Hace tiempo el capitalismo nada tiene que ofrecer a las masas trabajadoras y la resisa de su sustitución es más urgente que nunca. Las fuerzas productivas de la humanidad han cesado de crecer. Las nuevas invenciones y los nuevos progresos técnicos no conducen a un acrecentamiento de la riqueza material. Las crisis de coyuntura, en las condiciones de la crisis social de todo el sistema capitalista, aportan a las masas privaciones y sufrimientos siempre mayores. El crecimiento de la desocupación ahonda a su vez la crisis financiera del Estado y mina los sistemas monetarios vacilantes. Los gobiernos, tanto democráticos como fascistas, van de una quiebra a la otra.
Las charlatanerías de toda especie según las cuales las condiciones históricas no estarían todavía “maduras” para el socialismo no son sino el producto de la ignorancia o de un engaño consciente. Las condiciones objetivas de la revolución proletaria no sólo están maduras sino que han empezado a descomponerse. Sin revolución social en un próximo período histórico, la civilización humana está bajo amenaza de ser arrasada por una catástrofe. Todo depende del proletariado, es decir, de su vanguardia revolucionaria. La crisis histórica de la humanidad se reduce a la dirección revolucionaria.
La crisis revolucionaria que atraviesa América latina tiene sus bases en la crisis del capitalismo, el desempleo, la pobreza angustiante y todas las calamidades de un sistema enfermo de muerte se postran sobre las espaldas de millones de trabajadores americanos y a nivel internacional.
Nuestro país, en la política, la economía y sus relaciones internas está afectada severamente por esta crisis revolucionaria, el principal obstáculo para que estas circunstancias no puedan resultar en la ciada de Felipe Calderón, ha sido por las debilidades de las direcciones de las organizaciones de los trabajadores, las cuales con su política reformista han limitado el magnífico esfuerzo creador revolucionario de las masas en los límites de las luchas por reformas.
La política que estas direcciones defienden es la del reformismo, planteando de facto la lucha intransigente de la toma del poder por parte de los trabajadores y orientando la lucha bajo los reducidos márgenes de la democracia y el derecho de los explotadores. Es decir, orillan todas las demandas al estrecho límite de la ilusión al pensar que dentro de un capitalismo herido de muerte aun hay salida para nosotros los trabajadores, cunado la historia y la cruel realidad ha demostrado que es todo lo contrario, los capitalistas, para salvar sus ganancias, depositan la crisis que ellos crean por rapacidad, a la espalda de los trabajadores. En realidad la política del reformismo sólo puede encaminarnos a un callejón sin salida, mientras que el esfuerzo e ímpetu se pierden por luchar para conseguir fantasías, la oportunidad histórica de poder echar a la derecha.
Las masas han salido una y otra vez a luchar por sus demandas, encontrando en las calles una escuela increíble, la cual aclara las razones de su cruel existencia, la escuela de las masas es la revolución, en este sentido nuestros hermanos explotados han aprendido una gran lección en estos dos últimos años. Mares de gente ha ingresado a la lucha pero se ha tropezado con los pesados y burocráticos aparatos conservadores de su dirección.
La grandiosa respuesta de huelgas que ha habido en el último periodo rechazando los ataques de las patronales y del gobierno son una maravillosa fuente de inspiración para todo el mundo, muestran el camino que hay que alentar. El problema, sin embargo, esta ahí, un freno a resolver los problemas de forma revolucionaria.
Las últimas noticias de la economía norteamericana no son nada halagüeñas para nosotros, México será uno de los países, sino el que más, afectado por la recesión estadounidense. ¿En qué se traduce esta recesión? Más ataques a los derechos de los trabajadores, a los sindicatos, a los niveles de vida, a la educación de nuestros hijos. Este panorama es el cruel futuro inmediato.
Frente a esta andanada de ataques que ahora la burguesía ya perfila contra nosotros, tenemos que responder de forma unánime en las calles con un pliego petitorio unificado y empleándonos a fondo para estar listos para la batalla. La huelga general tendrá que ser uno de nuestros recursos más importantes, en este ambiente la huelga plantearía la posibilidad de que se convirtiera en una lucha insurreccional, ésta tiene que ser nuestra perspectiva frente a los ataques.
Para que esto pueda prosperar tenemos que reconocer que la primera lucha tendrá que ser contra muchas de las direcciones que ahora existen frente a las organizaciones de los trabajadores, la necesidad de presionar a estas direcciones y en su momento rebasarla tiene que pasar por un periodo previo para aglutinar a los sectores más combativos que puedan organizar la lucha de forma, en un primer momento clandestina, para que cuando los acontecimientos presionen, estén listos para actuar.
Hacemos un llamado a las bases de los sindicatos y del PRD para que se puedan organizar con nosotros para organizarnos y luchar por estos objetivos bajo un programa revolucionario. La Corriente Marxista Militante es una organización que lucha al interno de las organizaciones de masas para conformar una organización que pueda estar a la altura de los turbulentos acontecimientos que nos espera.
Intégrate a Militante para luchar por la revolución socialista