Las elecciones para la gubernatura del Estado de México están a menos de dos meses de llevarse a cabo y con ellas, quizás, el tan sufrido “ahora o nunca” llegará para las izquierdas mexiquenses. Hoy, las condiciones políticas, económicas y sociales se encuentran con una clara inclinación hacia echar al PRI en la entidad.

Sin embargo, en un estado tan golpeado por la avanzada capitalista de la mano del PRI y el grupo Atlacomulco como lo es el Estado de México, no basta con cambiar de colores y discursos para que una transformación, una auténtica, revolucionaria, la que siempre hemos anhelado, se haga sentir. No basta con el ya advertido respaldo del pueblo para la candidata de MORENA, Delfina Gómez Álvarez. Es necesario que, junto con ella, se impulse un programa revolucionario que cambie radicalmente las condiciones de vida de las mayorías empobrecidas.

Desde la trinchera de las juventudes, algunas de las grandes demandas históricas que tenemos las, los y lxs mexiquenses son las enlistadas a continuación:

Transporte público digno: El Estado de México es hoy en día la entidad federativa con el pasaje mínimo más elevado y es, a la vez, una de las entidades con el mayor índice de asaltos a bordo de las unidades. Ello sin mencionar otros, no menores, incidentes que sufren los usuarios día con día como lo son las condiciones inseguras e irregulares de las unidades de transporte, el hacinamiento cotidiano que muy lamentablemente hemos normalizado, acoso sexual de parte de otros usuarios o de los mismos operadores, violaciones y hasta feminicidios.El transporte público, al ser un servicio destinado a la clase trabajadora, debe operar en condiciones dignas, accesibles y seguras, demandamos fin a las concesiones privadas y que el transporte se estatice bajo financiación y regulación fuerte del gobierno del estado, combatiendo de manera firme la enorme corrupción que existe entre el gremio transportista. Es lo menos que la clase trabajadora y la juventud merecemos.

Seguridad Pública: Nuevamente, en cualquiera de las áreas que esta demanda abarca, los gobiernos priistas han abandonado a las mayorías. El Estado de México hoy encabeza las listas de cualquier estadística relacionada con la delincuencia, la más alarmante de todas, el feminicidio. Y es que, pese a tener normalizado el miedo de salir a la calle por la noche, al amanecer, por la tarde y, en general en cualquier momento del día, no son estas condiciones dignas de vida para el pueblo mexiquense.

No podemos permitir que, tras un gobierno que llegue al poder por medio de la izquierda, se siga robando, secuestrando, violando y asesinando mexiquenses. Exigimos depuración de todo el aparato estatal de administración, así como el judicial, ni un criminal en el poder más. A la vez que demandamos atender de fondo las raíces del problema, se requiere de un plan de empleo digno masivo, así como inversión contundente en la educación pública, ni un joven más sin educación y sin empleo, no queremos solo becas y programas sociales como jóvenes construyendo el futuro, queremos empleo permanente, digno, sindicalizado y libre de precariedad laboral.

Ni una más. Reconocer la gravedad de los feminicidios: necesitamos resultados concretos. Por eso demandamos empleo digno para cada trabajadora, con jornada de 40 horas, prestaciones y sindicalización; un plan de inversión y creación masivo de lavanderías, comedores y guarderías públicas; acceso a todas a una educación pública. Basta de justicia machista, exigimos la depuración de todas las fiscalías y castigo a todos los elementos, desde policías hasta jueces y fiscales que revictimizan y continúan perpetrando su machismo a través de la justicia patriarcal.

Ordenamiento urbano responsable: Una de las consecuencias, bastante visibles, de la complicidad y corrupción tanto de autoridades estatales como municipales con el gran capital, es el atroz ordenamiento urbano, particularmente, en las regiones del norte de la entidad. No hay forma de que un servidor público que guste de llamarse “honesto” y gobernar para el pueblo apruebe la creación y extensión de grandes complejos industriales y comerciales innecesarios, más aún cuando esto signifique invadir espacios históricos, áreas naturales protegidas o pueblos mágicos, como ha sucedido, por poner un ejemplo, en el municipio de Tepotzotlán. Es un deber de la izquierda terminar con toda complicidad de gobiernos municipales con el capital, de modo que la prioridad sea siempre elevar la calidad de vida del pueblo.

Terminar con el desempleo: En el Estado de México, la entidad federativa que más presupuesto de parte de la federación recibe, es intolerable que más de la mitad de su población se encuentre en condiciones de pobreza o pobreza extrema mientras día con día el gobernador anuncia inversiones multimillonarias de parte del sector empresarial a la entidad. Pese al crecimiento económico y la generación de empleos en la entidad que pregona el priísmo, la realidad es que la llamada “derrama económica” nunca llega.

Las empresas que llegan a asentarse en el estado, ofrecen pocos empleos y precarizados, aprovechan lagunas legales para evadir sus obligaciones fiscales y son una amenaza tanto ambiental como de tránsito. Bajo un gobierno de izquierda, no podemos seguir con la misma dinámica de muerte sustentada en la precarización de la mayoría, para enriquecer a una minoría. Exigimos empleo bien remunerado, que no comprometa nuestra salud mental ni física y donde se respeten nuestros derechos laborales. Nunca más una alianza criminal entre la clase política y la burguesía.

Basta de criminalizar a la juventud. Queremos acceso real a la escuela pública, garantía de un empleo digno al finalizar nuestros estudios, mejoramiento de nuestros barrios y detención de todos los verdaderos criminales que envenenan nuestras colonias con la droga y no de sus víctimas la juventud hija de la clase trabajadora. Un plan de creación y rescate de parques, gimnasios, bibliotecas, centros de recreación, casas de cultura totalmente públicos, dignos y gratuitos.

Educación pública, científica y popular. Aumento al presupuesto a educación pública que se destine a la creación de más escuelas, desde básica hasta posgrado, en cada municipio, tomando en cuenta que tenemos zonas rurales e indígenas, queremos educación respetando nuestras comunidades originarias.

El Estado de México tiene una cantidad tan abrumadora de carencias que se requerirían por lo menos cinco artículos más para abordarlas en su totalidad. Sin embargo, las aquí expuestas son quizás las más urgentes por resolver y que, desde la izquierda, deben ser siempre prioridad. Un gobierno que pacta con las cúpulas empresariales para perpetuar la explotación de la clase trabajadora, que antepone el “crecimiento económico infinito” antes que la protección a nuestros recursos naturales, que precariza la cotidianidad de las mayorías a cambio de enriquecerse y que encima es indolente ante la inseguridad del día a día, no es más que un miserable brazo más de la burguesía.

Es un hecho de que si Delfina Gómez ganara lo hará con el respaldo de la clase trabajadora mexiquense, de modo que tiene que responder a las mayorías y no a los ricos, al crimen y a los corruptos, ese será el mayor de los retos. De ganar la izquierda debe de basarse en el pueblo para gobernar, esa es la única alternativa para un real cambio en la entidad, lo demás será administrar un estado totalmente podrido y que no cambiará en nada para las masas. 


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