Esta nueva batalla electoral durante el 2011 que se ha desarrollado en el Estado de Michoacán el pasado domingo 13 de noviembre ha reflejado, por un lado, el nivel de descomposición del régimen y sus partidos de derecha PRI-PAN, coludidos con la delincuencia organizada y utilizando recursos públicos para sus campañas, pero por otro lado también ha quedado claro que las fuerzas de izquierda necesitan hacer mucho más de lo hasta ahora hecho para derrotar a la derecha. El PRD necesita democratizarse profundamente y respaldar más claramente las demandas de los trabajadores, convirtiéndose en una verdadera herramienta de lucha del pueblo por mejorar sus condiciones de vida; es decir, para salvaguardar las posiciones ganadas (como lo era en el caso del gobierno de Michoacán) y al mismo tiempo poder seguir avanzando, el PRD y la izquierda en su conjunto, incluidos Morena, el PT y el Movimiento Ciudadano, antes Convergencia, necesitan una política que los distinga claramente y sin ambigüedades de los partidos de derecha, en especial del PRI y del PAN, posicionándose sin cortapisa alguna del lado del pueblo trabajador. Si esta precondición veremos casos como los de Michoacán donde el PRD ha perdido la titularidad del gobierno estatal, como ya lo fue antes en Tlaxcala, Zacatecas, Baja California Sur, por ejemplo, se continuarán repitiendo. Lo anterior es totalmente valido para el 2012, tanto para retener el gobierno del DF como para ganar la presidencia de la república.

Los resultados preliminares del pasado proceso electoral en Michoacán, ponen como ganador al candidato del PRI, Fausto Vallejo y Figueroa, con 35.39% de los votos emitidos; el segundo lugar lo ocupa la candidata del PAN y hermana del actual presidente de la república, Luisa María Calderón Hinojosa, con un 32.67% de las preferencias electorales, mientras que como tercera fuerza política ha quedado el aspirante por el PRD-PT,  Silvano Aureoles, con 28.88%.

Un análisis rápido de la situación podría hacernos pensar que el PRI se está convirtiendo en una gran fuerza política, donde la derecha va ganado terreno y la izquierda está totalmente imposibilitada de lograr una victoria. Esto es precisamente lo que la derecha a través de los medios de comunicación nos quieren hacer creer para que muchos sectores de la población saquen la conclusión de que ya no hay nada que hacer o, para estimular el abstencionismo, mismo que favorece a los partidos d derecha, incentivando ideas como la de “para que voto si de todos modos va a ganar el PRI”. Sin duda esta victoria del PRI en Michoacán refleja claramente que la burguesía mexicana le está apostando nuevamente al viejo partido para seguir manteniendo su privilegios, esto ante la evidente bancarrota del PAN y del gobierno de Calderón, pero también a esta victoria hay que sumarle la factura que los michoacanos le han pasado al PRD por el papel tan marginal que ha jugado como supuestos representantes de los intereses del pueblo.

Tenemos que ser claros en el sentido de que el PRI también ganó como consecuencia de la debilidad de la izquierda, más que por su propia fortaleza. Finalmente los procesos electorales reflejan cómo se está moviendo la sociedad, y lo que tenemos es una tremenda polarización social, acompañada de un régimen débil y totalmente desacreditado. Esto se expresa claramente en el gran abstencionismo que ha dominado en los últimos procesos electorales y que en Michoacán fue del 48% aproximadamente. Si la gente no va a votar no es porque no tenga conciencia de lo que pasa, sino porque no confían en el régimen ni en las instituciones, pero esta gente vive a diario la pobreza y la explotación, saben que el actual régimen los está llevando a una situación donde no hay oportunidades, no hay educación ni trabajo y si mucha violencia e inseguridad. Pero otra razón de fondo que aleja de las urnas a amplios sectores de las masas desheredadas es su falta de identificación con la izquierda no porque dichos sectores apoyen a la derecha, sino porque, dada la política zigzagueante del PRD al frente del gobierno michoacano, toda esa capa de trabajadores y campesinos pobres no han visto reflejadas sus aspiraciones de cambio en las medidas impulsadas por los gobiernos municipales y el estatal de PRD.   

Las condiciones objetivas de vida de los trabajadores y campesinos pobres brindan una gran base social para la izquierda, pero esta debe estar acorde con estas demandas de los sectores más explotados, levantando un programa donde la industria y el campo funcionen en beneficio del pueblo y no de un minúsculo grupo de empresarios, un programa que garantice empleos para todas las manos disponibles, elevar el salario, dar educación a todos los jóvenes hijos de trabajadores y campesinos, el rescate del campo y que éste produzca bajo el control democrático de los campesinos y trabajadores del campo, en fin un programa que rompa con el capitalismo y se distancié más claramente de los partidos de derecha: este es el PRD, PT y Morena que necesita la izquierda y el pueblo para lograr una victoria electoral y una victoria de las luchas de todos los trabajadores el país.

Hasta entes de las elecciones en Michoacán la pobreza se extendía al 54.7% de su población, además de el desempleo ya era masivo puesto que, por ejemplo, en el IMSS del estado sólo se contaba con el registro de 336 mil 915 empleos para una Población Económicamente Activa de 1.6 millones de personas. Y de cada cien personas, 67 de ellas tiene su fuente de ingresos en trabajos informales. Estas son las razones de fondo que hace de Michoacán uno de los principales estados, junto con Jalisco y Zacateca, con el mayor índice de inmigración hacia los Estados Unidos desde México. A diez años continuos de gobiernos perredistas en esta entidad, dicha realidad, heredada del pasado priísta, prácticamente, en lo fundamental, no cambió, siendo esto un factor de enorme desaliento que impidió movilizar a las urnas a la mitad de michoacanos pobres que no acudió a las urnas el pasado domingo 13 de noviembre.

Definitivamente Michoacán fue un escenariomás donde se intentan acomodar las fuerzas políticas electoralmente. Y bajo este contexto también se ha manifestado el retroceso y las divisiones de un panismo en plena caída, donde a pesar de que la candidata haya sido la hermana del actual presidente de México y haya recibido apoyos tanto políticos como financieros del hermano en los pinos, al PAN le fue insuficiente para derrotar a un PRI que más que ganar electores ha hecho uso de sus tradicionales métodos fraudulentos tan ampliamente practicados dentro de sus filas y, definitivamente, tanto el narcotráfico como las bandas del crimen organizados también jugaron su papel en este sentido. Para nadie es un secreto el poder tan grande que ha logrado el narcotráfico, los miles de millones de pesos que mueve en la entidad son ya un factor político de peso e influencia y del cual el PRI definitivamente echó mano.

¿Cuál es la conclusión que podemos sacar del pasado proceso electoral en Michoacán? En primera instancia que se están preparando las fuerzas políticas de cara al 2012, donde por un lado tenemos a un PRI que se está envalentonando y ya se ya ve en Los Pinos el próximo año, culpando de toda la debacle nacional al partido en el gobierno, PAN, el cual, este último, ve cada vez más lejana la posibilidad de mantenerse en la presidencia de la república. Para el PRI mostrase como ganador de Michoacán, y por lo tanto presentarse como el partido más fuerte, era una tarea apremiante para poder lograr sus objetivos. Y en este sentido la burguesía y la derecha agitará en torno a la derrota del PRD, que ha perdido uno de sus más fuertes bastiones durante los últimos años, para intentar minar la moral de las bases perredistas y de izquierda haciéndolas sentir que  su alternativa electoral, de cara al 2012, ya ha naufragando de antemano.

En segundo lugar tenemos que decir que el gobierno priista no va a solucionar nada en el Michoacán, sino todo lo contrario, la agudización de la los ataques hacia los trabajadores aumentara. La burguesía le está apostando al PRI de cara a mantener el actual sistema de explotación y por supuesto mantener sus privilegios como clase dominante, y esto significa empeorar aún más las condiciones de vida y de trabajo de los obreros y campesinos michoacanos. Esto más que brindar una base material que intente resolver el crimen organizado, lo aumentará y orillará a más sectores, movidos por la pobreza y la falta de alternativas, a ingresar a las filas del narcotráfico.

Por lo tanto la lucha de los trabajadores a mediano plazo se recuperará y continuará, y tenemos claros ejemplos de ello tal como nos lo han demostrado los trabajadores de la siderúrgica en Lázaro Cárdenas y los profesores del magisterio democrático, o los compañeros del pueblo de Cherán. Esa es la tónica general de Michoacán, un estado en el que el reciente triunfo electoral del PRI no será capaz de borrar de la historia las profundas tradiciones de lucha que caracterizan al pueblo trabajador michoacano, pilar este último de la reagrupación y reorganización del movimiento de las dos últimas décadas.

En este sentido el PRD y las fuerzas de izquierda deben acompañar e impulsar estas luchas de la clase trabajadora y el campesinado pobre. Un gobierno de izquierda sí es totalmente posible, pero ha quedado claro en Michoacán, y anteriormente en el Estado de México, que por el camino meramente electorero no se podrá lograr. El PRD, PT y Morena deben hacer un llamado a la unidad del movimiento obrero, recogiendo e impulsando las demandas más elementales del mismo, así mismo hacer llamado a la movilización y a la organización del movimiento a través de comités de base en cada fábrica, colonia ,escuela, ejido, comunidad, etcétera, que impulsen un programa que rompa totalmente con el capitalismo y llame a luchar al pueblo por una auténtica democracia, donde no sólo la gente emita su voto cada determinado tiempo, sino una democracia basada en una repartición equitativa y justa de la riqueza, una democracia donde los comités en las fábricas o en las colonias o en las escuelas discutan y decidan las mejores propuestas para el pueblo en general. Es necesario que el PRD levante un programa que garantice la participación real y el control democrático por parte de los trabajadores de las palancas más básicas de la economía, como es la industria, el transporte, la banca, e incluso la seguridad. Un gobierno de izquierda solamente será posible a través de la movilización en las calles del pueblo organizado con un programa que se plantee claramente acabar definitivamente con el sistema capitalista que planee la necesidad de expropiar a los capitalistas y terratenientes como condición previa para solucionar los problemas de pobreza y desempleo e inseguridad que abaten a Michoacán y a todo México.

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