Según cifras oficiales, en Centroamérica una de cada tres personas es analfabeta, la mitad vive bajo la línea de la pobreza, y uno de cada cinco vive en la indigencia. El 10% de la población se queda con el 50% de la riqueza creada, mientras que el 10% más pobre ni siquiera logra retener el 2% de lo que se genera. Todo ello a pesar de un periodo de cuatro años de “crecimiento” económico en la región. Ahora en medio de la peor crisis económica mundial en décadas las cosas han cambiado para peor.
En Centroamérica las remesas que los trabajadores envían desde EEUU juegan un papel fundamental en la economía, para Guatemala las remesas equivalen al 10 % de su PIB, para Honduras el 25% y para El Salvador el 18.2% de su PIB. Nicaragua, Panamá y Costa Rica dependen en menor grado aunque no por ello deben soslayarse estos ingresos. Los envíos de EEUU han servido en la década pasada como una válvula de escape a las presiones de la clase trabajadora y los campesinos pobres, entre 1995 y 2008 la tendencia fue siempre creciente, periodo en el cual crecieron seis veces pasando de los mil 709 millones de dólares a los 16 mil 409 millones respectivamente. De esta forma las remesas superaron los ingresos por exportaciones (otra área fundamental de la económica centroamericana) del conjunto de cinco países. Sin embargo a partir del 2008 la tendencia empezó a caer, el crecimiento ya no mostró la misma fuerza y con respecto al 2007 sólo mejoraron en 5%. En el 2009 se dio una transformación radical, ahora lo que vimos fue una franca caída, los principales países receptores (Guatemala, El Salvador y Honduras) registraron una caída en sus ingresos del 10% en promedio. Esto tendrá un impacto en el consumo interno y más concretamente en las condiciones de vida de la clase trabajadora, pues este ingreso se orienta sobre todo a gastos de alimentación, educación, vivienda y vestido.
Si algún tiempo, las remesas fueron una “bendición” para la económica centroamericana, ahora la enorme dependencia de estas se convierte en su contrario y en términos políticos es donde lo veremos. Las deportaciones desde territorio estadounidense se han recrudecido sobre todo a partir de 2008, convoyes de automóviles, patrullas y autobuses arman redadas en lugares comunes como centros comerciales, parques y centros de trabajo, toda la persona que no muestre “papeles” es detenida y deportada a su país natal. De tal manera que por esta vía la presión crece en cuanto a la demanda de empleo y otros derechos en los países centroamericanos. También como consecuencia en EEUU se está gestando un movimiento de trabajadores migrantes de grandes dimensiones, las movilizaciones en el 2005 y 2006 fueron una muestra de ello y si este movimiento no se ha logrado expresar con toda su fuerza, es sólo por los niveles de represión y por la falta de una alternativa organizativa seria y permanente.
Evidentemente las remesas están vinculadas directamente a la economía de EEUU, la recuperación de ese país que se ha vivido sobre todo en el segundo semestre del 2009, no es aun suficiente para frenar el desempleo o frenar la caída de los salarios de migrantes en EEUU. Si partimos de que la recuperación en EEUU es ficticia para los trabajadores, débil y con gran incertidumbre, lo que tenemos en Centroamérica es un desarrollo de la caída de los ingresos por remesas, volviendo a estos países más inestables política y económicamente.
La gran dependencia de las remesas habla claramente de la falta de desarrollo en otras aéreas de la económica. La burguesía ha sido totalmente parasitaria y básicamente Centroamérica ha tenido un desarrollo industrial débil. La base de sus exportaciones está en materias primas y estas orientadas directamente al mercado en EEUU. En el repunte de los precios es en lo que se están basando órganos internacionales para plantear que Centroamérica vivirá un desarrollo económico durante el 2010. En promedio toda la región, dicen, crecerá un 3% con Costa Rica a la cabeza quien posiblemente logrará hasta un 5%.
En estas perspectivas de los órganos internacionales se está olvidando los efectos del TLC que ha arrojado caídas y estancamientos de las exportaciones centroamericanas. Guatemala y El Salvador han sido de los grandes perdedores al respecto. Para el Salvador, y sólo un año después de su implementación en marzo del 2006, se registró un déficit comercial del 24% cosa que afectó a pequeños productores agrícolas y al sector informal lo que llevó inmediatamente a una pérdida de 93 mil empleos en el campo. En el mismo período, de un año, en Guatemala el caso fue peor, pasó de una balanza comercial positiva a tener una pérdida comercial superior a los $415 millones de dólares, en el 2009 el déficit comercial llegó hasta el 11% del PIB. Estos casos demuestran que el desarrollo de las exportaciones que ahora se proyecta no sólo estaría vinculado a un incremento de la demanda y al desarrollo de los precios en el mercado sino además se necesitaría echar para abajo todas las medidas llamadas “neoliberales” impulsadas durante la pasada década, cosa impensable en el marco de los intereses capitalistas.
El turismo en estos países es también otro de los renglones fundamentales de la economía, sin embargo los estragos de la crisis internacional ya se han hecho ver. Originalmente las perspectivas de ingresos por turismo en toda Centroamérica se cifraban en 6% para el año 2009, pero el cierre fue de una caída de 8%. Todos los países registraron caídas por turismo, el Salvador fue uno de los más golpeados al caer sus ingresos en 30%, Guatemala por su parte también tuvo una caída de 10%.
A nivel internacional el turismo cayó un 4.5% en el 2009, para el 2010 se está proyectando una recuperación no mayor al 1%. De tal forma que en el mejor de los casos si existiera una recuperación en esta línea será extremadamente débil, insuficiente para resarcir la contracción del año pasado y todavía más débil para solucionar la demanda de empleo y salarios dignos.
La alternativa de los capitalistas es el ataque a todas las condiciones de vida y ello ha impulsado una oleada de reformas fiscales: impuestos y más impuestos como una forma de poder superar los estragos de la crisis económica. Ahora mismo el 70% de los ingresos fiscales provienen del consumo y ello golpea directamente a la clase obrera y sectores pobres de tal manera que las reformas fiscales están muy acotadas. Lo contradictorio para las masas es que al mismo tiempo la evasión fiscal funciona como un medio directo de financiamiento del Estado a la empresa privada, sólo en El Salvado la evasión fiscal supera los 750 millones de dólares anuales, y la gran mayoría es en beneficio de los banqueros y los grandes empresarios.
La crisis internacional se reflejó crudamente en el 2009 en toda la región, ello provoco, entre otras cosas, un desarrollo sorprendente del desempleo. En Nicaragua, 63 mil personas se quedaron sin trabajo, cifra a la que se le deben sumar los 80 mil nuevos jóvenes que anualmente se integran al mercado laboral, pero además hoy día, cinco de cada diez trabajadores está en el sector informal de la economía. En El Salvador, la cifra de desempleados durante el 2009 llegó a poco más de 40 mil, en Costa Rica el desempleo creció un 63% es decir que 64 mil costarricenses se fueron a la calle.
Económicamente, los países centroamericanos tienen severas contradicciones que se seguirán desarrollando en este 2010. Toda recuperación de la economía a nivel internacional, tiene muchas acotaciones en la región y en todo caso será insuficiente para solucionar décadas de privatizaciones, robos, recortes presupuestales, caída de los precios de exportaciones, etc.
Honduras
En nuestro sitio web militante.org hemos abordado con bastante profundidad el caso de Honduras, invitamos a que nuestros lectores retomen esos artículos pues el caso ha dejado muchas lecciones. Si bien es cierto que el imperialismo estadounidense ha logrado imponer a Porfirio Lobo al frente del país, también es cierto que no hay una derrota del movimiento.
El régimen de Lobo es desde su inicio un régimen sumamente débil, las masas lo ven con recelo y más bien como lo que es un títere del gobierno EEUU. El síntoma más reciente de esta debilidad fue su toma de posesión como presidente de Honduras, esta estuvo prácticamente desolada y sin presencia de diplomáticos internacionales, ni siquiera Álvaro Uribe estuvo con él. En el terreno económico, Honduras también es sumamente débil, atado con mil cadenas a la economía de EEUU que no muestra signos confiables de recuperación económica. En ese sentido, Lobo está sobre un terreno abonado por una lucha popular que no ha cesado y por grandes presiones económicas.
El golpe de Estado dirigido por Micheletti y los imperialistas Estadounidenses tuvo una respuesta contundente de parte de las grandes masas, y esto también animó a los trabajadores en el resto de países centroamericanos. Los orquestadores del Golpe de Estado se imaginaban que la tarea sería muy sencilla, sin embargo las masas mostraron un amplio nivel de organización, de conciencia y de valentía.
La lección más clara es que todo intento de los gobiernos de derecha y del imperialismo EEUU, tendrá frente a si a un poderoso movimiento de masas, que puede extenderse y salirse de control. Pero además de ello, es fundamental que el movimiento de masas adopte un programa socialista y un claro llamado a la acción conjunta en toda Centroamérica.
El Salvador
El triunfo electoral del FMLN el 15 de marzo pasado fue todo un triunfo histórico de la clase trabajadora y el campesinado pobre. La burguesía realizó todo lo que estaba en sus manos para no perder la continuidad de dos décadas de gobierno ARENISTA. Previo a las elecciones el ambiente fue de gran tensión, las acciones fraudulentas a favor de ARENA estaban en marcha, de hecho fueron muchas las medidas que se usaron en este sentido. Si fue posible el triunfo de Funes fue sólo gracias a la determinación de las masas de luchar en contra de la imposición.
Las masas ven en este gobierno del FMLN, el triunfo de décadas de lucha heroica, al igual que en otros países latinoamericanos, las masas encontraron en la lucha electoral un triunfo que los ha llenado de ánimo y confianza en sus propias fuerzas.
Siendo uno de los países más pobres de Centroamérica, El Salvador debe enfrentar grandes retos, las remesas aquí son fundamentales, sin ellas el país colapsaría. Dos décadas de corrupción, privatizaciones, etc, son la factura que ahora debe solucionar el actual gobierno. Tan pronto como Funes se instaló en la silla presidencial tuvo que vérselas con el tremendo hueco financiero del Estado: más de mil millones de dólares para los siguientes tres años.
Con la derrota electoral de ARENA en marzo inició una batalla interna en ese partido tradicional de la burguesía que a lo largo del segundo semestre del 2009 se fue desarrollándose más y más, entre el ex presidente Saca y Alfredo Cristiani (hoy dirigente de ARENA y también ex presidente del país). Este conflicto habla claramente de la debilidad de la burguesía en la región. La pelea ha sido tan dura que en diciembre pasado Antonio Saca ha sido expulsado de su propio partido acusado de corrupción durante su gestión, de traición hacia su partido etc. Este es un hecho inédito en ARENA, y rarísimo en todos los partidos de derecha de Latinoamérica que refleja la debilidad y el desconcierto que reina entre la burguesía y todo el aparato de derechas.
La derecha en El Salvador está dividida pero por el otro lado, en la izquierda, se está desarrollando una batalla entre parte de la dirección del FMLN y el mismo Funes. Las acusaciones y el tono del debate ha sido muy fuertes, el presidente ha recibido denuncias por el trato que ha dado a Saca con respecto a los robos y la corrupción de la administración que dirigió. ¿Hasta dónde puede llegar esto? No es fácil de prever, sobre todo señalemos que Funes no puede romper con el FMLN porque podría perder simpatías con la base que le votó. Aun es muy temprano para hablar de una ruptura entre el presidente y el partido que lo llevó al poder, pero si esto se da o si la batalla no decrece, el presidente tendrá que hacerse de una base social propia para mantenerse en el poder: o los trabajadores o los empresarios. Esto transformará todo el escenario político salvadoreño.
Nicaragua
El triunfo de Daniel Ortega en noviembre del 2006 fue un golpe duro para la derecha en Centroamérica, las masas lograron imponer a un hombre que ante sus ojos encarna un gran legado histórico y las esperanzas de salir de la severa pobreza. Los resultados de las votaciones fueron suficientes para además tomar una parte del control de la Asamblea Nacional (Parlamento), los sandinistas lograron 38 de los 92 escaños. La derecha sembró sus esperanzas en revertir ese triunfo para las elecciones municipales de noviembre del 2008, sin embargo se llevaron un golpe en la nariz, los sandinistas ganaron 105 de 145 municipios. El triunfo fue contundente.
Las medidas del FSLN han sido aplicar un conjunto de reformas, entre ellas: Hambre Cero, Usura Cero, Calles para el pueblo, Educación Gratuita y otras reformas en salud y salarios de funcionarios del gobierno. Esto ha significado todo un cambio para las masas olvidadas y sumidas en la pobreza, pero también es justo decir que se trata de medidas que no atentan contra la propiedad privada de los medios de producción y mientras ello siga así el hambre y otros problemas sociales no tendrá una solución completa.
En este país se están dando todas las condiciones para un conflicto de dimensiones importantes. Ortega desde por lo menos el 2009 inició una campaña para reformar la constitución y permitir su reelección como presidente en las elecciones del 2011, esto inmediatamente provocó la ira de la derecha que se ha desatado en movilizaciones y en campañas mediáticas en contra de dicha iniciativa. Originalmente la alternativa de Ortega era lograr el objetivo mediante su aprobación en la Asamblea Nacional, para lo cual requería de 52 de los 92 votos posibles, sin embargo sólo tenía 38 de ellos. Esta debilidad le llevó a tratar de realizar acuerdos con legisladores de derecha, pero finalmente no fue posible. La alternativa real era fortalecer la organización y la movilización de las masas oprimidas y con ello imponerle a la burguesía las aspiraciones del proletariado. En su lugar Ortega opto por una media judicial, mediante un amparo legal logró obtener un fallo judicial que le permite su postulación en las futuras elecciones. Este hecho ha fortalecido las tenciones internas, la derecha en conjunto con medios de comunicación y la iglesia ha desatado una feroz campaña en contra de la “imposición”. Es claro que Ortega, a pesar de su política no ha destruido la propiedad privada, no es la persona que la burguesía quiere en la presidencia y está dispuesta a derrocarlo. ¿Con qué medidas concretas?... eso está por verse. Si bien una táctica estilo Honduras no la podríamos descartar, es poco probable que sea la que usen los imperialistas norteamericanos y sus socios en Nicaragua, sobre todo porque el golpe de Estado en Honduras demostró ser una medida que se puede volver en su contrario o bien puede dar resultados muy débiles y cuestionables.
Contra la oligarquía y la burguesía sólo hay una alternativa: la lucha organizada desde las bases del FSLN. Ortega debe profundizar la movilización y conquistas del pueblo oprimido.
Costa Rica
Hay quien califica a la democracia costarricense como la más estable y antigua de Centroamérica, el Partido Liberación Nacional (PLN) ha dictado las políticas desde hace seis décadas. En esto el factor decisivo lo ha jugado el imperialismo estadounidense con su amplia injerencia política y su presencia militar.
Durante el 2007 las masas vivieron un proceso ascendente de movilización y organización, el tema central de esas luchas fue el TLC. Miles de trabajadores, amas de casa y estudiantes salieron a las calles para intentar frenar un acuerdo económico que se sabía daba todas las ventajas políticas y económicas a las empresarios nacionales y extranjeros. El proceso llevó a la conformación de aproximadamente 180 “Comités patrióticos” quienes fueron la base de la propaganda y la organización de todas las acciones.
Aquellas luchas contra el TLC hablan claramente de un desarrollo de la conciencia y la organización, además de un nuevo momento en la lucha de clases costarricense. Sin embargo las masas no se mantienen permanentemente en lucha, eso es totalmente normal, por ello el movimiento fue decreciendo y el intento de llevarlo hacia la conformación de una alternativa electoral para las elecciones del 2010 no fue posible.
A principios de este 2010, Laura Chinchilla ha ganado las elecciones con 47% de los votos, en contra de Otton Solis con el 24% y Otto Guevara 21%. Algunos sectores de la izquierda llamaron a votar por Guevara. A primera vista, los resultados podrían indicar que existe un periodo de estabilidad en Costa Rica, sin embargo no es del todo cierto. El sistema bipartidista, base para imponer a los candidatos de la derecha, se ha resquebrajado dando la oportunidad a que candidatos simpatizantes de la izquierda tengan derecho a luchar electoralmente. En segundo lugar, la participación de las masas en el terreno electoral ha estado marcada por el abstencionismo. El gobierno saliente de Oscar Arias, y jefe de Laura Chinchilla, está envuelto en acusaciones por corrupción, privatizaciones y ataques a los trabajadores. Aspectos por los cuales ha buscado quien le cubra las espaldas. La experiencia de la lucha por el “NO” al TLC fue una excelente muestra de que las fuerzas del movimiento social pueden poner en jaque al gobierno y a los intereses capitalistas y esto será la base para las luchas venideras.
Panamá
“El dragón centroamericano” como gustan llamarle algunos economistas, está atado de cuerpo entero a la economía estadounidense, sin embargo las obras por la ampliación del canal y los intereses de EUA que de ellos se derivan serán un elemento que puede ayudar a sortear con cierta fuerza el oleaje económico de los meses venideros.
El triunfo del multimillonario Ricardo Martinelli, en las elecciones presidenciales del año 2009 fue nominalmente contundente, logrando el 68% de los votos, contra 33% del Partido Revolucionario Democrático. Este caso guarda similitudes de Costa Rica, y parecen romper la racha de triunfos electorales de la izquierda en Centroamérica.
En su momento, el ex presidente Martín Torrijos se dedicó a desmantelar el sistema de seguridad social y desde finales de 2008 lanzó un ataque contra la Caja de Seguro Social (CSS) consistente en deslindar al Estado y los empresarios de su responsabilidad de otorgar prestaciones sociales a los trabajadores.
Martinelli desde el inició de su gobierno mostró claramente su cara, apoyando el golpe de Estado en Honduras, fortaleciendo vínculos con Álvaro Uribe y permitiendo el establecimiento de 11 bases aeronavales de EEUU. En el terreno interno la derecha ha continuado y profundizado el programa de derechas que Torrijos ya había iniciado, atacando a los sindicatos, fortaleciendo la política de privatizaciones, etc.
Martinelli es visto ya como un claro puntal del imperialismo estadounidense en Centroamérica y las masas están viviendo un amplio y poderoso trabajo de organización en su contra. El Frente Nacional para la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (FRENADESO), y la Coordinadora de Lucha entre otras organizaciones y sindicatos están convocando movilizaciones en los primeros meses del 2010. Sin embargo los grandes intereses de EEUU en Panamá serán un gran reto a vencer para los trabajadores. Pero Panamá es uno de los países en donde no podemos descartar estallidos en apariencia imprevisibles, todo el terreno está abonado por atropellos históricos contra la clase trabajadora, como la invasión militar de hace 20 años, por presiones económicas nunca antes vistas y por un movimiento en asenso.
Centroamérica en pie de lucha
Cualquier tipo de repunte en la economía centroamericana está vinculada directamente a EEUU, los acuerdos comerciales que aquí se tienen con el continente europeo o con otras regiones del mundo no son significativos. Si la crisis internacional presenta signos de mejora reales y no ficticios, aquí apenas serán significativos para la economía regional y sobre todo para las masas que por décadas han vivido en la más absoluta pobreza y marginación.
La condición mínima para que en términos capitalistas se pueda vivir una mejora en las condiciones de vida de las masas, es destruir todas las cadenas comerciales y financieras que EEUU ha impuesto en beneficio propio, cosa que evidentemente es imposible en el marco del capitalismo.
El asenso del movimiento obrero y de los triunfos electorales de la izquierda en toda Centroamérica ha sido un duro golpe para los intereses del imperialismo estadounidense. Pero todo este avance realmente no se puede explicar únicamente por los efectos de la crisis que oficialmente estalló en el 2008, no. Las contradicciones en Centroamérica se han venido gestando desde años atrás y más bien son una continuación de aquellas que provocaron las históricas luchas de los años 70 y 80.
En las décadas pasadas, el imperialismo y las oligarquías han usado la represión abierta para frenar al movimiento, miles de trabajadores y campesinos fueron asesinados, desaparecidos o forzados a dejar sus países natales. Esas heridas siguen abiertas, pero no es tan fácil que aquel viejo pasado vuelva a repetirse. De hecho el movimiento no ha sufrido derrotas sangrientas en estos últimos años, más bien ha mostrado un ascenso no sin tropiezos y casos contradictorios como el de Honduras.
Centroamérica es desde el punto de vista político e histórico un solo país, de tal forma que los acontecimientos en uno de ellos, puede fácilmente contagiar al resto. Esto es uno de los mayores temores de la burguesía y hace que cada triunfo de los capitalistas sea muy parcial. La clase obrera, los jóvenes, maestros, doctores, indígenas, campesinos pobres, todos los sectores oprimidos van rumbo a un escenario de lucha de clases como no se ha visto en décadas.