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Los días 5 y 6 de diciembre celebramos online la Conferencia Política de Izquierda Revolucionaria en el Estado Español. Con una impresionante participación de 250 trabajadores y jóvenes, sindicalistas, activistas del movimiento estudiantil y feminista de 30 ciudades del Estado, abordamos en profundidad las perspectivas para la lucha de clases y las tareas del partido revolucionario en el próximo periodo. El entusiasmo y la determinación por seguir avanzando y construyendo las fuerzas del marxismo se reflejaron en las más de treinta intervenciones que se sucedieron a lo largo de la Conferencia, y en una colecta histórica que batió todos los récords anteriores.
También contamos con la presencia de camaradas de las secciones de Portugal, México, Venezuela y el caluroso saludo de los camaradas de Alemania, integradas en Izquierda Revolucionaria Internacional.
En el año del estallido de la pandemia de la Covid-19 con sus dramáticas consecuencias para la clase obrera y la juventud, en el año que celebramos el 200 aniversario del nacimiento de Friedrich Engels y el 80 del asesinato de León Trotsky, esta reunión inspiradora ha servido para reforzarnos en las ideas, los métodos y el análisis del marxismo revolucionario y en el papel que estamos dispuestos a jugar en la lucha de clases en los años venideros.
El enorme poder de la clase obrera y el miedo de la burguesía a la revolución
La discusión se organizó en un único bloque sobre las perspectivas políticas internacionales y para el Estado español, y los informes de los distintos territorios donde Izquierda Revolucionaria interviene cotidianamente.
Tanto en la introducción como en el propio debate, señalamos que la devastadora crisis que corroe el capitalismo no es el fruto de un virus, ni de la improvisación de los Gobiernos en una pandemia difícil de controlar, sino que es el resultado de la dictadura del capital financiero y de sus recetas de austeridad, recortes y ataques contra los trabajadores. La recesión económica es un hecho incontestable de grandes consecuencias políticas. En este sentido, dedicamos una atención especial al recrudecimiento de las tensiones interimperialistas y a la pugna por la supremacía mundial entre EEUU y China, y marca el presente y el futuro de las relaciones internacionales.
Como no podía ser de otra forma, uno de los aspectos que surgió en numerosas ocasiones durante el debate fue el enorme poder acumulado por la clase obrera tanto en los países desarrollados como en los excoloniales. El factor determinante en la situación política general es el miedo a la revolución, a que la acción de las masas desborde los diques de contención que la clase dominante ha levantado en los últimos años apoyándose en la política de colaboración de clases de las organizaciones socialdemócratas y sindicales.
Los ejemplos de ello se cuentan por decenas. En las intervenciones de distintos delegados y delegadas profundizamos sobre el proceso revolucionario que ha vivido Chile y el voto masivo contra la constitución de Pinochet, la impresionante respuesta de las masas en Bolivia que han asestado un duro golpe a la reacción, el impresionante movimiento Black Lives Matter en EEUU y la derrota del odiado Donald Trump en las elecciones presidenciales, el levantamiento en Tailandia contra la dictadura bonapartista y la monarquía, la rebelión obrera en Indonesia contra la nueva reforma laboral, el estallido social contra la violencia policial en Nigeria, las manifestaciones en Israel contra Netanyahu o el proceso revolucionario que ha sacudido el Líbano.
La lista continúa: Perú, Costa Rica, Guatemala, Colombia, Polonia, Francia… En todos estos países y en plena pandemia sanitaria, millones de oprimidos y oprimidas han tomado las calles mostrando una enorme voluntad por transformar sus condiciones de vida de forma radical. Vivimos una lucha de clases encarnizada, una era de revolución y contrarrevolución, de máxima polarización social y política, donde el auge de la lucha de clases ha tenido un impacto formidable en la conciencia de millones.
Estado español: unidad nacional, colaboración de clases y la crisis de la derecha
Una de las conclusiones que se desprendieron de todas las intervenciones es como la izquierda parlamentaria, la socialdemocracia y las nuevas organizaciones reformistas, han respondido positivamente a la estrategia de unidad nacional y colaboración de clases con la burguesía. Dedicando un espacio muy importante al Estado español, recordamos como el Gobierno del PSOE-UP no era la apuesta inicial de la clase dominante, forzaron unas segundas elecciones en noviembre de 2019 y sus maniobras fracasaron estrepitosamente debido al ascenso del movimiento de masas en las calles. La proclamación del Gobierno de coalición —dos meses antes del estallido de la pandemia— tiene por tanto una trascendencia histórica.
Numerosas intervenciones analizaron las presiones de clase a las que está sometido el Ejecutivo y como su agenda política está siendo guiada, en los asuntos más decisivos, por los grandes poderes económicos del Ibex35 y la CEOE: desde los 100.000 millones de euros que se entregaron a la banca y los grandes consorcios en el primer plan de rescate del mes de abril, al decreto que regulará los fondos de reconstrucción europeos y que regará con miles de millones a la plutocracia financiera y empresarial.
También se analizó en profundidad el papel de Unidas Podemos y su abandono de la lucha de masas por participación en esta política de unidad nacional. Otorgando una cobertura de izquierdas, los ministros de UP están cediendo posiciones cada día más importantes a los representantes directos del gran capital en este Gobierno, como Nadia Calviño, que cómo los hechos demuestran ha logrado imponer su estrategia en los asuntos más relevantes.
En el debate también profundizamos en las razones de la actual crisis de la derecha, más allá del ruido y la furia, en la descomposición del entramado institucional del régimen del 78, empezando por la monarquía, y dedicamos un extenso espacio a la lucha por la república catalana y las perspectivas para el movimiento de liberación nacional.
En un contexto de crisis social, sanitaria y económica devastadora, con el firme rechazo a la derecha por parte de la clase obrera y la juventud, el Gobierno de coalición se está presentando como la única alternativa para evitar la vuelta a una pesadilla reaccionaria que todos y todas conocemos y que no queremos repetir. Pero este margen de maniobra con el que cuenta gracias a los trabajadores, no durará para siempre. Se está acumulando mucho material explosivo en las entrañas de la sociedad: las colas del hambre, los desahucios, el desempleo creciente, la precariedad y los salarios de miseria, la falta de futuro para la juventud… chocan contra las políticas pro capitalistas, una realidad que dará paso a grandes explosiones y levantamientos proporcionales al sufrimiento colosal que nuestra clase está padeciendo.
Construir Izquierda Revolucionaria, preparar las fuerzas para nuevos combates
Fueron especialmente apasionantes los informes sobre nuestra intervención en los grandes frentes de la lucha de clases. Compañeros y compañeras explicaron la actividad que hemos desplegado en Euskal Herria, Catalunya, Galiza, Madrid, Andalucía, Guadalajara, País Valencià, Asturias… Desde nuestro trabajo sindical y la participación de nuestros cuadros obreros y sindicalistas en los numerosos conflictos que se han desatado en estos meses, hasta las luchas juveniles que hemos animado con el Sindicato de Estudiantes, participando en las movilizaciones antirracistas del pasado mes de junio, en el levantamiento de los barrios obreros de Madrid, o en decenas de movilizaciones en defensa de la sanidad pública.
Destacamos todos los esfuerzos realizados para mantener la versión digital de nuestra prensa revolucionaria (El Militante, Militant, Euskal Herria Sozialista) durante el confinamiento, y la vuelta a la edición impresa en estos últimos meses. Los logros en la lucha por unas finanzas revolucionarias, que nos han llevado a recoger recursos en cuotas y aportaciones que han superado todos los objetivos propuestos, y la labor que hemos realizado en el terreno de la teoría, con más de 350 artículos publicados en nuestra web, junto a los libros que ha publicado la Fundación Federico Engels que nuestra organización impulsa.
Todas las intervenciones tuvieron una gran profundidad y elevaron el nivel de la discusión. El broche a un debate tan productivo lo puso uno de los momentos más especiales de nuestra Conferencia: la colecta que celebramos el sábado por la tarde.
En el llamamiento central conmemoramos el 80 aniversario del asesinato de León Trotsky, uno de los más grandes revolucionarios de la historia y el más consecuente defensor del leninismo y del legado de 1917. Su entrega a la causa del socialismo y del internacionalismo, y la lucha incansable de los hombres y mujeres de la Oposición de Izquierda contra la degeneración burocrática de la URSS, masacrados por la maquinaria estalinista, son una fuente de inspiración inagotable.
En las dos horas en que se desarrolló este llamamiento, militantes veteranos y jóvenes, sindicalistas, activistas juveniles, compañeras que juegan un papel destacado en el movimiento feminista, en los movimientos sociales, explicaron de forma emocionante por qué decidieron militar en Izquierda Revolucionaria y qué aporta la organización revolucionaria en su día a día, en su fábrica, en su instituto o en su barrio. Entre palabra y palabra no perdimos oportunidad de recodar todo el trabajo que hemos realizado en estos últimos meses y años. Proyectamos vídeos que recogían la impresionante intervención que hemos realizado en la crisis revolucionaria en Catalunya, nuestro trabajo sindical, el impulso de Libres y Combativas y nuestro papel en la lucha por la emancipación de la mujer trabajadora. El resultado del llamamiento, como hemos señalado al principio de esta crónica, rompió todos los récords anteriores reflejando la enorme determinación que todas y todos tenemos para construir nuestra organización.
Esta conferencia extraordinaria nos prepara para afrontar los acontecimientos decisivos del próximo periodo. La confianza en las ideas del marxismo, en la capacidad de nuestra clase para transformar la sociedad, en los métodos de Marx, Engels, Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo y otros grandes revolucionarios, se respiraron entusiastamente en esta histórica reunión. Sabemos que sólo con una política genuinamente socialista, luchando por el derrocamiento del capitalismo, podremos crear las condiciones para disfrutar de la justicia social y la auténtica libertad: el socialismo.
La clase obrera y la juventud somos la fuerza social más poderosa. Como ha quedado patente con la pandemia de la Covid-19 y el confinamiento, sin nuestra participación es imposible que nada funcione en la sociedad. Pero esa fuerza, como demuestra la experiencia histórica y reciente, necesita de una organización consciente. Esta es la principal tarea que tenemos como Izquierda Revolucionaria y todos nuestros esfuerzos y energías están dedicados a ello. Como señaló el Viejo en su Historia de la Revolución Rusa:
“La sociedad no cambia nunca sus instituciones a medida que lo necesita, como un operario cambia sus herramientas. Por el contrario, acepta prácticamente como algo definitivo las instituciones a que se encuentra sometida. Pasan largos años durante los cuales la obra de crítica de la oposición no es más que una válvula de seguridad para dar salida al descontento de las masas y una condición que garantiza la estabilidad del régimen social dominante; es, por ejemplo, la significación que tiene hoy la oposición socialdemócrata en ciertos países.
Han de sobrevenir condiciones completamente excepcionales, independientes de la voluntad de los hombres o de los partidos, para arrancar al descontento las cadenas del conservadurismo y llevar a las masas a la insurrección.”
Esta época ha llegado. Todas las fuerzas al punto de ataque.
¡Viva la lucha de la clase obrera! ¡Viva Izquierda Revolucionaria!