La situación de la mujer en México ha sido un foco rojo desde hace muchísimo tiempo, recordemos a inicios de los años 90´s cuando en Ciudad Juárez día tras día muchas mujeres eran asesinadas sin que hasta la fecha se hayan esclarecido estos crímenes, quedando completamente en el olvido para la ley, en esa época la sociedad no era consciente de la violencia de género, sin embargo ya desde esa época y mucho antes, se escuchaban entre pasillos casos de mujeres agredidas sexualmente antes de ser asesinadas, o víctimas de los celos desmedidos de sus parejas o exparejas, reflejando esa ideología machista que coloca a la mujer como un objeto que puede poseerse, y a pesar de ser común este tipo de violencia, los medios de comunicación manejaban estos casos como hechos aislados, ocultando además la omisión de las autoridades.

A pesar de que la lucha contra los asesinatos de mujeres por motivos de género no es nueva, fue hasta 2012 que se tipificó este delito como feminicidio, han pasado casi 8 años de esto, sin embargo para la sociedad en México aún no queda claro este delito, en parte esto se responde por la clara desatención de los medios de comunicación, pues durante años se desentendieron de este tema, minimizándolo o tratándolo cada caso como una tragedia casual.

Lucrar con la desgracia

El pasado 9 de febrero Ingrid Escamilla fue asesinada por su entonces pareja Erick Francisco, este hombre ya tenía antecedentes de violencia en contra de su expareja, sin embargo fue Ingrid quien sufrió la mayor ira de este hombre. Para los medios de comunicación este caso era oro puro, pues no sólo tenían imágenes del asesino en estado de desorientación y salpicado de sangre confesando su crimen, sino que además habían conseguido fotografías del cadáver de Ingrid, que tuvo un final trágico, los medios, aprovecharon todo este material para difundirlo, sin ningún tipo de sensibilidad con la víctima y su familia, generando una enorme indignación social que derivó en protestas en la CDMX, exigiendo una disculpa de los diarios que hicieron uso de estas imágenes.

Aún no nos recuperábamos de esta situación, cuando una pequeña de 7 años llamada Fátima había sido robada por una mujer a la salida de su escuela. Los medios de comunicación se colocaron al frente del caso, sobre todo cuando la pequeña fue encontrada sin vida y se confirmó que había sido agredida sexualmente y asesinada por una pareja. Durante varios días no hubo más notas que la de este caso, los medios de comunicación exprimieron este hecho como si fuese un espectáculo, alimentando el morbo cada vez más, en ambos casos se manejó como si fuera una novela y un hecho aislado, dejando de lado la descomposición social, la violencia normalizada y la ineptitud de la autoridad, producto de años de malos gobiernos y del abandono de este tipo de casos, pues este tipo de crímenes nunca se han tratado realmente con perspectiva de género, haciendo saber a los delincuentes que pueden actuar impunemente.

Sin un poco de empatía y lanzando lágrimas de cocodrilo, primero intentan utilizar el caso de Fátima para hacer ver que la violencia de género es inexistente, pues los medios no se cansaron de mencionar el hecho de que la secuestradora era una mujer, insinuando que la violencia de género era inexistente, a pesar de que Fátima había sido violentada sexualmente, había sido pintada de las uñas y se le había cortado el cabello, efectivamente no era un crimen casual, fue un feminicidio infantil, así mismo pasaron a segundo término la violencia extrema que vivió la secuestradora a lado del asesino y violador de Fátima, que ya había sido denunciado más de una vez, pero poner esto de frente sería admitir la omisión de las autoridades en tiempos anteriores, esto último no exime a la secuestradora de su delito, pero nos deja claro lo profundo de la problemática que ha llevado a la normalización de la violencia machista y hasta dónde puede llegar.

Así mismo utilizaron estos casos como agenda política, pues no sólo se lucró con Ingrid y con Fátima para aumentar el número de televidentes y audiencia, además se dieron a conocer como algo increíble, que no sucede en otras partes del país, lamentablemente situaciones como estas se han dado en muchas otras ocasiones, incluso con un nivel de violencia mayor, pero que fueron callados o minimizado.

¡Fuera los medios de comunicación empresariales!

Los medios de comunicación privados no saben lo que significa la empatía ni la ética en el periodismo, a lo largo de la historia han lucrado con los sentimientos de la gente, vimos en 2017, durante el terremoto, que fueron capaces de inventar que una niña estaba atrapada entre escombros de lo que fue una escuela, después de varios días dando la nota y explicando cada detalle de cómo se encontraba la niña, los medio de comunicación finalmente aceptaron que esta niña no había existido nunca, mientras en otros lugares había gente intentando salvar vidas reales.

Mientras los medios de comunicación sigan siendo privados, continuará la búsqueda de la nota roja, incluidos los feminicidios, como un espectáculo para vender, para ganar televidentes, explotando al máximo la deshumanización a la que nos quiere llevar este sistema, promoviendo el círculo de la violencia y el morbo. Al final, detrás de los medios privados, no hay más que empresarios que viven de la venta de sus contenidos y la publicidad. Difícilmente podremos obtener empatía de estos sectores, exigimos paren ya la re victimización, la falta de respeto a la dignidad de las víctimas, pero sobre todo exigimos la desaparición de todos estos medios y crear medios de comunicación al servicio del pueblo trabajador y sus necesidad, públicos y democráticos.

 


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