La situación sindical en Venezuela
El proceso revolucionario que se ha abierto en Venezuela, particularmente con la elección del presidente Chávez en 1998, ha tenido un profundo impacto en el mundo sindical. Durante casi 40 años la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) había estado dominada por Acción Democrática, uno de los dos partidos que habían controlado el sistema político venezolano desde 1961. La estructura del sindicato era extremadamente anti-democrática, y la burocracia dirigente colaboraba con los patronos para impedir las luchas obreras. Entre los trabajadores petroleros y de la construcción, los burócratas sindicales cobraban a los trabajadores a cambio de puestos de trabajo. Sindicalistas democráticos eran regularmente despedidos de las empresas o incluso asesinados por sicarios, todo con la colaboración de la burocracia de la CTV. En Noviembre del 2001 se celebraron las primeras elecciones directas a la ejecutiva de la CTV, gracias a una ley aprobada por el gobierno de Chávez y ratificada en referéndum. Estas elecciones estuvieron marcadas por un fraude masivo, en el que miles de votos (unas 9.000 actas) se “perdieron” en el transporte o en “misteriosos incendios”. Cuando sólo habían llegado el 48% de las actas electorales, la antigua burocracia sindical vinculada a AD anunció los “resultados” en los que se declaraba vencedora. Estos “resultado” fueron refutados por el presidente de la Comisión Electoral de la CTV, Daniel Santolo, que declaró que “Ortega ‘ha ganado’ por un pacto político”, y tampoco han sido nunca reconocidos por la Comisión Nacional Electoral que supervisaba las elecciones.
Esta dirección ilegitima de la CTV fue la que participó directamente en el golpe de estado del 11 de abril del 2002 junto con la organización patronal FEDECAMARAS. El día del golpe fue Carlos Ortega, secretario general no electo de la CTV el que llamó a la manifestación opositora a marchar al palacio presidencial y echar a Chávez por la fuerza. Al día siguiente del golpe los dos dirigentes de la CTV Carlos Ortega y Manuel Cova aparecieron en una reunión con el nuevo presidente golpista y directivo de FEDECAMARAS Pedro Carmona, legitimando al gobierno golpista. El golpe de estado fue derrotado en menos de 48 horas por las manifestaciones masivas de la población.
En Diciembre del 2002 hubo otro intento de golpe de estado por parte de la llamada oposición “democrática”. Al mismo tiempo que un grupo de militares reaccionarios se declaraban en rebeldía y llamaban a un golpe militar contra el gobierno democrático, la cúpula ilegitima de la CTV, junto con FEDECAMARAS llamaron a una “huelga general indefinida” para derrocar al gobierno. En realidad, ningún grupo significativo de trabajadores siguió el llamamiento a este cierre patronal. En muchos casos los trabajadores amenazaron con ocupar las empresas si los patronos no reanudaban la producción. La parte central de esta “huelga” fue el sabotaje de la producción en PDVSA, la empresa petrolera nacionalizada. Éste fue realizado por los directivos de la empresa y no por los trabajadores. Ninguno de los diferentes sindicatos petroleros apoyó la llamada “huelga general”. Los trabajadores petroleros, junto con las comunidades y un sector del ejercito, ocuparon las instalaciones petroleras y reanudaron la producción bajo control obrero. En febrero del 2003, después de una manifestación de un millón de personas en apoyo al gobierno democrático, y ante el fracaso total del cierre patronal, la oposición reconoció su fracaso. El sabotaje petrolero causó daños masivos a la economía del país (cuyo PIB cayo en un 27% en el primer trimestre del 2003). Se dictó una orden de detención contra Carlos Ortega por su responsabilidad en los acontecimientos. Éste huyó a la justicia y se encuentra en el exilio en Costa Rica. Recientemente participó en una manifestación en Miami en la que llamó a formar grupos armados contra el gobierno democrático. Por este motivo el gobierno de Costa Rica esta estudiando expulsarle de su territorio.
En todo este periodo, antes y después de su participación en el golpe de estado de abril del 2002, la CTV colaboró y recibió financiamiento del gobierno de EEUU a través del Fondo Nacional por la Democracia (NED) (ver http://www.venezuelafoia.info/NED/ACILS-CTV/ACILS-CTV-index.htm).
Por todos estos motivos, el 5 de abril del 2003 se celebró una acto en Caracas para proclamar la nueva central sindical, en que se integró la Fuerza Bolivariana de Trabajadores, Autonomía Sindical, el Bloque Sindical Clasista y Democrático de Carabobo, numerosos sindicatos democráticos de todo el país y algunas federaciones importantes, como la del sector público, del Metro de Caracas, de la química, entre otras. Esta fue la preparación para el congreso fundacional de la UNT que se celebró en Caracas el 1 y 2 de agosto del 2003, con la participación de más de 1500 delegados llegados de todo el país, 120 sindicatos y 25 federaciones regionales. El congreso que se celebró en un ambiente de gran entusiasmo y de discusión democrática (por ejemplo se rechazaron por completo los estatutos propuestos por la dirección provisional por falta de discusión de los mismos en las bases sindicales). Esto se reflejó en la aprobación de un programa muy radical que incluye reivindicaciones como: Nacionalización de los Bancos!. ¡Toma de las empresas que han cerrado y asunción de su control por los trabajadores!. ¡Rechazar el pago de la deuda exterior y usar los fondos para crear puestos de trabajo!. ¡Reducir la jornada laboral semanal a 36 horas!. ¡Creación de nuevas empresas controladas por los trabajadores! La declaración de principios deja claro que la UNT es “movimiento autónomo, democrático, solidario e internacionalista, clasista, independiente, unitario (representando a toda la clase obrera), con igualdad para hombres y mujeres” y que lucha por “la transformación de la sociedad capitalista en una sociedad autogestionada", para "un nuevo modelo de desarrollo anticapitalista y autónomo que emancipe a los seres humanos de la explotación de clase, la opresión, la discriminación y la exclusión”.
Desde entonces el proceso de desarrollo del movimiento sindical democrático en Venezuela ha seguido avanzando, hasta dejar a la CTV prácticamente como cascarón vacío y agrupar la UNT a la mayoría de los trabajadores organizados. Esto se demostró en el 1º de Mayo de este año cuando la manifestación de la UNT reunió a decenas de miles de trabajadores de todos los sectores (incluyendo contingentes muy numerosos de los trabajadores petroleros). En un gran acto sindical el 17 de abril, con la presencia de entre 3 y 4000 sindicalistas, la UNT lanzó una campaña con el objetivo de aumentar el nivel de afiliación sindical en el país (actualmente del 15/20%), hasta el 80% de los trabajadores. Se ha avanzado también en la unidad sindical, con la incorporación de la CUTV a la UNT y sobre todo la declaración de unidad de los sindicatos de trabajadores petroleros.
Hacemos un llamamiento al movimiento obrero y sindical a nivel internacional a reconocer a la UNT como representante legítimo de los trabajadores de Venezuela. La dirección ilegítima y no elegida de la CTV, al haber participado en el golpe de estado de abril del 2002 contra el gobierno democráticamente del presidente Chávez y haberse aliado con los patronos en el cierre patronal y sabotaje petrolero de diciembre del 2002, ha perdido todo derecho a representar a los trabajadores venezolanos.
Por la coordinación Nacional de la UNT:
Orlando Chirino, Marcela Máspero, Stalin Pérez Borges, Eduardo Piñate, José Mora y Ruben Linares.