El Partido de la Revolución Democrática (PRD) es un partido que se creó a base del esfuerzo de miles de trabajadores, campesinos y jóvenes. Seiscientos (por lo menos) de ellos fueron asesinados cruelmente por los pasados gobiernos. Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, entre otros estados, pusieron una alta cuota de sangre para construir este poderoso partido.

El PRD ha aglutinado las esperanzas de millones de trabajadores que hartos de este sistema miserable, han decidió organizarse y luchar. La derecha en nuestro país lo ha identificado como eso, como un enemigo debido a los millones de explotados que ahí participamos. Y por ello han lanzado una y otra vez ataque tras ataque.  Recordemos por ejemplo que cuando los “video-escándalos”, los medios de comunicación, pagados con el dinero de los empresarios y banqueros, pusieron el grito en el cielo. Pero esos mismos medios de comunicación han guardado total silencio ante los regalos multimillonarios que hace Calderón día a día a los banqueros con la política de “subasta de dólares”.  Casos así podríamos contar por cientos.

Las ratas de Nueva Izquierda

Pero lo ataques contra el PRD no son sólo aquellos que vienen a través de los medios de comunicación. Dentro del PRD se han infiltrado una lista de personajes que están jugando un papel que no se puede calificar de otra forma más que de: traición.

Nos referimos a todo ese grupo de ratas que se han organizado (o que simpatizan) bajo la corriente Nueva Izquierda. Jesús Ortega, Guadalupe Acosta Naranjo, Carlos Navarrete, Ruth Zavaleta, Zeferino Torreblanca, Jesús Zambrano, Juan Sabines y otros tantos que se han enquistado en los puestos de dirección del partido o de representación.

Jesús Ortega, ha realizado a lo interno del partido un fraude electoral, que impuso a Guadalupe Acosta Naranjo. Ese fraude es sólo comparable con el que llevó a Calderón a la silla presidencial. Estos personajes y el resto de los chuchos, no han dudado en luchar para desorganizar toda la resistencia contra la privatización de PEMEX. Incluso recordemos que trataron de hacer su propio movimiento, claro, un movimiento totalmente amañado a los intereses de Calderón.  

Carlos Navarrete, Ruth Zavaleta y el resto de los chuchos, no ha escatimado un solo esfuerzo para plantearse como el ala del PRD que sí “dialoga”, que sí es “civilizada”, que respeta el “estado de derecho”, etc., etc. La verdad no la dicen abiertamente, pero se trata de gente que usa esa careta para impulsar las políticas del Calderón y del PRIAN a lo interno del PRD. Recordemos que en el anterior congreso del partido, esta gente impuso las alianzas electorales con el PRI y el PAN.

Ahora en el debate y las votaciones de la reforma de PEMEX, los chuchos han actuado de igual forma, como infiltrados de los banqueros, los empresarios y del PRIAN dentro del PRD. Incluso con sus últimas declaraciones tratan de ridiculizar a AMLO y al movimiento que encabeza.

Basta de los chuchos

Nueva Izquierda se ha enquistado en muchos espacios del PRD, incluso tienen en sus manos buena parte de los puestos de elección popular. Cada declaración pública de ellos se presenta como la opinión de todo el PRD. La realidad es que se trata de una pequeña minoría gritona, que sin embargo tiene el control de buena parte de las estructuras y del  aparto del partido, además está respaldada  por el espurio Calderón. El PRD no sólo es la dirección del partido (Acosta Naranjo), ni aquellos que ostentan el cargo de senador o diputado (Zavaleta), no. El PRD sobre todo, somos los millones de trabajadores, amas de casa, campesinos, estudiantes, que nos hemos movilizado contra el fraude electoral, contra el desafuero, contra la privatización de PEMEX. El PRD somos los que desde las colonias y el campo hemos luchado durante años.

En la base del movimiento contra la privatización de PEMEX que encabeza AMLO, se ha creado una opinión que es comprensible. Muchos compañeros honestos plantean que el PRD está manchado por las traiciones de los chuchos, algunos compañeros incluso dicen que el PRD ya no sirve, que se ha burocratizado y que lo mejor es salirse del partido y crear otro nuevo. Como decimos, estas opiniones son comprensibles porque los chuchos realmente han hecho mucho daño al PRD. 

Pero debemos plantear  una cosa: si los militantes de base nos vamos del PRD, éste se quedará en manos de los chuchos. Ello sería para Jesús Ortega y sus socios el regalo más preciado de sus vidas. Los chuchos quieren quedarse solos en el PRD y entonces sí, hacer a nombre de él,  de nuestros caídos y de nuestra lucha, un PRD donde todo sea  “sí señor Calderón, lo que usted diga”

Rescatemos al PRD, fuera los chuchos

Quienes se tienen que ir del PRD, son los chuchos y todos sus socios. Hoy más que nunca necesitamos un PRD de los trabajadores, con un programa socialista y democracia obrera a su interior, un PRD en movimiento como ha dicho AMLO. A los chuchos se les debe denunciar y cerrarles todo espacio posible, AMLO debe encabezar esta lucha y llamar a crear comités de base por colonia, barrio, escuela y ahí crear espacios cotidianos de debate y lucha, que impida la formación de arribistas y burócratas.

Los días que corren son muy importantes en la historia de nuestro país, la alternativa es no dar un paso atrás, es no ceder ante la derecha ni ante sus infiltrados dentro del PRD.

Octubre 2008


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