En vísperas electorales, muchas preguntas han surgido en torno a los candidatos presidenciales. Ahora, con las encuestas indicando a López Obrador como puntero y a Ricardo Anaya como su único posible adversario, cabe preguntarse:

¿Quién es Ricardo Anaya? ¿Qué y a quién representa su candidatura?

Ricardo Anaya: corrupción, falacias y traiciones en su trayectoria

La vida política de este personaje está plagada de deslealtad, mentiras y corrupción en torno a construirse una fortuna y la meta de representar una figura política importante a toda costa.

En el 2000, fue candidato por el PAN a diputado local en Querétaro, siendo derrotado por el candidato priísta. De 2003 a 2009, fue secretario particular del gobernador de Querétaro, Francisco Garrido, etapa en la que se desarrolló como ambicioso empresario y funcionario público. Asimismo, en este periodo su familia comenzó a formar parte de la élite queretana, con propiedades tanto en el país como en el extranjero. De acuerdo con registros públicos de la propiedad privada, Anaya, junto con su suegro, pasó de tener 4 empresas y 6 inmuebles a tener 17 y 33, respectivamente, incrementando el valor de 21.9 millones a 308 millones. Gracias a sus prestanombres (entre ellos, sus suegros, esposa, cuñados y primos políticos que tienen acciones en dichas empresas), pudo mantener sus riquezas con discreción; tan solo a nombre de su esposa, suegro e hijos están más de 50 actas notariales en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio del estado de Querétaro. Es bastante impresionante cómo en 6 años pudo incrementar tanto su fortuna, lo que posiblemente implica que utilizó su puesto para favorecer y enriquecer a su familia.

Cabe señalar que se le adjudica la característica de traidor a partir de lo siguiente:

Como presidente del PAN ¬–tras haber traicionado a Gustavo Madero, quien le ayudó a obtener el cargo y a quien había prometido la presidencia en la Cámara de Diputados, para después nombrar a Marko Cortés–, Anaya puso fin a la tradición del partido de realizar votaciones internas para la candidatura de la presidencia y sometió este proceso únicamente a una recolección de apoyos; a esto, sus adversarios lo nombraron el “dedazo disfrazado”. Anaya se encargó de cambiar el sistema de acuerdo a sus intereses para que éste le favoreciera y pudiese así presentarse como candidato único.

Durante su carrera como diputado en el Congreso, impulsó reformas estructurales propuestas por el presidente Enrique Peña Nieto, como la reforma educativa y la reforma energética; a esta última, la calificó como “la más valiosa en términos de fomento productivo y económico”. Ahora, las denuncia como perjudiciales, advocándoselas al PRI, como si no hubieran sido sometidas a una votación en la que él formó parte, y que él mismo aprobó. Según Anaya, el aumento en el precio de la gasolina debe serle atribuido a la reforma fiscal, deslindándose de la aprobación panista de la reforma energética y de la Ley de Hidrocarburos que también él avaló (dentro de la cual se establece la liberación del precio de la gasolina). Todas estas medidas han afectado profundamente la vida de los trabajadores.

Lavado de dinero

En las declaraciones ministeriales de David Alberto Galindo y Daniel Rodríguez Velasco, se explica el esquema que ambos diseñaron para ocultar el origen de los 54 millones de pesos que Manuel Barreiro pagó a la empresa Junisierra, S.A. de C.V. de la cual Anaya, su esposa y suegros son socios. Los abogados explicaron la creación de Tesorem, que sirvió  como intermediaria en la transacción con el fin de perder el rastro del dinero, puesto que la empresa a la que se iban a vender las bodegas (Juniserra) pertenecía al suegro del candidato. El propósito de esta operación fue ocultar el origen de los recursos y su destinatario final (Ricardo Anaya), simulando una compraventa  cuyo valor final no correspondía al verdadero precio del inmueble.

Anaya declaró que esto se trataba de una “guerra sucia” por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y señaló que la Procuraduría General de la República (PGR) fue utilizada en este proceso de manera facciosa. 

Ahora, ¿qué representa Anaya?

Anaya representa la propuesta capitalista neoliberal más que cualquier otro candidato, la continuidad de un modelo que nos ha llevado a la miseria y la inseguridad; propone mantener un sistema cuyos fundamentos recaen en la disparidad económica y el enriquecimiento únicamente de una clase privilegiada, escondidos tras una promesa de desarrollo y libertad. Dice representar un cambio respecto a gobiernos anteriores, pero, ¿qué tipo de cambio?, y, ¿a quién beneficiaría?

¿Uno con políticas enfocadas a las clases privilegiadas? ¿Uno que responda a intereses empresariales? ¿Uno de privación de libertades y derechos a los grupos vulnerados de la población?

Anaya se ha burlado del pueblo mexicano descaradamente, presentando información falsa o manipulada en debates, negando las acusaciones en su contra por lavado de dinero y cambiando su discurso en torno a lo que ve que puede provocar mayor simpatía hacia sí. Es un hombre conservador que representa una ambición desmedida caracterizada por la limitación de sus ideales a únicamente los que benefician al capital, dispuesto a conseguir el poder a toda costa; es la verdadera cara del autoritarismo.


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