El planteamiento de los estudiantes de la Facultad Zaragoza fue sencillo: no apoyamos a ninguno de los candidatos a rectoría. Las razones son varias a) ninguno representa los intereses y las inquietudes de la comunidad, ni sus trayectorias, y proyectos representan los deseos del estudiantado, y b) tampoco han cuestionado la forma antidemocrática en que se elige al rector.
Después de mucho años de no dar a conocer los planes de desarrollo para la UNAM, de no tener en cuenta la opinión de estudiantes trabajadores y académicos, la Junta de Gobierno vuelve este año con las 15 personas que le caracterizan a elegir al próximo cargo de rector, ahora deciden visitar facultades y escuelas fuera de las cuatro paredes en las que se reúnen con el objetivo de dar a conocer propuestas e incentivar una idea: ellos escuchan y atienden a la comunidad universitaria y por ello la forma antidemocrática por la que obtuvieron sus cargos pasa a segundo plano porque ellos si saben lo que necesitamos.
La realidad es que la forma de actuar de esta junta evidencia que no tienen el objetivo de resolver las demandas puntuales de las escuelas porque ni siquiera las conocen, porque hace mucho tiempo que dejaron de pertenecer a la comunidad universitaria; por poner un ejemplo: no impulsan las formas auto- organizativas de la FES Zaragoza ya que eso sería cavar su propia tumba.
Estas 15 personalidades, que rigen el gobierno de la UNAM y que sostienen a grupos de poder dentro de nuestra universidad, nada tienen que ver con la democracia y son prueba viviente de la forma más atrasada y corporativista para tomar decisiones en la UNAM. Desde esa posición realizan proselitismo y tratan de convencer a un sector de estudiantes, trabajadores y académicos para el propio beneficio de los intereses que ellos representan.
Por su parte uno de los miembros de la JG, Zarco Quintero Luis Alberto, respondió: “En el pasado la UNAM tuvo un periodo democrático pero este terminó porque tendía a reproducir los vicios de la democracia del país”. ¡Vaya cinismo!
Por nuestra parte nos queda claro que no confiamos en sus canales institucionales, a nosotros no nos engañan con sus baratijas “democráticas”, repudiamos el hecho de que durante un larguísimo periodo la rectoría no debata con los estudiantes, no los escuche y un buen día asistan para ahora sí “escuchar y debatir”. No confiamos en ellos y no abalamos la forma en la cual se elige a la rectoría.
¡Somos testigos de que la comunidad universitaria tiene la capacidad de organizarse y no estamos de acuerdo en la forma en la que se elige al rector!
CEDEP