A unos días de realizarse las elecciones del cinco de julio para elegir diputados federales y gobernadores en algunos estados de la república, los ataques de la derecha contra el PRD siguen a la orden del día. Una más de las intromisiones del Estado calderonista en la vida interna del PRD fue la imposición de Silvia Olivia, integrante de la corriente de derecha Nueva Izquierda, como candidata de este partido en la Delegación de Iztapalapa del Distrito Federal. También están los casos más recientes de cooptación abierta y descarada de los candidatos perredistas (agentes de la derecha dentro del partido) a la guberntaura en Campeche y la capital en Querétaro que al declinar a favor del PAN y del PRI, respectivamente, han dejado sin candidatos del PRD al gobierno estatal y la capital, en cada caso.
Elecciones y táctica revolucionaria marxista
El periodo actual está caracterizado por una de crisis económica, política y social que expresan la bancarrota total del capitalismo en nuestro país y a nivel mundial. Esta situación se ha venido traduciendo en incremento del desempleo, inflación, caída de las exportaciones y el envío de remesas en los últimos meses, mismos que preocupan e interesan más a los trabajadores que el tema de las elecciones del próximo cinco de julio, lo que junto con la campaña de grupos anarquistas para no votar porque se estaría legitimando la democracia burguesa son lo que explican en parte el pronóstico de un alto índice de abstencionismo que sólo beneficiará a la derecha.
Ante esto, los marxistas sabemos que la democracia burguesa en la que vivimos no es sino la dictadura del capital que nos permite elegir cada tres o seis años a quienes mejor representen los intereses de la clase burguesa para seguir oprimiendo y explotando a nuestra clase, pues quienes realmente toman las decisiones sobre el rumbo del país son quienes tienen el poder económico: los grandes empresarios, banqueros e industriales. Entendemos, pues, que la lucha por la transformación socialista de la sociedad no es posible por la vía electoral y parlamentaria.
No obstante, los marxistas no somos indiferentes, ni abstencionistas y al igual que los trabajadores no descartamos la lucha electoral. Nuestra táctica de participación en las elecciones y el parlamento se deriva del análisis concreto de la situación en la que nos encontremos, que sirva tanto para elevar el nivel de conciencia de los trabajadores como para fortalecer su organización política como clase para si. Por supuesto, no hacemos ningún fetiche de la “participación” (como lo hacen los reformistas) ni de la “no participación” (como lo hacen los anarquistas), pues en un momento determinado, cuando los trabajadores estén en condiciones de tomar el poder y sustituir el sistema parlamentario burgués por la democracia obrera, el boicot a las elecciones y el parlamento es permisible, pero mientras esta no sea la situación (y no la es), debemos utilizar los espacios democráticos que conquistamos en el pasado mediante la lucha.
La táctica de AMLO y sus consecuencias concretas en Puebla
Además de la campaña lanzada por un sector de los mismos panistas de ir a las urnas a “anular el voto” para evitar así el castigo contra la política antiobrera del gobierno de Calderón y su aliado el PRI se traduzca en un mayor apoyo hacia el PRD, está también la táctica incorrecta de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que divide el voto de la izquierda y beneficia por la vía de los hechos a la derecha, aunque esa no sea su intención.
En el “Manifiesto de nuestra Tendencia Marxista Militante ante el próximo proceso electoral” y otros artículos que hemos escrito al respecto, hemos venido señalando las consecuencias negativas para la unidad de la izquierda, derivadas de la táctica de AMLO al promover el voto diferenciado para los candidatos del PRD (en el DF, pero no en Iztapalapa, y Tabasco), PT y Convergencia en el resto de los estados. Pero, un ejemplo más de las consecuencias de dicha táctica de AMLO es el Estado de Puebla. A nivel estatal, algunas encuestas realizadas a mediados del mes de junio colocan al PRI a la delantera en nueve de los 16 distritos electorales, mientras que en los otros siete se registra un empate técnico entre este partido y el PAN. En cuanto a la intención del voto se refiere, el PRI, el PAN y el PRD ocupan el primero, segundo y tercer lugar, respectivamente, quedando la “Coalición Salvemos México” del PT y Convergencia en quinto lugar, después del PVE.
Haciendo caso omiso de este avance de la derecha panista en Puebla sobre el PRD, que en las elecciones federales de 2006 se colocó como la segunda fuerza política, después del PRI, en la entidad, AMLO visitó en varias ocasiones algunos distritos electorales para hacer campaña por el PT y Convergencia con mínimas intenciones del voto por ellos y apenas suficiente para mantener su registro, pero sin representar una alternativa real para los trabajadores que se orientaran por su organización tradicional. Específicamente, en el caso del Distrito nueve, cuya cabecera es la ciudad de Puebla, se mantiene la misma tendencia que a nivel estatal y donde la táctica del “voto diferenciado” de AMLO sin duda reducirá la intención del voto hacia el PRD.
En dicho Distrito se presentan como candidatos del PRD y del PT-Convergencia, dos luchadores sociales que han venido apoyando el movimiento encabezado por AMLO y su Proyecto Alternativo de Nación desde el año 2005 en la lucha contra el desafuero a través de las Redes Ciudadanas. Ahora, estos dos luchadores sociales se ven obligados a competir como candidatos de distintos partidos, pero que en su momento integraron el Frente Amplio Progresista que impulsó a López Obrador en 2006 a la presidencia de la república. Esto, lejos de beneficiar al movimiento de los trabajadores, lo que hará es dividir el voto de la izquierda, restándole votos al PRD y favoreciendo a los partidos de la burguesía, el PRI y el PAN que están capitalizando la situación.
En las variadas visitas que hizo AMLO a distintas cabeceras distritales en el Estado de Puebla para promover el voto a favor de los candidatos del PT-Convergencia, lo único que ha generado es desconcierto entre el movimiento de los trabajadores, pues muchos luchadores sociales que en 2006 apoyaron su campaña presidencial, por el hecho de ser candidatos del PRD y no de la “Coalición Salvemos México”, ahora fueron excluidos de los actos convocados por López Obrador.
Los militantes de base, honestos y leales a los orígenes históricos del PRD saben que lo único que está provocando la táctica de AMLO es dividir a la izquierda y, junto con la política de pactos de Jesús Ortega al frente del partido, seguramente, le dejará al PRD el peor resultado electoral de los últimos años, luego de que en 2006 se había ubicado como la segunda fuerza política en Puebla y a nivel nacional. La claudicación de AMLO a dar la batalla por rescatar al PRD, democratizarlo (expulsando a los chuchos) y transformarlo en una herramienta real de lucha de los trabajadores por la transformación socialista de la sociedad, lo que ha estimulado son declaraciones criminales hacia esta organización tradicional de los trabajadores en nuestro país, tal como “Hay que dinamitar al PRD desde dentro” (declaración de una activista seguidora de AMLO en el mitin que realizó el pasado siete de junio en el zócalo de Puebla).
Sin duda es muy fácil quedarse en casa y pensar que con no ir a votar cambiaran las cosas. También es sencillo destruir y renunciar a luchar por rescatar las organizaciones tradicionales de los trabajadores. Pero lo más difícil es construir organizaciones, como el PRD que costó la vida formarlo a más de 600 militantes durante el gobierno espurio de Carlos Salinas. Estas organizaciones de masas que han costado sangre, sudor y lágrimas a los trabajadores, intentarán rescatarlas una y otra vez, antes de abandonarlas, como suponen algunos grupos sectarios. La tarea de los sectores más avanzados dentro del movimiento no es abandonar las filas de PRD y dejarlo completamente en manos de los burócratas (eso es lo que esperan los agentes de la burguesía en el PRD), sino recuperarlo y expulsar a los chuchos del partido. ¿Cómo? Impulsando los Comités de Base, como células fundamentales del partido, donde los jóvenes y trabajadores discutamos la política y métodos de lucha del partido ante la crisis actual del capitalismo. Llamamos a votar por el PRD y a luchar por democratizarlo para que adopte un programa socialista.
¡Únete a Militante y lucha por una corriente socialista dentro PRD!