La movilización del pasado 26 de septiembre ha sido sin lugar a dudas una muestra ejemplar del enorme potencial de fuerzas, de ánimo y de moral revolucionaria de miles de jóvenes, trabajadores y campesinos pobres que nos movilizamos para revindicar la aparición de nuestros compañeros a un año de su desaparición. La asistencia significativa de organizaciones sociales, políticas y sindicales como el STUNAM o la CNTE a la movilización del sábado 26 es una muestra clara del respaldo de las masas a la lucha por los 43 normalistas. Un apoyo que no deriva solamente de la empatía con los padres de familia, sino ante todo de vivir en carne propia la violencia de los opresores y su indignante descaro para llorar lágrimas de cocodrilo en su falso sufrimiento por los oprimidos.
Esta jornada de lucha evidencia, como hemos dicho, el enorme potencial del movimiento para encontrar a los normalistas. Pero para ello es necesario convertir la lucha por los 43 en una lucha generalizada contra el Estado, exigiendo la destitución de Peña Nieto quien a un año de sus promesas no ha dado respuestas claras entorno al paradero de nuestros compañeros. Con ello enarbolando las demandas más sentidas del pueblo trabajador del campo y la ciudad. Exigiendo la libertad de José Mireles, Nestora Delgado, Cemeí Veredia y los policías comunitarios detenidos. Exigiendo más presupuesto para la educación pública, salud, vivienda. Enarbolando la anulación de la reforma energética, educativa y laboral. Exigiendo la solución a las demandas de los trabajadores agrícolas de San Quintín, Baja California. Es decir reivindicando todas las luchas, planteando un programa unificado de lucha que permita articularlas en una sola dirección: la caída del régimen responsable de todos esos ataques.
Desde la Tendencia Marxista Militante creemos que la lucha por nuestros 43 compañeros no es distinta a la lucha de los jóvenes y trabajadores por una sociedad más justa, donde la barbarie y la miseria sean cosas del pasado. Por ello vinculamos la lucha por los 43 con las luchas del pueblo trabajador, planteado claramente que estas no son cosa distinta que la lucha por el socialismo. Construyendo una organización política que se plante claramente la tarea de poner fin a la miseria de la mayoría, pondremos también fin a la barbarie que se nos impone a los oprimidos a costa del privilegio y la opulencia de unos pocos.
¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
¡Contra la barbarie capitalista, la lucha socialista!