Cuentas pendientes

Tras la huelga del IPN la Asamblea General Politécnica consiguió lo impensable: doblegar la política de precarización y ataques impulsada por la burguesía y la derecha, "No venimos a pedir nada, hemos venido a tomarlo todo", versaba el último discurso transmitido por la AGP en el que se exigía a Fernández Fassnacht el cumplimiento de los acuerdos pactados con la comunidad estudiantil.

Por su puesto, el nuevo director del IPN aceptó a regañadientes las exigencias del movimiento, impulsado no por su "buena voluntad" o “disposición”, sino por la fuerza de la lucha organizada, sin embargo, el último año ha estado lleno de incumplimientos y tropiezos en su administración: la policía bancaria sigue operando con normalidad en las escuelas, el proceso de democratización para elegir funcionarios sigue siendo nulo y los derechos de los trabajadores son vulnerados cotidianamente.

La perspectiva, a un año de estos acuerdos, no es la de una pronta solución sino todo lo contrario. A raíz de la crisis económica que vive el país se han anunciado ya nuevos ataques contra la clase trabajadora: recortes a la educación, la cultura, el campo y la salud son el pan de cada día para miles de familias en nuestro país. En el caso del IPN el recorte anunciado por la SHCP (del 11.2%) es precisamente el mismo presupuesto que se tenía que incrementar de acuerdo a las negociaciones del año anterior.

La derecha tiene claro que es preciso que seamos nosotros quienes paguemos la crisis de los empresarios y los banqueros, y si para ello tienen que dejar en el congelador los acuerdos del IPN lo harán, e intentarán seguir profundizando sus ataques.

Los derechos no se mendigan...se toman

Uno de los puntos pendientes es la realización del Congreso Nacional Politécnico. El tortuguismo de las autoridades no es sino parte de su esencia antidemocrática. Como ha ocurrido en otras luchas estudiantiles, las demandas democratizadoras son tomadas en el discurso e incluso en las negociaciones por las autoridades únicamente para desmovilizar al estudiantado. Pasada la lucha, o bien incumplen los acuerdos o los retoman, pero en este segundo caso para avalar “democráticamente” los ataques a la educación pública.

 En el actual escenario de dispersión del movimiento politécnico, en caso de que incluso se realizara el Congreso no garantizaría un verdadero avance de las demandas estudiantiles, pues mientras no haya una participación activa y masiva de los estudiantes, el Congreso estará en manos y en el terreno de las autoridades del IPN, donde por su puesto ellos tienen todas las herramientas para dinamitar las demandas que surgieron de la AGP. En este sentido, desde el punto de vista de las autoridades la realización misma del Congreso no sería más que un auténtico caballo de Troya para retomar los ataques y justificar la movilización estudiantil en las calles.

Insistimos en que la única manera de conseguir que se cumplan las demandas del IPN es a través de la lucha organizada y la movilización, sin estos factores, ningún acuerdo entre autoridades puede  significar una mejora para el Instituto.­

Pero incluso aunque este congreso se lleve a cabo (el pasado 7 de octubre se anunció la conformación de la comisión organizadora) el futuro del IPN no es ajeno al escenario que hemos descrito, en el que la falta de recursos limitará los posibles avances o los dejará colgando de un hilo, tal como pasó tras la huelga de la UNAM de 1999, donde años después de terminada la lucha las autoridades volvieron a imponer cobros y cuotas ilegales.

Dentro del capitalismo  los hijos de los trabajadores no tenemos garantía de acceder a una educación gratuita y de calidad, ello exige de nosotros fortalecer nuestra organización para emprender la lucha por mejores condiciones de estudio, pero sobre todo para transformar nuestra realidad.

Hay ánimo y conciencia

El terreno de contradicciones en el IPN no ha dejado de generar expresiones de lucha. El pasado mes de septiembre siete unidades administrativas del politécnico fueron tomadas por trabajadores  agrupados en el Bloque de Secciones Democráticas del SNTE quienes exigían mejores condiciones de trabajo, salarios dignos  e incluso elementos tan básicos como uniformes para realizar sus funciones.

Por otro lado, las marchas por el aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y en memoria del 2 de octubre, a las que asistieron contingentes del politécnico, fueron muestra de que los estudiantes siguen deseosos de participar en la lucha estudiantil.

Estas condiciones nos obligan a reorganizar el movimiento. Unificar las consignas de los jóvenes y los trabajadores es el primer paso para volver a generar una plataforma de lucha que reivindique una mejora para el IPN: ¡no a la privatización de la educación!, ¡no a los recortes!, ¡no a la precarización laboral!

Desde el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública y Militante te invitamos a unirte con nosotros para construir una organización estudiantil permanente, con una política revolucionaria que defienda las demandas de la clase trabajadora, ¡unidos y organizados, venceremos!


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