dominicana los que más afectaciones tendrán. México y América Central serán de los más golpeados por esta crisis debido a las relaciones comerciales con Estados Unidos y por el envío de remesas que este año caerán sustancialmente.
La bancarrota de las automotrices
La industria automotriz en Estados Unidos ha significado un rescate inicial de 17 mil 400 millones de dólares sólo para las empresas General Motors y Chrysler. A pesar de ello la industria automotriz de Estados Unidos, incluidos los complicados proveedores y concesionarios, ha recortado 400 mil empleos en el último año.
En nuestro país el sector automotriz ya se han recortado unos 28 mil empleos oficiales, dañando a estados como Coahuila y Chihuahua. Toda la industria automotriz, desde proveedores hasta distribuidores, podría recortar unos 100 mil empleos de un total de 1 millón a causa de la crisis.
En Puebla, más de mil trabajadores pertenecientes a la Volkswagen han perdido el empleo, todos ellos eventuales. A pesar de que las empresas habían anunciado paros técnicos como medidas para evitar el recorte de puestos de trabajo, han terminado por despedir a cientos de trabajadores y no descartan seguir despidiendo a más.
El pasado 15 enero, la Volkswagen inició el primero de una serie de estos paros técnicos al anunciar que 95 por ciento de la planta laboral dejó de trabajar y que sólo 5 por ciento de los trabajadores acudirían a laborar. Este 5% sólo recibiría 50 por ciento de su salario de los tres días que duraría el paro. La planta de la VW en Puebla consta de 10 mil 300 trabajadores, de los cuales más de mil han sido despedidos.
En el caso de las plantas Ford y Chrysler ubicadas en el Estado de México la situación no mejora. A pesar de que el gobierno del Estado destinará 100 millones de pesos anuales durante los próximos 3 años y que en los siguientes 10 años se apoyará a la industria automotriz asentada en la entidad con más de 867 millones de pesos, las empresas han iniciado paros técnicos que amenazan con terminar en despidos masivos. En el Estado de México, la industria automotriz aporta 15% del PIB estatal y es la principal industria manufacturera, genera directa e indirectamente más de 75 mil empleos en la entidad. Según datos de La Jornada, en el último año la industria automotriz canceló 2 mil 300 plazas en el Estado de México.
En Cuernavaca, el pasado 9 de enero, 450 trabajadores de la empresa Nissan llevaron a cabo el primer paro técnico, de cuatro que harían en ese mes. El sindicato y la empresa acordaron parar los cuatro viernes de enero, sin embargo sólo se les pagó 50 por ciento de su salario a los trabajadores.
En todos los casos los acuerdos entre las empresas y los sindicatos han ido en el mismo sentido. Con la venia de estos últimos, los empresarios han utilizado de carne de cañón a los trabajadores quienes, más por necesidad que por otra cosa, han soportado reducciones salariales de más del 50%. A pesar de los “rescates” que el gobierno ha otorgado a la industria automotriz la situación no tiene un ápice de mejora.
Maquiladoras
La industria maquiladora es, junto con la automotriz, una de las más golpeadas por la crisis económica mundial. Se estima que en nuestro país más de 150 mil trabajadores perdieron su empleo en el último trimestre de 2008 con el cierre de 3 mil empresas maquiladoras al norte del país.
Así, por ejemplo, en Ciudad Juárez, en el año 2000 había registrados 264 mil 700 trabajadores en la industria maquiladora, y para el año pasado ya habían desaparecido casi 25 mil empleos. En Tijuana, en el mismo periodo el número de obreros en este sector manufacturero pasó de 199 mil a 176 mil 200, es decir, se perdieron 23 mil plazas (La Jornada, 27 enero 2009)
El titular de la cetemista Federación de Trabajadores del Norte, José de Jesús Díaz, informó que “las 82 maquilas en paro representan 25 por ciento de las 330 plantas maquiladoras en esta ciudad, y esto ha afectado a más de 35 mil empleos directos del sector, aparte de los que trabajan en torno a esta actividad, como transportistas, proveedores y otros, que podrían llegar a sumar 10 mil personas o más” (Ídem).
Al norte del país, las maquilas representan una de las mayores fuentes de ingreso. Caracterizado por ser uno de los empleos peor pagados, la industria maquiladora emplea a aproximadamente 2 millones 400 mil trabajadores agrupados en 6 mil 100 empresas pertenecientes a la Cámara Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación, la mayoría de ellas subcontratadas.
Ataques a los empleos
El gobierno de Calderón ha impulsado dos etapas de un supuesto plan anticrisis que no han servido para absolutamente nada. En noviembre de 2008 se vaticinaba ya un poco de los alcances de la crisis con el anuncio de la pérdida de 164 mil empleos, la pérdida del poder adquisitivo del salario en 23.69% y la peor caída de las remesas desde mayo de 2004 con una reducción del 10.68%. El IMSS estimaba en 400 mil los empleos perdidos entre noviembre y diciembre de 2008 además de que anunciaba que 8 de los 9 sectores productivos registraron reducciones salariales que iban desde 45 hasta 288 pesos mensuales.
Las cifras no favorecen en nada el optimismo del gobierno calderonista. Organismos empresariales como la COPARMEX o la CONCAMIN se han visto obligados a reconocer que la pérdida de empleos alcanzará sus peores cifras en 2009. La CONCAMIN hablaba en enero pasado de que sólo se crearían 75 mil plazas formales. Señaló que desde octubre pasado la industria comenzó su tránsito por la recesión más severa de su historia reciente, y este año será muy complicado para la operación y la sobrevivencia de buena parte de la planta industrial (La Jornada, 12 enero 2009).
Mientras tanto, el número de empresas declaradas en paro técnico aumenta sustancialmente. En febrero pasado un total de 487 empresas manifestaron a la Secretaría de Economía su intención de llevar al paro técnico a un total de 511 mil empleados.
Todo ello se suma, además, a los recortes a los salarios de los trabajadores y los míseros aumentos que por sector han ido ofertando. En 2008, 8 de los 9 sectores registraron pérdidas en los salarios. En 2008 el IMSS dio a conocer las cifras por sector que se mostraron, en enero pasado, de la siguiente forma:
Industria eléctrica y suministro de agua potable |
Comercio |
Transporte y comunicaciones |
Servicios para empresas y personas/ agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca |
Industria de la transformación y de la construcción |
Industrias extractivas |
Sector de servicios sociales |
*Percibían 501.67 pesos diarios en mayo |
* Disminución de 4.40 pesos diarios de julio a octubre de 2008. |
* Disminución entre mayo y octubre fue de 3.56 pesos menos o 106.86 pesos mensuales. |
* De marzo a octubre su salario fue menor en 3.33 pesos por día o casi cien pesos mensuales. |
* Dejaron de percibir 2.42 y 2.32 pesos diarios. |
*Trabajadores dejaron de percibir 1.50 pesos diarios de julio a octubre. |
* Único sector que registró aumentos constantes en los salarios correspondientes a los 10 meses reportados de 2008 por el IMSS y la STPS. |
Fuente: La Jornada, enero de 2009.
Pero la situación no para ahí. El gobierno del empleo no sólo no ha logrado mantener los empleos sino que es incapaz de solventar la demanda creciente. En los primeros 20 días de enero, el Servicio Nacional de Empleo registró a más de 91 mil personas en búsqueda de trabajo además de que recibió, vía el portal de la Secretaría de Trabajo otras 123 mil solicitudes.
Javier Lozano apuntó que se espera atender a 250 mil desocupados mediante el Programa de Empleo Temporal; 500 mil trabajadores que resulten afectados por paros técnicos, y 800 mil personas por medio del Servicio Nacional de Empleo (La Jornada, 23 enero 2009).
Pero ni la promesa del empleo, aunque sea temporal, los paros técnicos, las reducciones salariales o los planes anticrisis del gobierno espurio de Felipe Calderón han logrado detener el tsunami de desempleos que se estampa en todos y cada uno de los sectores productivos de nuestro país.
El movimiento obrero contraataca
Pescadores, transportistas, magisterio, campesinos, mineros, maquiladores, trabajadores de la industria y estudiantes, todos, sin excepción, se han integrado a la lucha en defensa de los empleos y en contra de la carestía de la vida.
No ha habido, desde que México entró a la órbita de la revolución latinoamericana, un solo día en que no haya movilizaciones de los trabajadores. Las luchas en contra del fraude electoral, el movimiento del magisterio y el pueblo oaxaqueño, la lucha de los trabajadores del Estado en contra de la ley del ISSSTE y más recientemente las luchas en contra de la Alianza por la Calidad de la Educación, así como los paros de los pesqueros y los transportistas a nivel nacional son una pequeñísima muestra de la poderosa fuerza de la clase trabajadora.
Un caso que debemos analizar concienzudamente es el de los trabajadores morelenses. Hace algunos meses, tras el anuncio de la entrada en vigor de la ACE, trabajadores del magisterio tomaron como medidas de lucha la toma de los accesos a una comunidad. El Estado respondió enviado tanquetas del Ejército y a camiones de la Policía Federal Preventiva para reprimir a los manifestantes. La situación se tornó tan complicada que estuvo a nada de convertirse en otro movimiento similar al de la APPO en 2006. Ahí mismo, en Morelos, ha habido, en lo que va del año 550 emplazamientos a huelga de distintas fábricas, siendo este estado el primero en el que los trabajadores de una empresa estallaron en huelga. Así como los trabajadores de Morelos, podemos mencionar a trabajadores de Michoacán, Oaxaca, el Estado de México o el Distrito Federal, entre tantos otros que están teniendo luchas ejemplares.
La tendencia hacia un estado de ánimo mayor para luchar de parte de la clase trabajadora, se refleja por medio de las propias cifras de la propia Secretaría del Trabajo (STPS). A pesar de tratarse de información oficial, las estadísticas de esta dependencia expresan que tan sólo en el primer trimestre del 2008 los emplazamientos a huelga se incrementaron en un 29% respecto al mismo periodo del 2007. En total, en el ámbito federal (es decir, sin tomar en cuenta los conflictos laborales del ámbito local o estatal) durante todo 2008, de acuerdo a la STPS, se presentaron 10 mil 814 emplazamientos a huelga de los cuales finalmente estallaron en huelga en 21 casos, involucrando a 13 mil 242 trabajadores. Y en lo que corresponde al primer trimestre de este 2009, ya se registraron 3 mil 78 emplazamientos y 6 estallidos de huelga, conflictos en los que han estado involucrados 5 mil 520 trabajadores.
No hablamos meramente de una cuestión económica. A pesar de que la crisis ha golpeado duramente a los trabajadores, también existe un hartazgo creciente que se ha hecho visible desde 2006. Hace algunos años, a consecuencia de su política conciliatoria, la palabra huelga no se encontraba en el vocabulario de los dirigentes sindicales. Pero esto, en contra de la voluntad de los dirigentes, está empezando a cambiar. Ante ello, y para explicar mas gráficamente de los que estamos hablando, es necesario destacar que, y siguiendo con los mismos datos que proporciona la STPS, la inmensa mayoría de los conflictos laborales descritos más arriba provienen de sindicatos afiliados a la CTM: del total de emplazamientos a huelga en 2008, 7 mil 337 provinieron de gremios pertenecientes a dicha central obrera, y de las 21 huelgas registradas ese año, 13 fueron protagonizadas por esta misma clase de gremios. Y en lo correspondiente a los emplazamientos registrados en el primer trimestre del año en curso, mil 835 fueron interpuestos por sindicatos de la CTM.
Hoy hemos visto, en menos de un trimestre, huelgas y varios estados de la república: los paros nacionales de los pesqueros y de los transportistas, el paro laboral de los IEMS de la Ciudad de México, las huelgas de las universidades de Baja California, la de San Nicolás de Hidalgo, del Colegio de Posgraduados, la Universidad de Chapingo, así como la huelga de los trabajadores de Olympia de México, los trabajadores de la Vidriera de Sn Luis Potosí, la de Aluplast de Cuernavaca, la de 200 trabajadores de la construcción de la empresa Homex de Querétaro, la del SUTIN, además de las huelgas y paros del los SITMAS del Conalep en Sonora, Durango y Veracruz, sin olvidar el paro que durante esos mismos meses desarrollaron los policías municipales de Zihuatanejo exigiendo condiciones laborales e ingresos más dignos y estallaron dos huelgas más por parte de los mineros.
Todo lo anterior ya es una expresión que demuestra que a pesar de la crisis y la amenaza permanente de despido, los trabajadores no se están amilanando y que por el contrario, que las cosas están llegando a un límite en el que no se les está dejando otro camino que el de luchar. Esta cuestión también está teniendo una expresión en la vida interna de los sindicatos, el que la abrumadora mayoría de la conflictividad laboral del último periodo se esté expresando por medio de gremios incorporados a la CTM ya por sí mismo refleja las enormes dificultades que los dirigentes, aunque se trate de los charros, están experimentando para tratar de contener los ánimos de combatividad de la clase obrera. Este fenómeno nos permite pensar en que en este contexto de crisis económica y de fuertes tensiones entre las clases, también veremos importantes luchas por la democracia sindical.
Este ambiente entre la clase trabajadora, contrapuesto con las serias intenciones de la burguesía por lanzar de un momento a otro un severo ataque por medio de una contrarreforma a la Ley Federal del Trabajo, no hace más que trazar una perspectiva de choque de trenes entre las clase sociales. Se trata de coctel altamente volátil y explosivo que de un momento a otro podría transformarse en un nuevo punto de inflexión en la lucha de clases. Y la burguesía junto con Calderón, en su desesperación por salvar sus intereses de clase, están abonado el camino en esa dirección; ello lo demuestra la determinación de la justicia laboral y de la STPS, quienes el pasado 14 de abril dieron por terminadas las relaciones laborales entre los mineros y el Grupo México, propietario este último de la mina de Cananea, para de esa manera terminar con una huelga de aproximadamente dos años de duración. Si las autoridades y la burguesía piensan que con esta medida está dicha la última palabra sobre la huelga de Cananea, están muy equivocados. La historia y las tradiciones de los mineros demuestran que en más de una vez la burguesía y el régimen han tenido que morder el polvo cada que se lanzan con todo contra este gremio. Por ejemplo, no hay que olvidar que el intento de levantar esta huelga en enero de 2008 por medio de las tropas de ejército, fue derrotado.
Con sus acciones los patrones, más que lograr temor están alimentando la llama del odio que impulsa hacia el frente al movimiento obrero. Lo mejor está por venir y no nos extrañe cuando de un momento a otro los trabajadores pasen al movimiento de toma de fábricas en defensa de sus intereses.
Nuestras herramientas de lucha
Históricamente, el movimiento obrero se ha basado en organizaciones tradicionales de lucha, como los sindicatos o los partidos de izquierda, para aglutinar sus demandas y levantarlas en una bandera de lucha en contra de la explotación del capital.
En nuestro país, muchas de las principales organizaciones obreras fueron, desde sus inicios, cooptadas por el aparato del Estado generando una corporativización que a la fecha sigue vigente. El ejemplo más ilustrativo de este tipo de sindicalismos es el representado por la CTM y demás centrales obreras organizadas en el Congreso del Trabajo. En muchas ocasiones estas organizaciones le han hecho al juego al gobierno en el sentido de permitir medidas antiobreras.
Las huelgas que ya estamos viendo y la serie de acontecimientos que reflejan que estamos ante una cada vez mayor participación de los sindicatos industriales en la lucha son la expresión clara del movimiento instintivo de los obreros por elevarse al nivel de las tareas que la historia les impone.
Unificar todas las luchas existentes, luchar por la democratización de nuestros sindicatos y crear un frente único en contra de los despidos, la carestía de la vida y por la transformación socialista de la sociedad son elementos necesarios para lograr que la crisis que han generado los capitalistas la paguen ellos.
Sindicatos, CND, PRD, trabajadores de todos los sectores, campesinos, estudiantes y en general, todas las clases oprimidas, tenemos el poder de modificar el rumbo de los acontecimientos si nos unimos en una sola lucha.
Si el capitalismo se muestra incapaz de satisfacer las exigencias que surgen de las calamidades que él mismo ha generado, debe desaparecer. Compañero trabajador, la Tenencia Marxista Militante te hace un serio llamado a que te integres y luches con nosotros por estas demandas y por la única solución existente ante la barbarie capitalista, la lucha por la transformación socialista de la sociedad.
Luchamos por:
- Democratización de los sindicatos. Creación de Comités de Fábrica que regulen las actividades de los sindicatos.
- Trabajo y condiciones de vida dignas para todos.
- Escala móvil de salarios. Subida automática de los salarios correlativa al amento de precio de los bienes de consumo.
- Contra los paros técnicos. Derecho al trabajo. Ni un solo despido mas y por la reducción de la jornada de trabajo de 8 a 6 horas diarias sin reducción de salario. Todo el trabajo existente debe distribuirse entre todos los trabajadores.
- Fábrica cerrada, fábrica tomada. Por la nacionalización bajo control obrero de la empresas quebradas o en vías de ser cerrada. Si los patrones no son capaces de impulsar la producción y mantener los empleos, que no estorben y se hagan a un lado. Los trabajadores podemos hacer producir las fábricas y proteger los empleos sin su parasitaria ayuda.
- Seguro de desempleo universal.
- Contra los recortes al gasto social del Estado y contra las privatizaciones. Ni un solo peso para los empresarios, que los recursos públicos sean destinados para las necesidades de las familias trabajadoras: educación, salud, vivienda, obras de servicios públicos, subsidios para los productos de la canasta básica, subsidio para el campo, etcétera.
- Los sindicatos y demás organizaciones de masas tienen que unir a los que trabajan y a los desempleados en mutua solidaridad. Por el Frente Único de los sindicatos, el PRD, el Movimiento en Defensa de la Economía Popular el Petróleo y la Soberanía, las organizaciones campesinas e indígenas, así como las estudiantiles contra la política de Calderón ¡Que la crisis la paguen los banqueros y empresarios!
- Por un plan de lucha que concentre toda las fuerzas de los trabajadores de la ciudad y del campo para golpear todos juntos y a la misma hora. Ni una sola lucha aislada más. Por una huelga general de 24 horas contra los patrones y su gobierno representado por Calderón.
- Por el derrocamiento de Calderón y por la expropiación de la banca, la industria, los monopolios comerciales y del transporte, así como de los latifundios velados o abiertos, para poner todas esas fuerzas económicas bajo el control democrático de los trabajadores.
- Por una Federación Socialista de América Latina.