Hay que denunciar estos hechos poniendo en claro que la fortaleza de un régimen dictatorial sólo existe en las febriles mentes de la burguesía y su gobierno, a EPN y compañía la rebelión le resopla en la nuca. En cada rincón del país donde han querido imponer su ley y sus intereses la organización de los trabajadores y la juventud no se ha hecho esperar. Así sucedió con los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero; son rechazados proyectos eléctricos y mineros por los pueblos; el magisterio democrático obstaculizando seriamente la reforma educativa, salen a la calle los médicos y enfermeras, los estudiantes dan respuesta y solidaridad, la reforma energética fracasa y pone en guardia a los trabajadores petroleros.
Y quieren detenernos pero en la historia hay grandes ejemplos de Estados autoritarios, dictaduras salvajes y falsas democracias, gigantescos aparatos policiales que pueden retrasar el estallido pero que no pueden detenerlo. Olvidan aquello que es cierto aunque lo oculten, en las sociedades de clases las revoluciones son inevitables. Por cada uno que caiga docenas toman su lugar, extienden la conciencia y llaman a más, su fin se acerca y sus reacciones desesperadas no los salvarán.
Exigimos que el gobierno federal y, sobre todo, del Distrito Federal, esclarezcan el crimen y deslindes responsabilidades. Pero no damos ni un gramo de confianza a sus instituciones y su policía. Será la movilización la que asegure una respuesta y la que los desenmascare en cada una de sus maniobras. Eso fue lo que permitió que la PGR no se saliera con la suya y desnudó a EPN a nivel mundial. Tenemos que responder con contundencia, llamando a la unidad de la juventud en las escuelas, los sindicatos combativos y las organizaciones de izquierda para asegurarnos la seguridad que ellos nos niegan.
El multihomicidio de Rubén Espinosa, Nadia Vera y otras tres mujeres apunta como responsable a le priista Javier Duarte, gobernador de Veracruz desde 2010 y en cuya administración han sido asesinados 13 periodistas.
Mantener la movilización y extender la protesta tiene como base fortalecer la organización. En las escuelas, en los centros de trabajo, la más firme organización será la muralla donde se estrellará la represión y el miedo. Se trata no sólo de defender a los periodistas sino de conectar esta demanda con la de Ayotzinapa, con la lucha en defensa de la educación y de la salud pública. Porque los mismo se ataca al periodismo independiente que se arrebata todo futuro a la juventud.
Hoy como en Ayotzinapa, Ostula y Tlatlaya ¡fue el estado! ¡Abajo EPN!
¡Justicia para Rubén Espinosa y Nadia Vera!
¡Abajo Duarte y EPN!
Contra la represión ¡organízate y lucha!