La derecha en sus diversas presentaciones – Frente Federalista, FRENAAA y Sí por México - busca por todos los medios agruparse para así tomar fuerza, generar una base social y hacer, pretendidamente, “contra peso” al gobierno de AMLO. Un Gobierno que desde su punto de vista raya en lo dictatorial, ha instaurado el caos, despilfarra populismo, autoritarismo y el desastre nacional es el pan de todos los días.

Desde su punto de vista cuando gobernaban sus amigos y socios – PRIAN- México era un paraíso, y sí, lo era, pero para ellos como clase dominante mas no para nosotros los oprimidos. Claro, sus negocios tanto legales como ilegales no sólo iban viento en popa, sino que además podían controlar el Estado a su antojo.   

Ante ello han impulsado una serie de iniciativas, que, si bien todas defienden lo mismo: el capitalismo y que sus políticos controlen directamente el Estado, cada uno lo hace con una estrategia diferente. Apreciar sus diferencias, pero a la vez su unidad, nos permitirá saber claramente cómo enfrentarlas.   

Sectores de la burguesía que integran las cámaras empresariales y burgueses como Gustavo de Hoyos y Claudio X. González, están furiosos porque, ante la llegada del gobierno de AMLO, se han visto trastocados claramente sus intereses y no están dispuestos a permitirlo. Por eso han lanzado Sí por México que aglutina a organismos patronales y partidos políticos de derecha. Mostrándose cínicamente como ciudadanos honorables, trabajadores y democráticos, pretenden volver a legitimar a su clase opresora y corrupta para retomar fuerza legislativa contra las iniciativas que la 4T impulse contra ellos y por otro lado respaldar las que a ellos les convengan.

Por otro lado, tenemos al Frente Federalista, integrado por 10 gobernadores de derecha íntimamente vinculados con los empresarios, así como con el crimen organizado de sus Estados como es claramente en Chihuahua, Tamaulipas, en Jalisco o Michoacán, que gobiernan con una política abiertamente represora. Berrean no sólo porque la federación les ha cerrado el grifo de recursos financieros, ahora tampoco tienen la venia federal para actuar a sus anchas. 

Otro sector es el que se aglutina en el FRENAAA, dirigido por Gilberto Lozano y Juan Bosco Abascal, burgueses nacionales, promotores de la idea de que la caridad cristiana es lo que atenuará los males del sistema y fanáticos clericales íntimamente vinculados a trasnacionales como Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, FEMSA, CEMEX y al conservadurismo de los empresarios industriales del norte y del Bajío que rondan en el mayor de los atrasos ideológicos e impulsan la enajenación religiosa más reaccionaria.

A la derecha hay que ubicarla en su justa extensión y fuerza, no hay que menospreciarla, pero tampoco sobredimensionar una fuerza y base que claramente no tiene. La derecha se encuentra dividida visiblemente sobre qué camino seguir para retomar el control directo del Estado y con ello avanzar en lo que necesitan urgentemente para paliar la crisis económica y acrecentar sus ganancias. Un sector de la burguesía enquistado en la 4T llama a la calma porque AMLO les ha permitido continuar con sus planes, pero otro sector está desesperado e histérico porque para ellos la rebanada del pastel no está siendo igual y no está conforme con este gobierno, la crisis económica les exige a diario pasar a una ofensiva brutal y ven a la 4T como un obstáculo indeseable.    

La correlación de fuerzas entre la derecha y la izquierda, entre la minoría capitalista y los millones de oprimidos nos es favorable. Por eso no sólo fracasan los intentos de la derecha de levantar cabeza, sino que además están totalmente desacreditados. Lo que les permite tener oxígeno y aglutinar sectores inconformes y atrasados es el abandono, en los hechos, de un programa en beneficio de los trabajadores e incongruencias de AMLO.

El factor fundamental que permite a la derecha mostrarse con aparente fuerza es la continuidad de MORENA con la agenda de megaproyectos trasnacionales, recortes al gasto social y una austeridad que está golpeando duramente a los trabajadores de base; sus constantes concesiones a los empresarios, han interferido con el cumplimiento de sus compromisos con las y los trabajadores y la juventud. Es precisamente esta renuncia a enfrentarse a los poderes económicos y políticos, lo que provoca desilusión y abre paso a la demagogia de la derecha que sin tardanza usa cada error de la 4T para su beneficio. Por supuesto, callan cuando la política federal va con sus intereses como el Tren Maya o el desalojo del plantón contra el Proyecto Integral Morelos.

La izquierda revolucionaria, los sectores en lucha, debemos y podemos convocar a una movilización para enfrentar y desmovilizar a la derecha, arrebatar a los sectores confundidos y descontentos y dejar a los sectores ultraderechistas totalmente aislados y debilitados. Consideramos un error enorme la táctica de AMLO que, argumentando la libertad de expresión, le permite a la derecha contar con espacios públicos, reflectores y altavoces. A la burguesía y la derecha no hay que dejarles la cancha abierta para reagruparse y fortalecerse, tenemos que cerrarles el paso a través de la movilización, dejando en claro que seguimos en pie de lucha. A la derecha se le combate con la movilización y acción del pueblo organizado, de lo contrario lo pagaremos muy caro, la historia reciente de Bolivia, Brasil, Argentina, Chile o Colombia es una advertencia muy seria de lo que la derecha puede hacer cuando los gobiernos progresistas les han dejado actuar.

Por eso AMLO y MORENA cometen un error gravísimo al no combatirlos políticamente y darles oxígeno y vía libre. Eso debe cambiar, el pueblo oprimido tenemos que hacer uso de nuestro número y fuerza para seguir debilitando a la derecha y derrotarla definitivamente y también obligar a MORENA a gobernar realmente en beneficio de las y los trabajadores, que abandone la inmovilidad y pase a la ofensiva contra la derecha en todos los terrenos.


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