El próximo 2 de octubre tiene que ser una jornada de lucha de la juventud y los trabajadores, en defensa de la educación pública y contra la reforma privatizadora de PEMEX y todas las contrarreformas del gobierno de Peña. Ello implica la mayor propaganda en las escuelas, la realización de asambleas donde se discutan los métodos organizativos y un programa revolucionarios, capaces de canalizar todo el descontento de la juventud. ¡Asiste a las asambleas en las escuelas organizadas por el CEDEP y lucha con nosotros!
La crisis que nos golpea
Los hijos de la clase trabajadora estamos sufriendo profundamente los efectos de la crisis. A nivel internacional existe 73.4 millones de jóvenes sin empleo, en la Unión Europea el 16.7% de los jóvenes no tienen empleo, y de esos casos Portugal o el Estado Español el desempleo llega a niveles históricos del 42% y el 56% respectivamente , Estados unidos 16% de los jóvenes tienen que ir a la calle. En México oficialmente el desempleo entre los jóvenes es del 8.4% muy por debajo de los ejemplos anteriores. Pero esta cifra maquilla la realidad de que el 50% (por lo menos) de los empleos no ofrecen ni seguridad social ni contrato.
Lo grave del caso es que esta situación existe desde siempre para los jóvenes mexicanos, todos los que tienen menos de 20 años nacieron y crecieron en un periodo de estancamiento económico. Y de aquellos que logran obtener estudios superiores se ven obligados a migrar a estados unidos cada año 225 mil jóvenes cruzan la frontera buscando una solución. En el campo viven cerca de 8 millones de jóvenes y todos en paquete, el 90%, son analfabetos gracias a que los programas sociales están orientados a la compra de votos y no a desarrollar la educación. Esta despreciable situación empuja a los jóvenes hacia las lacras del capitalismo como el narcotráfico, hoy día 7 millones de jóvenes forman las filas del narco. Si no es la muerte ahí, entonces nos espera la cárcel, el 60% de los encarcelados tienen menos de 30 años. Estas cifras apenas dibujan el calvario que vive la juventud en México y parte del mundo pero no dejan lugar a dudas que los hijos de los trabajadores somos desde ahora un pilar para crear plusvalía y luego recibir como premio una vida privada de los derechos más básicos.
Ante ello, la juventud ha dado luchas importantes. Las movilizaciones del #Yosoy 132 rompieron la ilusión de un periodo electoral en total ambiente de paz y tranquilidad democrática, en lugar de ello pusimos demandas muy sentidas y nos movilizamos en las calles. Lo importante de este periodo de lucha en México es que se demostró que existen grandes posibilidades de conformar una gran movimiento a nivel nacional. Pero también de este periodo debemos sacar las mejores lecciones que nos permitan superar el nivel que alcanzamos. Sobre todo debemos aceptar que no mantuvimos una política de unidad con el movimiento obrero y que en el caso del Estado Español y Canadá eso fue lo que precisamente ha transformado el potencial de sus luchas.
Posterior al periodo más convulsivo de la lucha del #yosoy132 vino un periodo de movilizaciones entre jóvenes de distintas escuelas. Lo que esto demuestra es que el 132 no logró responder a las expectativas de luchas de los jóvenes pero que hubo un intento serio por mantener el ambiente de confrontación en los últimos días del Calderonismo.
Nuestras demandas
Educación gratuita: hasta hace algunos años el artículo tercero constitucional garantizaba claramente la obligación del estado a brindar educación gratuita en todos los niveles. Se ha reformado tantas veces que ese principio básico ha sido borrado. En los hechos todas las universidades cobran de cuotas por ingreso, permanencia, exámenes, trámites, laboratorios y hasta por bibliotecas. Esta es la privatización de la educación que el movimiento de los jóvenes mexicanos rechazamos.
Educación de calidad: Cada reforma educativa que ha sido impulsada en los últimos años no ha tenido como prioridad el desarrollo del nivel académico de los estudiantes, en lugar de ello se ha recortado los planes y programas de estudio, se han quitado las materias más progresistas, se han reducido las horas de estudio aunque estas no sean suficientes para abordar los temas marcados. Los jóvenes nos negamos a ser simples esclavos, queremos desarrollarnos ampliamente en el aspecto intelectual y en el material. Por ello exigimos planes y programas de estudio que permitan la comprensión más amplia de los fenómenos naturales, sociales, mecánicos, químicos, etc.
Instalaciones de calidad: nuestras escuelas no pueden ser un catálogo de obras sin terminar, hechas a mitad del terregal; sus puertas y ventanas no pueden ser el modelo de lo que todo reclusorio debería tener. Queremos laboratorios en donde realmente exista el material para trabajar. Exigimos instalaciones deportivas de calidad porque tenemos derecho a divertirnos y a fortalecer nuestro organismo.
Un puesto de trabajo y un salario digno: rechazamos rotundamente que los jóvenes, aun con estudios superiores, estemos condenados a la incertidumbre de no tener un puesto de trabajo. Pero eso debe venir acompañado con un salario que cubra realmente las necesidades de vivienda, alimentación, vestido, cultura, esparcimiento, salud, etc.