El pasado 12 de noviembre de 2013 la Universidad Nacional Autónoma de México puso en marcha el Programa de Renovación de la Planta Académica así como el Subprograma de Jóvenes Académicos de Carrera, los cuales modificaron los rangos de edad para el ingreso a la planta académica de base, dejando como máximo 39 años para las mujeres y 37 para los hombres, estas medidas tienen el objetivo de aportar un “equilibrio” entre la juventud y la experiencia en la planta académica, sin embargo esto significa también que un buen número de docentes con amplia trayectoria en la Universidad quedarán sin posibilidad de obtener una plaza de tiempo competo y con ello sin las prestaciones y beneficios laborales de éstas.

Sin duda alguna, esta medida (al igual que las reformas laboral y educativa) no es sino el resultado del recorte del gasto público en detrimento de las condiciones de vida de los trabajadores y la educación pública, pues no podemos perder de vista que el gobierno de EPN ha aprobado recortes en Universidades públicas que ascienden a 2 mil millones de pesos (La Jornada 11/11/13), además de recortes en materia de difusión cultural. Aunque estos recortes no afectaron de manera directa a la UNAM, estas medidas siguen el mismo patrón: los trabajadores son los que tienen que pagar la crisis de los banqueros y grandes empresarios.

Burocratización del presupuesto

La medida que tratan de pasar como progresista sólo evidencia las precarias condiciones de trabajo en las que se desenvuelven los profesores de la Universidad, pues la mayoría de ellos (51.81 %) laboran como profesores de asignatura, es decir con un contrato anual sin bonos, prestaciones ni beneficios de antigüedad; el promedio de edad de estos profesores ronda entre los 45 y 49 años con lo cual sus posibilidades de ingresar como profesores de tiempo completo o en el área de investigación desaparecen.

Otra situación que resulta importante señalar es la drástica diferencia que existe entre los salarios del personal académico (ya sea de tiempo completo o interino) y el del personal administrativo, situación que incluso ha reconocido el reaccionario investigador universitario Guillermo Sheridan desde 2010. Según la sección “Puestos académicos” de la página, los académicos mejor pagados, los TCTC, reciben un sueldo neto de 15 mil 826 pesos al mes. La sección “Puestos de funcionario” muestra que el funcionario con el salario más bajo de la UNAM, el “Supervisor de escuelas incorporadas”, recibe 13 mil 558 pesos al mes, es decir, sólo 2 mil pesos menos que el académico mejor pagado. El tercero peor pagado de la larga lista de cargos (el “Subjefe de departamento) gana 17 mil 179 pesos, que ya supera al TCTC. De ahí en adelante, en los 41 niveles que le siguen, todos los funcionarios de la UNAM tienen salarios netos más altos que un TCTC. Un “Delegado” gana un poco más que el doble (32 mil 717 pesos) y un “Jefe de unidad” el triple (45 mil 222 pesos). (Sheridan, 2010). Si esta situación es obvia para personajes que han gastado miles de hojas para desprestigiar a la Universidad pública, es aun más evidente para las autoridades universitarias que a pesar de ello han actuado en perjuicio de la propia educación superior.

En pocas palabras, mientras los altos puestos administrativos gozan de beneficios salariales estratosféricos, los profesores de asignatura tienen que reducir su nivel de vida pues el aumento salarial no logra alcanzar al aumento de precios en ningún momento. La renovación de la planta de profesores es una necesidad, pero esta debe de realizarse con salarios dignos para toda la planta de docentes en servicio y con pensiones que permitan el retiro voluntario del trabajador. Asimismo es necesario abrir nuevos espacios educativos donde los jóvenes académicos puedan desempeñar sus labores, dando una educación de calidad a la juventud mexicana

Profesores y estudiantes ¡Unidos y adelante, en la lucha por una educación pública de calidad!

La respuesta de los afectados no se ha quedado atrás, cientos de profesores se manifestaron frente la torre de Rectoría en contra a la medida, exigiendo al rector José Narro de marcha atrás, no obstante la burocracia universitaria se sostuvo firme a la modificación y lo seguirá haciendo ya que Narro ha demostrado servir a los intereses de la derecha en el poder. Ante esta situación es necesario fortalecer la presencia de los profesores en el STUNAM luchando porque sea esta organización y no la AAPAUNAM, organización creada en 1975 e impulsada desde el rectorado de Guillermo Soberón Acevedo para debilitar la lucha del entonces emergente STUNAM, quien tenga el dominio del CCT para impulsar la mejora de las condiciones laborales del personal académico. ¡Por un sindicalismo de clase combativo, democrático y que defienda a los trabajadores!

Los estudiantes que nos organizamos alrededor del CEDEP manifestamos nuestra solidaridad con los docentes ya que el bienestar de éstos repercute directamente en la calidad de nuestra educación, ya que los profesores que se ven presionados por sus problemas económicos y de acoso laboral por parte de las autoridades administrativas tienden a desmoralizarse y con ello desarrollan un mal desempeño en las clases.

Estamos en un momento en que no podemos titubear en la lucha por defender el bienestar de los jóvenes y los trabajadores; la aprobación de las reformas estructurales significará un importante retroceso en derechos básicos como la educación púbica, además de un descalabro económico consecuencia de la entrada del capital privado en PEMEX, la crisis económica cada vez se agudiza más y mientras, la burguesía deja caer el peso de ésta en los hombros de nuestra case.

Te invitamos a participar con el Comité Estudiantil en defensa de la educación Pública a defender un programa de clase y a luchar en contra del atropello a los derechos de estudiantes y profesores

Unidos y organizados…. ¡Venceremos!


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