Cotidianamente leemos en los medios denuncias por hechos violentos en los campos universitarios, recordemos las agresiones sexuales a las compañeras de la Facultad de Ciencias Políticas y FES Acatlán; los asesinatos de compañeros en FES Aragón y FES Acatlán, las desapariciones de compañeras en FES Zaragoza o los cotidianos robos en la Facultad de Química (el CEDEP lanzó una campaña al respecto). Todos estos casos, solo por mencionar los denunciados y difundidos, son una muestra del grado de violencia que vivimos cotidianamente los estudiantes, trabajadores y profesores de las universidades públicas.

Descomposición social fomentada

La “mega borrachera” de CU es promovida por las mismas autoridades universitarias y lo hacen para fomentar la presencia de grupos delictivos a la UNAM. La existencia masiva de bares en los alrededores de escuelas, como FES Aragón, caso emblemático, también se realiza con la complicidad de las mismas autoridades universitarias y estatales. El caso de la Facultad de Ciencias Políticas donde a plena luz del día las autoridades permiten el tráfico de drogas al por mayor no sólo a estudiantes sino a personas ajenas a la Universidad, demuestra el carácter reaccionaria de la Rectoría encabezada por Enrique Graue. Las autoridades permiten todo esto con un fin: justificar la presencia de la policía en la UNAM y con ello frenar al movimiento estudiantil.

Extendemos nuestra solidaridad a la familia del compañero y a toda la comunidad de la Facutlad de Química. Y llamamos a que los estudiantes, trabajadores y profesores nos organicemos para frenar todos estos problemas.

Unidos y organizados... ¡Venceremos!