Dicha violencia se ha visto expuesta en todos los niveles y se ha convertido en “una dimensión de epidemia con consecuencias devastadoras para el tejido social y para la gobernabilidad democrática”.

Por su parte, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) expuso en un informe presentado a finales del 2015, que las entidades que entre los años 2011 y 2013 se colocaron entre las de mayor tasa en homicidios de mujeres fueron Guerrero, Chihuahua, Tamaulipas, Coahuila, Durango, Colima, Nuevo León, Morelos, Zacatecas, Sinaloa, Baja California y Estado de México.

Según la dependencia, a nivel general en México, 63 de cada 100 mujeres de 15 años y más declaró haber padecido algún incidente de violencia, ya sea por parte de su pareja o de cualquier otra u otras personas.

Para el INEGI, entre 2009 y 2010 aumentó la violencia contra la mujer, alcanzando el máximo pico el año 2012 con dos mil 761 mujeres asesinadas. En 2013 la cifra bajó a dos mil 593 y 2014 cerró con dos mil 288 mujeres con presunción de feminicidio.

A pesar de los datos expuestos por el INEGI, en donde Veracruz ni siquiera figura como una de las entidades con mayor tasa de homicidios, la propia fiscalía estatal ha expuesto que durante el gobierno de Javie Duarte el número de denuncias se ha incrementado en un 5 mil por ciento.

Según el diario Reforma, de 2006 a 2010 se registraron 32 casos, de 2011 a 2015 incrementaron a 1,647 denuncias. El peor año fue en 2014, cuando se reportaron 597 mujeres extraviadas, lo que colocó al Estado como uno de los más peligrosos para las mujeres.

Por otro lado el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas del Sistema Nacional de Seguridad Pública, reporta que 7 mil 185 mujeres han desaparecido en México durante los últimos dos sexenios y el 44 por ciento de ellas no había cumplido siquiera los 18 años de edad en el momento de la desaparición, siendo Tamaulipas y el Estado de México los dos casos más alarmantes con el 31 por ciento del total de casos denunciados a nivel nacional. Aunado a ello, según Amnistía Internacional 70 mil violaciones sexuales suceden en el país. Una cada cinco minutos.

La podredumbre del capitalismo

Los datos anteriores no son otra cosa que el reflejo de un sistema decrépito que expone su cara más cruda en la violencia que se genera día a día en contra de la mujer trabajadora en nuestro país.

Como Marx y Engels señalaron la base de la opresión femenina está en la posición que ocupa en la producción social y es en el capitalismo donde encontraremos la base de esta opresión.

Engels decía: “La emancipación de la mujer se hace posible cuando esta puede participar en gran escala, en escala social, en la producción y el trabajo doméstico no le ocupa sino un tiempo insignificante. Esta condición sólo puede realizarse con la industria moderna, que no solamente permite el trabajo de la mujer en vasta escala, sino que hasta lo exige y tiende más y más a transformar el trabajo doméstico privado en una industria pública.”(El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, Federico Engels)

El capitalismo no representa para la mujer más que opresión y violencia. En el capitalismo la mujer es explotada y violentada en todos los procesos de su vida. Engels lo expone de esta manera: "La esclavitud de la mujer tiene su origen en la aparición de la propiedad privada, de la apropiación individual del excedente social. El desarrollo de la familia patriarcal y monógama se consolidó junto con una economía familiar separada, vinculada a la propiedad privada.

Debemos reconocer que la fuente principal del problema es el sistema social y que solo destruyéndolo podemos solucionar el problema de fondo. Pero desde ahora debemos lograr conquistas en este terreno convirtiendo las demandas en defensa de la mujer en una lucha de todos los sindicatos y organizaciones de izquierda en donde hombres y mujeres, sin ninguna división de género, actúen políticamente en conjunto.