¡Fábrica cerrada tiene que ser ocupada! ¡Fábrica ocupada tiene que ser nacionalizada! Este lema presidió el Encuentro Panamericano en Defensa del Empleo, los Derechos, la Reforma Agraria y el Parque Fabril celebrado del 8 al 10 de diciembre en Joinville, estado de Santa Catarina, Brasil. En el encuentro, que se llevó a cabo en las instalaciones de Cipla, fábrica ocupada desde finales del 2002, participaron 691 delegados de 12 países y de 13 estados de Brasil. Como preámbulo al Encuentro, los trabajadores de Cipla realizaron una asamblea en el gran salón de actos de Cipla, ante los delegados sindicales e internacionales llegados desde diferentes puntos del Brasil y del mundo. Los 800 trabajadores de Cipla estaban convocados para tratar del nuevo acuerdo colectivo de trabajo por el que se establece... ¡la jornada semanal de 30 horas sin reducción salarial!
Además de Brasil, donde existen actualmente cuatro fábricas controladas por los trabajadores, hay ejemplos de este movimiento en Venezuela, Argentina, Paraguay y Uruguay.
Entre los delegados internacionales que intervinieron dando un saludo en el primer día de sesiones, estuvieron Paolo Brini, en representación de la Federación del Metal de la CGIL (Italia) y miembro de la corriente marxista Falce e Martello, Emmanuel Tomaselli, de la JS de Austria y miembro de Der Funke, Lluís Perarnau, delegado de UGT en la UAB y miembro de El Militante. Una de las intervenciones más destacadas fue la de Alan Woods, que habló en nombre de la Corriente Marxista Internacional. El encuentro sirvió para discutir acerca de las metas del movimiento de las fábricas ocupadas: ocupar, resistir, producir, implantar la reforma agraria y aumentar los empleos a través de la reducción de la jornada de trabajo.