Declaración del Sindicato de Estudiantes ante las agresiones a la compañera de CCH Naucalpan y las intimidaciones presentes
¡Fuera Benjamín Barajas de la UNAM!
¡Fuera porros de nuestras escuelas!
¡Si tocan a uno, respondemos todos!
El pasado 13 de octubre una compañera estudiante del CCH Nauclapan y perteneciente al movimiento estudiantil fue interceptada por un grupo de individuos que la golpearon e hirieron con un arma blanca cuando ésta se encontraba en compañía de familiares y dentro de un vehículo en las inmediaciones del metro Cuatro Caminos. Esta agresión fue acompañada con la amenaza de: “vamos por el que sigue”.
Sus familiares más cercanos no han querido hacer ningún otro tipo de declaración al respecto por temor a mayores represalias hacia la compañera. Esto se ha utilizado por parte de la Rectoría de la UNAM, así como de los directivos del plantel Naucalpan para generar la aseveración de que dicho caso no existe y que es un mero acto de conspiración política y paranoia de parte de los compañeros que nos mantenemos organizados. Con sus declaraciones también tratan de lavarse la cara y mostrarse activos en el apoyo y solución de nuestras problemáticas. Mientras que públicamente se muestran cooperativos, eficientes y hasta preocupados, en nuestros planteles nos amenazan, nos intimidan y nos mandan a sus porros y golpeadores para que cesemos en nuestra organización y lucha.
Mientras el Rector de la UNAM se muestra dispuesto al dialogo, tras bambalinas pretenden desarticular un movimiento que continua exigiendo resolución inmediata y concreta a las demandas; y que ha desnudado ante el mundo una Universidad (que si bien es la mejor de América Latina) antidemocrática, carente de espacios dignos de estudio, así como infectada de la violencia estructural de esta sociedad.
Desde el Sindicato de Estudiantes afirmamos que las denuncias son reales y graves, no sólo en el caso de la compañera de CCH Naucalpan, sino también todos los testimonios que diversos compañeros han expresado, teniendo como casos más alarmantes la difamación hacia los compañeros de Acatlán y las amedrentaciones en Preparatoria No. 6, provenientes de directivos y padres de familia de derecha así como las amenazas porriles a los compañeros del Bachilleres No. 2. Denunciamos este método de la autoridades que por un lado se muestra complacientes y por el otro nos reprimen, esta hipocresía es sólo una muestra más del nulo interés que tienen por nuestras problemáticas y por la educación pública.
Quienes mienten son las autoridades, porque no han hecho nada para erradicar de raíz el porrismo, mejorar nuestras condiciones de estudio y desistir de su aparato de control y represivo. Sus desplegados tienen el objetivo de confundir y generar desconfianza hacia los grupos de compañeros que nos mantenemos organizados en las escuelas. Con la respuesta masiva que dimos el pasado 5 de septiembre obligamos a las autoridades a replegarse y aceptar el dialogo público, sin embargo, esa era la primera batalla, que por cierto fue victoriosa para nosotros. Por tal motivo nos reprimen, porque tienen miedo que nuestro movimiento se reagrupe, saque conclusiones, lecciones y se fortalezca de cara a los siguientes embates.
La fuerza del movimiento sigue presente pero ya no en forma de movilizaciones masivas sino en la necesidad y esfuerzos de construir organización permanente desde la base de las escuelas, esto aunque se vea como una baja del movimiento en su participación es solo una nueva etapa donde por supuesto las autoridades querrán aprovechar para mermarnos, desmoralizarnos y desprestigiar la lucha organizada. Debemos de resistir estos ataques de manera unificada y organizada, ahora más que nunca es válida la consigna: ¡si tocan a uno respondemos todos!
El mejor mecanismo de defensa que tenemos es mantenernos agrupados ya sea mediante la asamblea interuniversitaria así como por coordinaciones zonales, vinculándonos con el movimiento de los trabajadores, campesinos pobres, sindicatos independientes, así como padres de familia combativos que nos respaldan. Cada que surja una agresión por mínima que esta sea hacerla pública y de manera masiva. Que le quede claro a las autoridades, no nos van a callar, esta batalla la hemos iniciado y la vamos a concluir hasta la victoria total.
También nos sumamos a las voces que marcan como responsables a Benjamín Barajas Sánchez, director general de los Colegios de Ciencias y Humanidades, y a Keshava Rolando Quintanar Cano, director del CCH Naucalpan de la agresión sobre la compañera de Naucalpan y exigimos su destitución inmediata de sus cargos y su salida de la Universidad.
Nuestras movilizaciones y lucha es la respuesta responsable ante una realidad cada vez más horrible, y es a la vez, la demostración de la verdad de nuestra causa. Somos conscientes de nuestra fuerza y de nuestra realidad, nuestro poder radica en la justicia de nuestra causa, desde esta declaración expresamos que ninguna compañera o compañero está solo, unidos y organizados, venceremos.