Los hechos ocurrieron alrededor de las 15 horas cuando aproximadamente 300 comuneros se manifestaban pacíficamente bloqueando la carretera Lázaro Cárdenas-Colima en protesta por la detención ese mismo día a las 10 de la mañana, a cargo de soldados y marinos, de Semeí Verdía Zepeda, líder de movimiento de autodefensas de las regiones Costa-Sierra de Michoacán.
Bajo el supuesto objetivo de reabrir el tramo carretero bloqueado, Peña Nieto respondió trasladando a decenas de elementos del 86 Batallón de Infantería, quienes abrieron fuego indiscrimiandamente contra los manifestantes, resultando muerto en el acto el niño Heriberto Reyes García de 12 años; horas después perecerían la niña Neymi Natali Pineda Reyes de 6 años y Melesio Cristiano de 60 años.
La sangrienta agresión contra los comuneros de Santa María Osutla y la detención de Semeí Verdía Zepeda se enmarcan en la abierta guerra sucia del Estado para aplastar al movimiento de autodefensas, mismo que representa todo un ejemplo de organización y de lucha para los trabajadores del campo y la ciudad.
La ofensiva de Peña Nieto contra las autodefensas michoacanas, la cuales han demostrado ser una seria alternativa para derrotar al narcotráfico, es una demostración por la vía de los hechos de los poderosos vínculo del Estado con los carteles de la droga y sus multimillonarios negocios.
Otra intención de Peña es el de a través de esa clase de acciones represivas amedrentar a los millones de jóvenes y trabajadores de todo el país, mismo que ya han dado serias muestras de repudio contra la nefasta política del gobierno del PRI.
Todos los trabajadores y la juventud debemos repudiar los hechos sangrientos contra los comuneros de Santa María Osutla, exigir la libertad inmediata e incondicional de Semeí Verdía Zepeda y todas las autodefensas presos junto con su dirigente histórico, el Dr. Mireles, así como justicia para las víctimas de la masacre y sus familias.
Es por ello que debemos impulsar medidas para que las principales organizaciones de izquierda de masas se movilicen con fuerza desarrollando toda clase de acciones en solidaridad con el movimiento de autodefensas de Michoacán, Guerrero y de todas aquellas localidades del resto del país donde han surgido éste tipo de expresiones organizadas para combatir al flagelo del narcotráfico y para defender la tierra y el agua de la voracidad de empresas capitalistas nacionales y trasnacionales la cuales pretenden despojar a miles de familias indígenas y campesinas.
Las acciones en apoyo al movimiento de autodefensas inevitablemente pasa por adoptar como demandas de lucha la caída de Peña Nieto y la expropiación bajo control democrático de los trabajadores de la ciudad y del campo, de todos los bienes del narco y de sus socios empresarios así como los de todos los gobernantes corruptos que se han beneficiado del mercado de la droga.
El narcotráfico es un resultado radical producto de la decadencia y la putrefacción capitalistas; por consecuencia la única solución de fondo ante dicho flagelo es la aniquilación de la propiedad privada sobre la banca, la industria, la tierra, el gran comercio, etcétera, para su socialización en el marco de una democracia obrera y socialista.