Las recientes alianzas hechas entre la derecha del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y partidos como el Partido Acción Nacional (PAN) hacen más visible la crisis interna que este partido vive. La actuación de los “chuchos” al interior del partido es escandalosa y no refleja otra cosa que sus verdaderas intenciones hacia la clase trabajadora.
Nunca en su historia el PRD había sido presa de tan encarnizada campaña de ataques. La política de eliminación de los comités de base, durante la presidencia de Amalia García, tenían como objetivo encaminar al partido a la bancarrota, eliminar la democracia interna y con ello dejar si un arma de lucha a la clase trabajadora mexicana.
Bajo el discurso de no permitir el retorno al Poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), una demanda sentida dentro del movimiento obrero, Jesús Ortega ha impulsado una campaña de alianzas con partidos de derecha, totalmente desligados de las demandas genuinas de la clase trabajadora.
Ortega no ha dudado en dar declaraciones, levantar la mano de los candidatos panistas e incluso sacarse fotografías con la dirigencia de Acción Nacional en su afán por convencernos sobre los “beneficios” de las alianzas en perjuicio del PRI en 13 Estados dadas las elecciones para gubernaturas, alcaldías y diputaciones locales del domingo 4 de julio.
Pero lejos de ser este el motivo de impulsar las alianzas con el PAN, Jesús Ortega se presenta ante el PRD como el elemento que permitirá un fortalecimiento de la derecha y el descalabro de la izquierda. En contubernio con el PAN intenta destruir el partido que históricamente ha sido la herramienta de lucha de la clase trabajadora a pesar de sus dirigencias.
Cómo surge el PRD
El PRD nació en el año de 1989 como resultado de las luchas que la clase trabajadora impulsaron en contra del fraude electoral que impuso a Salinas de Gortari en 1988. Este acontecimiento constituyó el primero de una serie de acontecimientos que permitieron un nivel organizativo contra el actual sistema.
La lucha heroica que miles de sus militantes han dado, y que ha representado más de 600 muertos, será recordada por la historia como muestra de un pueblo trabajador que, a pesar de las adversidades no se rinde ante el enemigo que representan las fuerzas del régimen.
La conformación del PRD significó para las clases explotadas un enorme paso adelante en el camino por destruir la vieja estructura priísta que consolidó a un sistema incapaz de dar una alternativa de vida seria para los trabajadores.
A pesar de su dirección actual y su política de colaboración con el régimen, el PRD es el único partido de oposición de masas a nivel nacional, no por lo que es hoy sino por lo que será mañana, cuando la lucha de clases adquiera mayor magnitud.
Fortalezcamos los comités de base
El PRD ha logrado aglutinar a amplios sectores de la población que cada vez que han sido llamados a participar lo han hecho decididamente. La estructura principal del partido, los comités de base, han permitido una organización superior de los trabajadores y mediante ellos se ha podido lograr una organización de lucha que ha impulsado la defensa de los derechos de las clases explotadas.
En las luchas del pueblo mexicano en contra del fraude electoral de 1988, en defensa del petróleo, en contra del fraude electoral de 2006 y más recientemente en las luchas por la economía popular, entre muchas otras, los militantes del PRD han impulsado una férrea batalla.
Los militantes de base del PRD tenemos la obligación de mantener en funcionamiento esos comités de base y dentro de ellos discutir sobre la política que el partido debe impulsar. Son los comités de base los que permitirán una democracia al interior del partido.
Esta forma de organización no la inventó el PRD, a través de la historia del movimiento obrero este tipo de organización “celular”, con una coordinación central, ha mostrado ser tremendamente efectiva. Si bien es cierto que en las asambleas informativas todos tienen la palabra, la realidad es que no todos pueden hablar, además de que por ser multitudinarias es difícil desarrollar a profundidad los temas a debatir.
En resumen, en torno a la democracia interna y estructura del partido, los militantes de base del PRD debemos luchar por:
1. Todos los cargos tanto de candidatos como de funcionarios de partido deberán ser elegidos de manera directa por la base, la cual, por medio de formas democráticas, pueda tener la atribución de destituir a aquel miembro del PRD que no cumpla con sus compromisos.
2. El representante popular o el funcionario del PRD debe rendir informes por escrito de su gestión a ante la base del partido y ante la instancia de la que emana su puesto, ya sea Comité Distrital si es diputado, Consejo Estatal si es Senador, así como asistir periódicamente a los Comités de Base del PRD.
3. Todos los candidatos deben tener una militancia de base probada durante un tiempo razonable al momento de su selección. ¡Basta de arribistas!
4. Acabar con el negocio que para muchos significa ocupar un puesto de elección popular o un cargo dentro de la burocracia del partido. Los ingresos de diputados y senadores deben parar directamente al partido y este debe definir para cada representante un salario no mayor al de un trabajador medio.
5. Se deben construir instancias de organización y orientación política de los militantes del PRD que actúan en el movimiento social, especialmente el Obrero, Campesino y Juvenil. Estas instancias deben ser democráticas, con pleno apoyo en todos los sentidos para fortalecer las luchas de los jóvenes y los trabajadores del campo y la ciudad.
6. El Comité de Base se debe promover como la célula fundamental del partido, como una instancia de formación, formulación y acción política.
Todo esto, aunado a la eliminación de las prácticas corporativas que suelen cometer ciertos dirigentes, garantizará la libertad de crítica en el seno de las instancias de discusión y asegurará una auténtica democracia interna y que el partido pase de un mecanismo para alcanzar cargos públicos a un verdadero instrumento de lucha de la clase trabajadora, que es la que a pesar de todo sigue sosteniendo al PRD.
Además, para terminar con la miseria y la opresión, los militantes de base debemos luchar por un PRD con un programa que, junto con nuestras actuales como empleo estable y un salario digno, nos llame a luchar por el socialismo derrocando al espurio Calderón y expropiando a los capitalistas.
Los militantes de base debemos dar una férrea defensa del partido y llamamos a rescatarlo del control de la dirección que ha adoptado posturas que lejos de dar la posibilidad de avanzar en la construcción de una auténtica alternativa, dan oxígeno al régimen y por consecuencia promueven la inexistencia de definiciones claras en los temas más importantes de la actual situación del país, generando confusión en el seno de la militancia, mostrando que en la cúpula del PRD existe un conflicto de intereses y por lo tanto una crisis.
En estos momentos el futuro del país y del mundo dependen de las fuerzas organizadas de los trabajadores. Sólo la clase obrera al frente de las demás clases explotadas puede ofrecer un futuro distinto a la barbarie capitalista.