¡Luchemos por los derechos sexuales y reproductivos de las estudiantes! ¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto para no morir!

Durante los últimos años,  el movimiento feminista en México  ha dado una lucha incansable por la legalización y gratuidad del aborto, que es un derecho reproductivo de las mujeres; de esta forma se ha logrado la despenalización del aborto en todo el país y su legalización en los estados de: Ciudad de México, Oaxaca, Hidalgo, Veracruz, Baja California, Colima, Sinaloa y Baja California Sur con sus respectivas limitaciones; estos triunfos no nos han sido regalados, todo esto se ha conseguido gracias a la lucha feminista.

El aborto es un logro de la clase obrera que está expuesto a contraataques constantes.   Como observamos el año pasado, la penalización del aborto en Estados Unidos funciona como parte del Plan del Partido Republicano para someter a la clase trabajadora. Las restricciones al aborto constituyen una pieza más en un proyecto sostenido de subyugación económica. Por supuesto, esta decisión no impedirá que se realicen abortos, sino que simplemente obligará, especialmente a las mujeres pobres y de clase trabajadora, a buscar abortos peligrosos e ilegales.

“El aborto se ha enmarcado durante mucho tiempo como una cuestión cultural, religiosa o personal más que como una preocupación económica material, de las cosas de comer¨ Asha Banerjee, analista del Economic Policy Institute.

“En realidad, el derecho al aborto y el progreso económico están fundamentalmente entrelazados, y la pérdida del derecho al aborto significa la pérdida de seguridad económica, independencia y movilidad para millones de personas”.

Recordemos que estamos a 103 años de que la Unión Soviética, a iniciativa de las mujeres trabajadoras, se convirtiera en el primer Estado en el mundo en legalizar la interrupción voluntaria del embarazo y en permitir su práctica gratuita en hospitales públicos (aun cuando las organizaciones feministas rusas de aquel entonces no incluían dicha demanda en sus programas). El decreto soviético de legalización del aborto encabezó toda una serie de medidas legislativas destinadas a instaurar la igualdad legal entre la mujer y el hombre, así como a asegurar la protección legal de las mujeres trabajadoras.

Con la pandemia, ha quedado claro que los servicios de salud están en crisis y las clínicas de salud carecen desde doctores −sobre todo de médicos especialistas− hasta medicamentos tan vitales como la insulina; esto se suma a los años sin mantenimiento y la terrible administración del presupuesto de los hospitales.

El aborto también es un servicio que se ha visto vulnerado, y la despenalización del aborto sigue sin ser suficiente: queremos su práctica gratuita, segura y libre de discriminación en todo el país. Necesitamos un mayor presupuesto y su democratización para dar abasto a las clínicas que ya tienen una gran demanda, considerando que en Ciudad de México sólo hay 15 clínicas que ofrecen este servicio. Asimismo, exigimos un alto a la violencia obstétrica ejercida por el personal médico cuando se solicita la realización de un aborto.

Hacemos énfasis en que el aborto es precarizado y se practica únicamente en 37 clínicas en todo el país.

Legalizar el aborto también es luchar contra la discriminación.

  • La legalización del derecho al aborto implica el acceso equitativo al sistema de salud en todas las instancias.
  • La elección de continuar o no un embarazo se trata de un ejercicio de libertad, reconociendo y respetando el sentido que le otorga la persona que toma la decisión.
  • Las restricciones fundamentadas en criterios morales y religiosos, invisibilizan y nieganla diversidad religiosa, cultural, de cosmovisiones y de creencias que existen en nuestro país que este proyecto reconoce y fortalece.
  • El derecho al acceso a servicios integrales de salud reproductiva, incluido el aborto, de las mujeres, lesbianas, masculinidades trans, no binaries e intersexuales con capacidad de gestar está arraigado en los estándares internacionales sobre derechos humanos que garantizan el derecho a la vida, la salud y la intimidad.

La lucha feminista se ha expandido a todos los sectores de la población, especialmente entre las juventudes. Mucho se ha hablado de feminismo en las escuelas y las universidades; las estudiantes en repetidas ocasiones se han organizado para luchar por sus derechos: han conseguido hacer marchas, se lograron espacias seguras y separatistas (mínimo en las escuelas autónomas), y han realizado manifestaciones culturales y académicas ante el machismo institucional que impera y abunda en las universidades.

Las infancias y adolescencias tienen derecho a una educación pública y gratuita que atienda a su desarrollo integral, siendo de especial importancia la educación sexual.

Los Organismos del Estado, la familia y la sociedad deben asegurarles el pleno desarrollo de su personalidad hasta alcanzar el goce de una vida plena y digna, obligando a profesionales de la educación a garantizar el ejercicio pleno de estos derechos.

La UNAM no es la excepción ante el machismo institucional y, aunque la universidad se vista de morado, siguen violando a nuestras compañeras en sus instituciones, se siguen encubriendo a nuestros abusadores y la educación sexual que se nos ofrece es insuficiente; en México se continúan ejerciendo prácticas de riesgo y se recurre todavía a fuentes de información inadecuadas que mantienen los roles de género, los estereotipos y la violencia.
Para asegurar que las personas tengan acceso a un aborto sin riesgo, legal y libre de discriminación es necesario brindar u ofrecer información verídica y con conocimiento sobre la salud y la ley.

Durante el período 2021-2022, la UNAM contaba con una población estudiantil de 369,607 alumnxs; aproximadamente el 50% de esta población entre bachillerato a posgrado corresponde a personas gestantes. La universidad se ha desconocido de nuestro derecho abortivo y de nuestro derecho a una vida sexual segura.

La universidad ya cuenta con el Centro Médico Universitario, que ofrece servicios odontológicos, ginecológicos, entre muchos otros. Por su parte, la UAM ya cuenta con el Centro de Salud Universitaria en sus 3 campus. Sin embargo, si las universidades dicen ser feministas y reconocer nuestros derechos, se debería ofrecer el servicio de aborto gratuito, libre y seguro en sus instalaciones, porque justamente es un derecho ante el cual la universidad se ha lavado las manos justificándose con que es una responsabilidad del Estado, pasando por alto que las Universidades Autónomas dependen del presupuesto público y que el aborto no es un procedimiento costoso ni que requiera de grandes instalaciones.

El Centro Médico Universitario y el Centro de Salud Universitaria en su estado actual ya podrían ofrecer los servicios abortivos (pues ya están equipados) y brindar acceso a métodos anticonceptivos con prescripción que causen los menores efectos perjudiciales en nuestra salud.

  • ¡Exigimos acceso a métodos anticonceptivos en la escuelas y aborto legal seguro y gratuito.
  • ¡Alzamos la voz y exigimos educación sexual digna, inclusiva, libre de prejuicios moralistas y religiosos!
  • Exigimos servicios médicos y psicológicos dignos y suficientes dentro de la universidad.
  • Demandamos una asignatura de educación sexual integral, científica, laica e inclusiva.

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