Las elecciones padas del 5 de julio han reanimado la batalla interna dentro del PRD. A pesar de la “diplomacia” entre las dos principales corrientes, la encabezada por Jesús Ortega y por Andrés Manuel, las diferencias son bastante claras. Esta batalla es de gran importancia, en el fondo no se trata de otra cosa sino del enfrentamiento que existe entre el pueblo trabajador que intenta recuperar al PRD para usarlo como una herramienta de lucha y por otro lado la derecha del partido tratando de frenar el avance del movimiento.
Eso es “Nueva Izquierda”
Desde hace algunos años y antes de convertirse en lo que ahora es, Jesús Ortega y otros personajes más, planteaban la necesidad de una nueva Izquierda. Se referían a que el PRD debía dejar la lucha en las calles, las movilizaciones y mítines. En contraparte lo que se debía hacer era usar la negociación, el dialogo y el buen trato con los gobiernos de derecha para lograr los objetivos y las necesidades que se planteaba. Es decir una izquierda que no asustara a los “votantes” con “violencia” y con movilizaciones sino que más bien dialogara. La izquierda moderna, debía dejar los métodos de la “vieja” izquierda. De ahí viene el nombre de la corriente que encabeza Jesús Ortega “Nueva Izquierda”.
El mensaje de Jesús Ortega en aquellos entonces, era muy claro, se trataba de destruir al PRD y convertirlo en una oficina de trámites, como si el incremento salarial, la defensa de las empresas estatales como PEMEX, la defensa de la educación y la salud se pudiera lograr simplemente pidiéndolo al gobierno de derechas en turno.
Nueva Izquierda se ha convertido en una realidad y han construido una corriente con ese mismo nombre que no se ha dedicado a otra cosa más que a frenar la lucha, a destruir y a paralizar al PRD. Ellos son un cáncer que carcome al partido. Todos hemos sido testigos de lo que han hecho, han reconocido como presidente “legitimo” a Calderón, han usurpado la presidencia del partido, han apoyado las contrarreformas del PAN y del PRI, han impulsado candidaturas con estos dos partidos, y un largo etcétera.
“Nueva izquierda” está conformada sobre todo por un grupo de de diputados senadores, gobernadores y representantes del partido, pero realmente no tienen una base social. Y no pueden tenerla por el simple hecho de que sus principios políticos no pueden atraer a los trabajadores: ¿quién quiere estar con gente que apoya al presidente espurio Calderón? Sin embargo su debilidad numérica trata de ser compensada con los apoyos mediáticos, económicos y políticos que les ofrece el gobierno panista. A pesar de estos apoyos, “Nueva Izquierda” es débil tanto como el mismo Calderón.
Una de las tareas más importantes que la base del PRD debemos realizar es la de sacar a este grupo y evitar que sigan haciendo daño. Ese es un paso fundamental para rescatar al partido.
Escisión o expulsión
La batalla entre las dos corrientes principales Nueva Izquierda e Izquierda unida, esta ultima encabezada por AMLO, ha planteado la posibilidad de salir del partido para construir otro o bien la de expulsar a los chuchos. Para resolver el dilema debemos decir una cosa que debe guiarnos: el PRD es producto de la lucha del pueblo trabajador, y no de unos cuantos hombres. Es cierto que el partido tiene un y mil problemas, pero salirse del partido no es lo correcto, lo que nosotros los marxistas planteamos es la lucha decidida y abierta contra los chuchos, ellos son los que se deben ir. Para ello es fundamental pasar a un plan de acción firme.
1.- Las asambleas que a las que AMLO llama constantemente son muy buenas en el sentido de que aglutinan a una gran cantidad de compañeros y al mismo tiempo les da confianza. Pero además de ello lo que se necesita es que los debates sean más profundos y además que todo mundo tenga oportunidad de participar en ellos. El debate en sí mismo no debe ser un problema, al contrario, en el PRD se necesitan más de estos espacios. Una de las tareas para expulsar a los chuchos es crear y fortalecer los comités de base. Ellos deben reunirse semana a semana, y debatir todos los aspectos generales del partido y los acontecimientos nacionales, al mismo tiempo deben servir para elevar el nivel teórico de cada compañero, discutiendo los clásicos del marxismo. Pero ahí no puede quedar la tarea, esas reuniones deben servir para levantar demandas de los trabajadores en su localidad. Es decir que se deben vincular con las necesidades concretas de la población, ahí debemos luchar por educación, salud, vivienda, la defensa del empleo etc. Así es como lograremos un fuerte desarrollo y consolidación del partido como un instrumento de lucha.
AMLO ha creado ya varios círculos de este tipo, en varias colonias se debate semana a semana. Pero lo que se necesita es profundizar y tomarse muy en serio este trabajo, dándole seguimiento a nivel central e invitando a que cada vez más trabajadores se unan. Si este modelo de organización lo desarrollamos y lo cuidamos a nivel nacional, será mucho pero mucho más fácil defendernos de los ataques de la derecha dentro y fuera del partido.
2.- La unidad del pueblo trabajador es fundamental, cada uno de nosotros por separado somos débiles frente al gran aparato de poder que tienen los empresarios y banqueros. Por ello estos comités de base, además deben vincularse con todas las luchas sindicales, de colonos, estudiantiles, campesinas a nivel nacional e internacional. Para ello además se requiere crear una coordinación central de comités de base, ahí se deben reunir (digamos cada dos meses) los representantes de cada comité de base y dar un informe de actividades así como propuestas de acción a nivel general. De esta forma podríamos coordinar acciones a favor de otras luchas por ejemplo a los compañeros de Honduras que hoy día luchan contra el golpe de estado, o por ejemplo a los compañeros mineros de Lázaro Cárdenas.
3.- De esto mismo se desprende un aspecto fundamental. Las elecciones no se ganan de otra forma sino con organización y un programa de clase, es decir socialista. Uno de los problemas que hemos enfrentado es que el PRD y los comités de base están la mayor parte del tiempo sin actividad y solo se reaniman cuando vienen las elecciones. De esta forma somos débiles. Debemos mantenernos en permanente acción y no ver a las elecciones como la única y más importante tarea. Esta se resolverá de manera satisfactoria si antes hacemos lo anterior.
4.- En este mes de julio se realizaron reuniones entre representantes del partido y de sus corrientes incluso convocó al 2inge” Cárdenas. Este último exige con mucha diplomacia la salida de AMLO. En el fondo no está haciendo otra cosa que reclamar sus posiciones de dirección dentro del partido. Recordemos que el “inge” no hizo nada en absoluto para luchar contra el fraude electoral del 2006, más bien hizo todo lo contrario antes y después. En estas mismas reuniones los chuchos llamaron a la “unidad” y declararon que nadie en el partido va a ser expulsado por haber apoyado a candidatos de otros partidos. Los asistentes entre ellos personajes cercanos a AMLO acordaron ese llamado a la unidad ¿Tenemos que aceptar esa unidad?, no. Después de todos los ataques de los chuchos no podemos permitir que sigan en el partido, hay quien pide la renuncia de Jesús Ortega, pero él no se va a ir sólo pidiéndoselo, la única manera de sacarlo de la presidencia y del partido es con la organización desde abajo.
La crisis del capitalismo apenas va mostrando su verdadera cara, desempleo, recorte al gasto social, militarización del país, etc. En estas condiciones los trabajadores saldremos a las calles, parte de esa lucha se va a desarrollar a través de los sindicatos, organizaciones sociales y hasta de manera independiente, pero en la medida que rescatemos al PRD y logremos usarlo para aglutinar a todo el pueblo explotado todas esas luchas tendrán el triunfo asegurado. Desde militante llamamos a todos la base del PRD para expulsar a los chuchos y lograr que el PRD sea una auténtica arma en contra de la derecha y toda la miseria del capitalismo.