Peña Nieto ha presentado su Reforma Energética y tal como lo esperábamos no es otra cosa que la continuidad del proyecto de privatización de la paraestatal tal como los anteriores gobiernos panistas lo intentaron en los años pasados.
El principal objetivo de la burguesía de nuestro país no es buscar una mejoría para PEMEX, como intentan hacernos creer, sino desmantelarla para que inversionistas privados se vean beneficiados mientras que el Estado mexicano asume las pérdidas, trasladando los costos de esta política a la clase trabajadora. Esto empeora si agregamos que el Estado pondrá en jaque todo el presupuesto público destinado a rubros tan importantes como la educación, la salud, el empleo y la vivienda, de avanzar dicha reforma se trataría del mayor atraco en la historia del país.
Tal como lo señalábamos en anteriores artículos, el petróleo mexicano representa un negocio bastante jugoso para la burguesía, tan sólo para hacernos una idea de su potencial basta recordar que las exportaciones se tradujeron en ingresos de divisas para el país por un monto de 213,976 ,247 millones de dólares entre 2006 y 2011.
Existe un peligro inminente sobre la paraestatal y debemos estar muy conscientes de ello. No se trata de aceptar la inminente privatización y después luchar por subirle los impuestos a los inversionistas privados para recuperar las ganancias de PEMEX, tal y como algunos “teóricos” de “izquierda” han ido pregonando por ahí, sino de dar una batalla por defender el patrimonio de millones de mexicanos.
La clase trabajadora debe de adoptar la lucha por la defensa de PEMEX como propia. Tanto Morena, el ala de izquierda del PRD, así como los sindicatos y la clase trabajadora en general debemos salir a las calles a dejar en claro al gobierno de EPN que PEMEX no se vende. López Obrador, que ha llamado a una concentración el próximo 8 de septiembre en el zócalo, debe extender ese llamado a los sindicatos, a los trabajadores y al pueblo en general. Debe llamar a la unidad en la acción y debe enarbolar las demandas de la clase trabajadora. La defensa de PEMEX no es un asunto menor es por ello que debemos pasar al plano de la huelga general para derrotar los planes privatizadores de Peña Nieto, la burguesía y el imperialismo.
La lucha que debemos de dar debe ser firme y sin cortapisas, de ninguna manera pueda haber titubeos por parte de la dirección del movimiento. EPN se apoyará en cualquier debilidad de los dirigentes del movimiento para avanzar en su intento de privatización, es por eso que debemos actuar como si esta fuera la mayor de todas nuestras batallas. No defendemos sólo a PEMEX, defendemos el 40% de las finanzas públicas, es decir defendemos la educación, la salud, el empleo, la vivienda y el bienestar social. No defendemos sólo a PEMEX, defendemos un futuro digno para nosotros y para nuestros hijos.
Luchemos por:
Cancelación inmediata de la deuda de PEMEX.
Desconocimiento sin indemnización de los contratos parasitarios con PEMEX.
Expropiación sin indemnización de la maquinaria, edificios e infraestructura de las empresas contratistas de PEMEX y la contratación de base de sus empleados por la paraestatal.
Ni un solo despido más en PEMEX.
Por la democratización e independencia respecto del gobierno del sindicato de PEMEX
Por una PEMEX bajo el control directo y democrático de los trabajadores.
Compañero trabajador, joven estudiante, campesino pobre, súmate a los compañeros de la Tendencia Marxista Militante este 8 de septiembre y acompáñanos en la tradicional carpa roja de Militante para difundir estas ideas. Apoya ese día a Militante distribuyendo su propaganda revolucionaria. Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro.