La huelga de 2014 fue un poderoso movimiento que cuestionó el autoritarismo que durante décadas ha caracterizado al Politécnico;este carácter impositivo ha tenido como objetivo impulsar la privatización, degradación de la calidad educativa, corrupción, etcétera. Sin embargo, la mayoría de esos problemas siguen ahí y producto de ello todo el IPN se encuentra recorrido por una inestabilidad política que no cesa. Prácticamente no hay mes en que en alguna escuela surja alguna lucha para solucionar problemáticas ya sea de los estudiantes, profesores o trabajadores.
El movimiento en el CECyT 5 es la muestra más reciente de la situación que se vive en el IPN. El 30 de septiembre pasado los activistas estudiantiles, impulsados por trabajadores administrativos, tomaron la escuela exigiendo 12 puntos de un pliego petitorio donde se incluía la demanda de mejorar los laboratorios, además de la salida del director. Aunque las demandas y la lucha estaban totalmente justificadas, el paro no se consultó con la comunidad hasta el día siguiente, y aunque la comunidad respaldó la lucha, la descoordinación inicial sentó la base para que las autoridades aprovecharan la desinformación y dudas que surgieron entre estudiantes. El resultado fue que la lucha aunque totalmente justificada y correcta no logró involucrar la participación del grueso de la comunidad. Haciendo esta lectura las autoridades arremetieron con una violencia salvaje contra los activistas y padres de familia más participativos utilizando a los grupos porriles y golpeadores de Dirección General.
No podemos dejar de señalar que la participación de los trabajadores no contó con la claridad ni participación suficiente, por lo que básicamente fueron las autoridades las que se encargaron de dar su versión de los hechos, colocando en el mismo saco a los trabajadores de la vocacional con la burocracia priista del SNTE (ocultando que efectivamente la dirección nacional del SNTE es corrupta y actúa en esencia en coordinación con las autoridades del IPN y el gobierno de Peña Nieto). La participación de los trabajadores decayó hasta volverse nula y dio la posibilidad para que las autoridades generaran más dudas todavía entre los estudiantes, profundizando su falta de participación en el paro.
Las autoridades han contado con un margen de maniobra amplio que les ha permitido aislar a los activistas de la escuela del grueso de la comunidad, en esas condiciones los han atacado con verdadera saña. Al mismo tiempo en el conjunto del IPN se aplaza indefinidamente la solución de los problemas que se arrastran desde 2014. Las autoridades señalan a la COCNP como el único lugar donde se resolverán los problemas pero ésta es saboteada sistemáticamente por ellas mismas y sus compinches convirtiendo toda la situación en un callejón sin salida.
La vía para resolver los problemas del IPN es la organización estudiantil democrática e independiente de las autoridades, que se plantee extender y unificar la lucha en todas las escuelas. También los profesores y trabajadores deben participar, defendiendo sus derechos de manera transparente, haciendo a un lado de manera contundente a los dirigentes sindicales oportunistas que vinculados a las autoridades se dedican a transar con el movimiento, desprestigiándolo y causando todo tipo de confusión. ¡Por un sindicalismo democrático, combativo y de izquierda!
La situación en Vocacional 5 no es la excepción, en todas las escuelas hay razones suficientes para llamar a mítines y asambleas para poner sobre la mesa las demandas de la comunidad. Al mismo tiempo que la participación activa y constante de la base estudiantil es la mejor garantía para luchar contra los intereses particulares de los grupos de poder que pululan por todo el Politécnico y que en última instancia están controlados por las autoridades: porros, burocracia sindical priista, etcétera.
Reorganizar el movimiento para conseguir: laboratorios adecuados, baños limpios, cafeterías subsidiadas, acervo bibliotecario suficiente y actualizado y otras demandas particulares a cada escuela. Luchar contra el porrismo, la inseguridad, la privatización silenciosa, la revisión a la baja de los planes de estudio y la reducción de matrícula son puntos de confluencia para levantar nuevamente la organización estudiantil sobre el trabajado constante y paciente. Construyamos un movimiento que logre poner nuevamente contra las cuerdas a la Dirección General, al gobierno de Peña Nieto y conecte con el ambiente de lucha de todo el país para resolver las tareas pendientes de 2014.