El Programa de Transición de León Trotsky
11 de julio en el local del SNTE, tercer piso (Belisario Domínguez número 23 Colonia Centro).
Confucio escribió: "Hay tres cosas que no se pueden ocultar: el sol, la luna y la verdad". La decisión de la Fundación Federico Engels de publicar El programa de transición de Trotsky no podría ser más oportuna. Han pasado veinte años desde la caída del Muro de Berlín y del subsiguiente colapso de la Unión Soviética. En aquel momento, mucha gente pensó que el Comunismo y el Socialismo habían muerto.
La burguesía estaba eufórica. Hablaba del "fin de la historia" y predijo un maravilloso futuro de paz y prosperidad sobre las bases de la "economía de libre mercado". Ahora, sólo dos décadas más tarde, todos los sueños de la burguesía y los defensores del capitalismo yacen en ruinas y las ideas del socialismo y del marxismo, una vez más, están en el orden del día.
Lo que falló en la Unión Soviética no fue el socialismo o el comunismo, sino una caricatura burocrática y totalitaria que surgió sobre las bases del aislamiento de la Revolución Rusa en condiciones de extremo atraso material y cultural. La degeneración burocrática de la Revolución Rusa provocó el ascenso de la monstruosa dictadura de Stalin. Como resultado, las genuinas ideas del marxismo revolucionario estuvieron marginadas en el seno del movimiento obrero durante décadas.
Ya en 1938 todos los colaboradores de Lenin habían sido asesinados tras los monstruosos juicios farsa organizados por Stalin y la burocracia, cuyos intereses él representaba. Como cualquier criminal, los usurpadores no querían dejar tras de sí ningún testigo. Sólo un hombre permaneció firme y levantó su valiente voz contra los crímenes de Stalin, en defensa de las tradiciones reales del leninismo y de la Revolución de Octubre: las tradiciones de la democracia obrera y el internacionalismo socialista.
Trotsky y sus seguidores de la Oposición de Izquierdas, después de ser expulsados de la Unión Soviética, intentaron reformar los Partidos Comunistas y la Internacional Comunista y devolverles a las ideas y programa de Lenin. Trotsky esperaba que la victoria de Hitler en 1933 -el resultado directo de la política de Stalin- provocase un fermento en el seno de los Partidos Comunistas internacionalmente. Pero la degeneración estalinista de la Komintern había llegado ya demasiado lejos. Los estalinistas declararon que la victoria de los nazis sería breve y lanzaron la increíble consigna de "¡Después de Hitler, nuestro turno!". El Partido Comunista más grande del mundo fuera de la URSS fue aniquilado, e igual destino sufrieron los socialdemócratas y los sindicatos.
Después de la experiencia alemana, Trotsky llegó a la conclusión de que la Internacional Comunista había seguido el camino de la Segunda Internacional (socialista) y que estaba acabada como herramienta para la transformación revolucionaria de la sociedad. Consciente de que una nueva guerra mundial era inevitable, Trotsky proclamó la necesidad de una nueva bandera, un nuevo programa y una nueva Internacional. Escribió El programa de transición como el programa para el Congreso Fundacional de la Cuarta Internacional dos años antes del estallido de la guerra.
En aquel contexto, las fuerzas de los trotskistas (bolcheviques leninistas) eran minúsculas, aisladas y sometidas a la persecución más feroz. En Alemania sus seguidores estaban en las prisiones de la Gestapo, en la URSS en los campos de concentración de Stalin y en el Estado español en las cárceles de la GPU. El objetivo primordial de Trotsky en El programa de transición fue superar el aislamiento de las fuerzas de la joven organización y construir un puente hacia los trabajadores en lucha. Las reivindicaciones elaboradas por Trotsky no caían del cielo, hundían sus raíces en el programa y la política de Lenin y del Partido Bolchevique, y son la esencia destilada de los documentos programáticos de los primeros cuatro congresos de la Internacional Comunista, muchos de los cuales fueron escritos por el mismo Trotsky. Aquí tenemos el resumen de las ideas, programa y método del socialismo científico, elaborados en primer lugar por Marx y Engels hace más de 150 años en El Manifiesto Comunista.
Existe una clara línea de continuidad en estas ideas. Puede que haya cambiado uno u otro detalle, pero en esencia las ideas del marxismo hoy son tan válidas como en 1938 o 1848. Por contraste, los economistas y políticos burgueses se avergonzarían de publicar hoy de nuevo lo que escribieron hace dieciocho meses. (Prólogo al Programa de Transición de Alan Woods, Fundación Federico Engels).
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