A unos días de que se den a conocer los resultados sobre la consulta en la CDMX para definir quién contenderá -y con seguridad ganará- por parte de Morena para la Jefatura de gobierno, las juventudes y el movimiento feminista manifestamos profunda preocupación y rechazo ante la posibilidad de que un representante de la represión, como es el caso de Omar García Harfuch, pueda acceder al gobierno de la capital.

Harfuch ha llegado a colocarse entre la izquierda institucional gracias a las concesiones y alianzas que la burocracia de Morena ha hecho con sectores de la derecha y del viejo régimen. Si bien sabemos, a la cabeza de la Secretaria de Seguridad Ciudadana, redujo la delincuencia en casi cincuenta puntos porcentuales esto se ha debido a múltiples factores y no fue por atender las causas de raíz de la violencia y la criminalidad. Sin embargo, se destacó por su mano dura que, por ejemplo, se demuestra en sus acciones represivas hacia lo que él llama “la extrema izquierda”. Tuvo que esperar un par de meses tras dejar su cargo para ordenar, sin aparente conexión o responsabilidad, el desalojo de la Casa Chiapaz y la Casa de los Pueblos Samir Flores, ambos espacios de resistencia donde comunidades indígenas residentes en la CDMX se organizan en contra del despojo sistemático que vivían en sus comunidades de origen y por una vida digna.

Más allá de estos hechos (en los cuales, si Harfuch no estuviese involucrado, saldría a desmarcarse de los mismos) el pasado familiar del policía y candidato no puede causar más que desconfianza. Entendemos que no es responsable por lo que hicieron su padre (quien desde la DFS y Gobernación condujo la guerra sucia de 1976 a 1980, apoyándose en Miguel Nazar Haro) y su abuelo (secretario de la Defensa en el sangriento sexenio represivo de Díaz Ordaz, incluido el 68). Lo que no sabemos es si él reconoce y se deslinda de los crímenes de sus familiares, y mucho menos si los condena. Tampoco su deslinde y denuncia contra Genaro García Luna ha sido claro y contundente.

Peor aún nunca ha dirigido una depuración de las fuerzas policiales que él dirige para eliminar de tajo los resquicios de los regímenes anteriores.

Además, su implicación en el caso Ayotzinapa (guardando silencio sobre la verdad histórica que se maquiló durante el sexenio de Enrique Peña Nieto) nos hace pensar que nos encontramos ante un personaje que sin duda no sólo repetirá patrones del llamado “mal gobierno”, porque está de acuerdo con ellos, sino que considera que esa es la manera de gobernar.

La política de Harfuch la hemos vivido en carne propia como movimiento feminista, no hubo una sola manifestación en todo el sexenio en la capital donde la policía no estuviera presente de manera desproporcionada, con una actitud intimidatoria y represiva hacia las miles de mujeres jóvenes y trabajadoras que nos hemos manifestado en defensa de nuestros derechos y vidas, al mismo tiempo que cientos de mujeres siguen desapareciendo en la CDMX como en el resto de los estados. Un elemento que ahora mismo nos parece de lo más cínico es que este personaje esté apelando a las mujeres para inflar su imagen, que hipocresía tan arrogante y machista.  

Es importante analizar cuál ha sido el estandarte publicitario de su campaña: “terminar con la delincuencia a como dé lugar”. Nosotros decimos claramente: la delincuencia es un problema social que se debe atender con medidas sociales, no punitivas y represivas. La violencia del Estado sólo acarrea más violencia, y tapar un problema encarcelando a quienes cometen crímenes menores no hará que se terminen las causas que originaron la delincuencia.

Como jóvenes de izquierdas no podemos estar más preocupados y preocupadas por la descomposición del aparato burocrático morenista, misma que ha permitido el ascenso de la derecha que criminaliza y desaparece a la juventud, disfrazada de izquierda, y a la larga, nos llevará a un retorno peligroso del viejo modo de gobierno. Esta posible candidatura no sólo es peligrosa para el movimiento social sino para todo el conjunto del pueblo de la capital y no responde a los intereses de la clase trabajadora, la juventud, las mujeres trabajadoras, las y los indígenas y demás comunidades.  

La Ciudad que desea Harfuch

La Ciudad de México ha vivido un proceso de aumento del costo de vida originado por la gentrificación y la elitización de los servicios acordes con los intereses empresariales y de las clases altas en la capital. Este proceso ha generado, entre otras cosas, un aumento alarmante en el coste de las viviendas y servicios (zonas como Copilco y las cercanías de Ciudad Universitaria son muestra de ello, mientras que zonas céntricas enteras se han vuelto directamente impagables con un sueldo promedio).

Además de ello el impulso de diversos proyectos que proponen el cambio de uso de suelo en varias demarcaciones de la ciudad demuestran los proyectos que estos sectores de derecha quieren impulsar bajo la bandera de la izquierda, despojando a comunidades enteras no sólo de sus formas de vida en comunidad sino de sus lugares de origen y de sus recursos naturales como el agua.  

Ante esta situación, que afecta y atenta directamente a los intereses de las y los jóvenes , las posturas del gobierno de la Ciudad de México han sido abrir las puertas de par en par a las clases adineradas y empresas privadas como Airbnb , mientras ha dejado en total desamparo al sector más precarizado, en el que nos encontramos nosotras y nosotros como jóvenes sin poder acceder a una vivienda y vida digna, y que aún hoy no se haya solucionado la demanda de vivienda de la comunidad Otomí es un ejemplo de ello.

Con seguridad sabemos que en caso de llegar Harfuch a la jefatura de gobierno, este proceso se profundizará.

Por todo lo anterior desde el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas llamamos a denunciar, luchar y movilizarse contra este tipo de candidaturas, la única forma que estos personajes ajenos a nuestros intereses y luchas no sólo paguen por sus crímenes y omisiones, sino que además sean expulsados de los espacios de gobierno será a través de la organización colectiva y de masas que desde la base del pueblo empujemos. Jamás el pueblo debemos olvidar el legado de estos personajes, su actuar y sus intereses.

¡Ningún represor en el poder!

Compartimos la iniciativa que han lanzado de firmar contra su candidatura: https://www.change.org/p/claudiashein-citlahm-mario-delgado-alfonsodurazo-omar-garcia-harfuch-no-debe-ser-el-candidato-de-las-izquierdas-al-gobierno-de-la-cdmx

 

  


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